jueves, 5 de octubre de 2023

PRIMER JUEVES DE MES: guardias fieles, postrados ante los Sagrarios

 

"Te he puesto en el mundo para hacer 
que vivas sólo de Mí, para dar testimonio 
al mundo de cuánto vale la Eucaristía

Nuestro Señor a Alejandrina Da Costa, el 30 de Julio de 1935



               Alejandrina Da Costa era una joven portuguesa que contaba apenas 14 años cuando sufrió un intento de violación; tratando de huir de su agresor se arrojó por una ventana, lo que le ocasionó una grave lesión que más adelante la obligaría a permanecer en la cama más de 30 años, hasta su muerte. Se ofreció como Alma Víctima para reparar el abandono de los Sagrarios y pedir misericordia por las profanaciones hacia Jesús Sacramentado. 

               El recuerdo de que Jesús estaba prisionero en la Eucaristía, llevó a Alejandrina a orientar su vocación: adorar y amar a Jesús Sacramentado por medio de Nuestra Señora. Su vida espiritual evolucionó en un crescendo constante de ansias de sufrimiento para consolar a Jesús y salvar almas. Tenía grandes deseos de quedarse sola para tener largos coloquios con Jesús que la llevaban a verdaderos arrobos. A partir del día 27 de Marzo de 1942 hasta su muerte, el 13 de Octubre de 1955, se alimentó exclusivamente de la Eucaristía (don místico conocido como "inedia") que le era llevada casi diariamente. A falta de Sacerdote, en ese período, varias veces recibió la Comunión, de la mano de Jesús y de un Ángel.

               El 25 de Febrero de 1949, en medio de un éxtasis de amor, Nuestro Señor le reveló: "Yo querría muchos guardias fieles, postrados ante los Sagrarios, para no dejar que ocurran tantos y tantos crímenes... Que Me pidan todo cuanto quieran estando ante Mi Presencia, delante del Sagrario. Es de allí que viene el remedio para todos los males...

               Haz saber en Mi Nombre que, todos cuantos hagan bien la Comunión con sincera humildad, fervor y amor, durante los seis primeros Jueves de mes consecutivos y pasen una hora de Adoración ante Mi Sagrario en íntima unión Conmigo, les prometo el Cielo. 

               Di que honren, por medio de la Eucaristía, Mis Santas Llagas, honrando primero la de Mi sagrado Hombro, tan poco recordada...



Díptico ideado para el apostolado; parte interior (la exterior aparece al final del artículo)
se permite su copia, sin fines lucrativos


ALGUNAS REFLEXIONES EUCARÍSTICAS
de la mística Alexandrina Da Costa


               "El Todo ha bajado sobre la nada, la Grandeza ha bajado a la pobreza. El Amor ha bajado a la frialdad, a la tibieza, a la miseria, a la indignidad. ¡Cuánto amor, oh Jesús! Has bajado desde la mayor altura a la mayor bajeza. Oh Jesús, dame fuego, dame amor: amor que arda, amor que aniquile. Quiero vivir y morir de amor. Que tu divino amor, oh Jesús, sea mi vida. Que ese amor, y sólo él, sea mi muerte. Que yo me pierda en la inmensidad de tu Amor". 

               "Gracias infinitas por haberme mandado un Sacerdote para darme a Jesús. Quien me da a Jesús me da la riqueza del Cielo y de la tierra. Es el alimento sagrado sin el cual no puedo vivir. ¡Que yo lo pierda todo, pero no la Comunión; que lo pierda todo, pero que te posea a ti, oh Jesús!" 



Díptico ideado para el apostolado; parte exterior (la interior aparece más arriba)
se permite su copia, sin fines lucrativos



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