lunes, 11 de marzo de 2013

SOR MARÍA DE JESÚS Y EL PURGATORIO ( III )




   Del proceso apostólico sobre su beatificación tomamos el siguiente suceso extraordinario, de un muerto que resucita para confesarse. Veamos lo que dice al respecto el testigo Padre Arriola en su declaración jurada: 

      “Llevaron al convento de la Sierva de Dios un arca grande sin noticia del convento ni de la Madre ni de ninguna otra religiosa. Pidieron al sacristán menor que les abriese la puerta de la iglesia para poner en custodia aquella arca... que era de mercadería... Estando en oración, la sierva oyó unos gemidos tristes y profundos lamentos. Atenta hacia el lugar de donde salían, le pareció que los despedía la boca de algún sepulcro... Y le fue revelado que aquellos lamentables suspiros eran de un alma que acabó impenitente la mortal vida y que su cuerpo estaba en un arca que habían puesto en la iglesia... Y le dijo el mismo Dios a su sierva que, con toda prudencia y brevedad, dispusiese llamar a un confesor para que oyese en confesión al miserable infeliz en quien resplandeció la mayor misericordia... Mandó llamar al Padre Francisco Coronel... En llegando él, le dijo todo el suceso referido. Y éste se llegó adonde estaba el arca, de la cual se levantó el difunto. Y después de haber hecho humildísima postración y adoración al Santísimo Sacramento del Altar y haber estado un breve rato en cruz, vino a los pies del confesor e hizo una confesión dolorosa y verdadera. Dióle la absolución y muy inmediatamente el difunto volvió al arca con imponderables demostraciones de rendimiento y agradecimiento... Y los mismos que habían llevado el cadáver se lo llevaron”.

** *  ** *   A.M.D.G.  * **  * **

1 comentario:

  1. Impresionante testimonio, la cual deja en evidencia la misericordia de Dios para con sus creaturas. Gracias hermanito por esta publicación! +

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