domingo, 26 de junio de 2022

SANTIFICAR EL DOMINGO EN LAS CATACUMBAS


"Quien reza se salva, 
quien no reza se condena" 

San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia



 

               No son pocas las almas -y cada vez aumentan en número-  que tienen escrúpulos, problemas de conciencia a la hora de participar en una Misa en unión con Bergoglio, aunque ésta se celebre según "el rito tradicional". 

               Lo primero que debemos tener claro es que quien participa de cualquier acto religioso, como pueden ser un Misa, un Rosario, grupos de oración, etc, bajo la tutela de un Sacerdote o Comunidad que está "indultada" por Roma, se hace partícipe de la "iglesia conciliar" y de su "Papa". 

               De nada sirven el latín, los encajes y las casullas de seda bordadas en hilo de oro, porque usan el Misal reformado por Juan XXIII, lo que viene a ser una especie de "misa tridentina light", destinada a nostálgicos y conservadores de rúbricas, pero no apta para verdaderos Católicos tradicionales. Lo mismo ocurre con los demás Sacramentos y sobre todo, con la Doctrina, que es el germen de la confusión creada por los falsos tradicionalistas.

               Por tanto, PECAN GRAVEMENTE los que asisten o participan de algún modo en ceremonias o actos patrocinados/respaldados por la Roma modernista, por la "Iglesia del Concilio"; si rechazamos dicho "Concilio" debemos en consecuencia desechar por ende TODO cuanto de él se desprende, incluido el NO reconocimiento de la Autoridad de los presuntos "Jerarcas", incluida la cabeza, el pretendido "Papa". 

               Los Católicos que hemos optado por la postura SEDEVACANTISTA (aceptamos la vacancia del Trono Papal desde la muerte de Pío XII en 1958) amamos profundamente el Papado, porque creemos en la Promesa de Nuestro Señor cuando nos aseguró que las puertas del Infierno no prevalecerían sobre Su Iglesia. Aceptar que existan Papas herejes, que enseñen el error, a los que hay que resistir, es simplemente anticatólico, contrario a la Verdad y una blasfemia de primer orden.

               Si no tenemos cerca a un Sacerdote íntegro, que no esté unido a la Roma apóstata, si no podemos asistir a la Santa Misa Dominical, nos toca rezar más que nunca, con mayor  respeto y devoción, a fin de conseguir de Dios Misericordia y Piedad por este mundo que camina de espaldas a Él. 

               El Sacramento de la CONFESIÓN lo podemos realizar con un Sacerdote válidamente ordenado: que haya recibido la Ordenación Sacerdotal antes de 1969 o bien que esté ordenado por un Obispo tradicional, que no esté en comunión con la "Iglesia del Concilio".

              Ante esa imposibilidad de asistir la Santa Misa, los Domingos deben ser santificados igualmente; debemos recogernos en casa, en una habitación tranquila, sin ruidos, apagada la televisión y en jaque los teléfonos móviles, pues la Presencia de Dios ha de buscarse desconectando de todo lo accesorio; usando un misalito (edición anterior a 1960) es recomendable leer los textos de la Santa Misa que corresponda, Epístola y Evangelio, como si estuvieses asistiendo a la misma. Haremos una piadosa Comunión Espiritual y la posterior Acción de Gracias. Para finalizar, como en la Santa Misa, podemos recitar las Tres Avemarías, la Salve y la Oración a San Miguel Arcángel.

              Como el Rito Católico Romano se reza en latín, puedes unirte a la Santa Misa a través de internet, sin importar el país en donde se celebre, pues la Liturgia es la misma; te recomiendo este enlace de la Congregación de María Reina Inmaculada (CMRI), en los Estados Unidos de América.


EN RESUMEN

Para santificar el Domingo

(A las almas que no puedan asistir
al Santo Sacrificio de la Misa)


          - Rezar los quince Misterios del Rosario (Gozosos, Dolorosos y Gloriosos); lo recomendable es dividirlo a lo largo del día, mañana, mediodía/tarde y tarde/tarde-noche. NUNCA dejar el rezo del Santo Rosario para poco antes de dormir.

          - Leer el Catecismo; cada Domingo repasar la Doctrina más esencial y profundizar en alguna Verdad de Fe.

          - Nos persignamos con agua bendita; hacemos la Oración de Ofrecimiento de la Santa Misaleer en el misalito la Epístola y Evangelio del Domingo que corresponda. 

          - Comunión Espiritual

          - Acción de gracias

          - Rezamos las Tres Avemarías, la Salve y la Oración de San Miguel Arcángel

          -Terminamos persignándonos de nuevo con agua bendita.

          - Puedes unirte espiritualmente al Sacrificio de la Misa por internet; te recomiendo hacerlo a través del canal de la Congregación de María Reina Inmaculada (CMRI). Puedes acceder tocando AQUÍ


 


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