domingo, 21 de octubre de 2018

LA EJEMPLARIDAD DEL BUEN CATÓLICO. "La vestimenta, para edificar o destruir"




“La sociedad habla por así decir, por el traje que ella lleva;
por la vestimenta ella revela sus aspiraciones secretas
 y ella se sirve de los trajes, al menos en parte, 
para edificar o destruir su porvenir..."


(Papa Pío XII)




                La Civilización Cristiana convino que la virtud de la modestia provenía de otra mayor, la templanza, que es la que ordena adecuadamente los apetitos humanos, tanto los internos como los externos. Santo Tomás de Aquino especifica que la virtud de la modestia se encarga de ordenar los apetitos menos difíciles, los exteriores, como son el recto orden, la austeridad y el ornato. (1)

                Esa hermosa época, cuyo faro era la Religión, ha decaído para dar paso a un neo paganismo que cada vez más, asfixia lo poco de católico que le queda ya a esta sociedad; la pérdida de identidad cristiana se plasma en todos los campos, también en el de la moda en el vestir, que refleja una época y marca a veces una diferenciación social, pero también habla de cada individuo de manera particular y es el sentido estético de las aspiraciones personales.

                En nuestros días, la pérdida de la Fe ha venido de la mano de otra lamentable dolencia: la pérdida por el buen gusto y por la  continua inmodestia en la moda en general, que ahora en particular, me preocupa en los hombres. Y es que basta con pasear por cualquier ciudad y observar con un poco de atención a hombres  jóvenes y también mayores, y detenernos a analizar su atuendo; pronto comprobarás que hay hombres elegantes, bien arreglados, de estilo clásico... pero además verás que existen muchos casos de gusto por lo feo e indecoroso: jóvenes con pantalones rotos y excesivamente ajustados, hombres que llevan prendas que muestran parte el pecho, cuando no una directa exhibición de la ropa interior... muchas veces acompañado de una actitud chulesca cuando no de indiferencia hacia los demás, en un claro "elogio a la libertad". 

                Dejando de lado la cuestión puramente estética o de si nos parece agradable o cómodo, comprobamos que muchas de esas prendas, especialmente las que son fabricadas en tejido denim, están "diseñadas" con un claro sentido sensual, en aras de una "libertad" en la cual todo vale, todo se tolera, todo queda bien... el hombre, el varón, es sentenciado por la moda actual a ser un pedazo de carne, condenado a lucirse y a mantener una imagen "casual" que cambia y se trastoca constantemente, pero nunca para volver al pudor, sino para ser cada vez más ordinaria y soez.

                No son pocos los varones que se creen buenos cristianos y que van embutidos en pantalones que extralimitan la decencia, ya sea por el talle bajo de la cintura o por los "rotos" indecorosos. Faltan también a la modestia en el vestir los que usan ropa deportiva para cualquier ocasión, olvidando lo livianos que son los tejidos y lo inapropiado de la prenda para otra actividad que no sea hacer deporte.
               




                    Esta actual atrofia moral de algunos varones por vestir sin pudor alguno, llega a veces a traspasar el contexto personal hasta llegar al punto de publicar -en redes sociales y páginas al uso- fotografías y vídeos donde se lucen bañadores, ropa interior, poses sensuales... malos católicos que venden su cuerpo en busca de la aprobación del mundo, de un mundo que flagela las virginales carnes de Cristo con la complicidad de quien se expone inmoralmente creyendo que no "hace daño a nadie"... sino a ellos mismos y a quienes les aplauden, agrego yo. Infelices el día que el Justo Juez pida cuentas de sus escándalos a aquellos que se llamaban seguidores de la Cruz.

                 La situación de ruina moral, de esa degradación de la vestimenta del varón, parte de la raíz de otros muchos males: la negación de Dios y de Su Santa Ley. No exagero en absoluto con esta afirmación, pues, recordemos que hasta Adán se cubrió cuando fue consciente de su desnudez en la Presencia de Dios; las formas exteriores -el comportamiento, la disciplina, nuestra manera de vestir- nos predisponen a las formas interiores, donde realmente se forjan y perfeccionan el conjunto de las virtudes y gracias, aunque la ceguera moral que padecen no pocos, les impida tal vez siquiera apreciar que las formas exteriores, cuando están en armonía con la Voluntad de Dios, nos hacen aún más hombres.

                    Un varón que anhela a Dios, que busca la amorosa Mirada del Señor sobre su vida, no puede seguir los dictados de la actual moda, indecente y alejada de la modestia, pues ofende con esos vicios al que es Autor mismo de la Pureza; un varón que quiere trato íntimo con Dios, es modesto y sobrio en el vestir, pues su mejor traje son las gracias espirituales que recibe como premio a su buen ejemplo.

                      Sé hombre, sé buen varón católico y elimina desde hoy las prendas inmodestas de tu armario; no necesitas parecer atractivo más que a Dios y esto se consigue cuando a Él le agradas y le amas. Por respeto a ti mismo, por tu dignidad como hijo de la Iglesia, procura ser modesto en el vestir e intenta que los otros lo sean también. El mejor apostolado es el buen ejemplo.



"Porque habéis sido comprados por alto precio;
glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo 
y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios."


 (I Carta de San Pablo a los Corintios, cap. 6, vers. 20)
                




NOTAS ACLARATORIAS:

1- Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, II-II, cuestión 160, a.2, co. :«Modestia differt a temperantia in hoc quod temperantia est moderativa eorum quae difficillimum est refrenare, modestia autem est moderativa eorum quae in hoc mediocriter se habent».





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