jueves, 29 de diciembre de 2011

LA SAGRADA EUCARISTÍA Y SANTA ÁNGELA DE FOLIGNO

   "Es necesario que el alma penetre hasta lo íntimo del Dios-Hombre y descubra su plan de amor, actuado en el Santo Sacrificio de la Eucaristía. El alma debe mirar a ese inefable amor de Dios que lo impulsó a excogitar todo medio, para quedarse totalmente con nosotros. Y quiso este sacramento, no sólo en memoria de su muerte, que es nuestra salvación, sino también para quedarse con nosotros, todo y siempre. Y el que quiera sondear este abismo de amor, es menester que tenga buenos ojos...




   Pienso que esta verdad ha de ser escudriñada por todos los que quieren celebrar y recibir este Sacrificio. De ahí no se aleje el alma, sino que se detenga y quede, porque la mirada que el Dios-Hombre dirigió al género humano era tan amable que es absolutamente necesario destacar ese inefable amor, cuando decidió inmolarse todo por nosotros en el santo sacrificio.


   Deteneos a considerar quién es el que quiso quedarse en este Sacrificio. “Él es el que es”. Y él que es todo el ser, se quedó todo en ese Sacramento. Por eso nadie se extrañe de cómo puede existir simultáneamente en tantos altares, aquende y allende los mares, y allá como acá, y acá como allá. El habló así: "Yo soy Dios, incomprensible para vosotros. Todo lo hice sin vosotros, y obro sin vosotros. Frente a lo que no comprendéis, inclinad la cabeza, porque para mí nada es imposible."


   ¿Hay algún alma tan insensible que, contemplando esa mirada tan amorosa y tan sincera, al instante no se transforme toda en amor?... ¿Y puede haber algún alma tan escasa de amor que, al ver cómo ha sido amada y cómo Él dispuso todas las cosas para quedarse totalmente con nosotros en el Santo Sacrificio, no se transforme toda en amor?...


   Y todos los que quieren ser hijos fieles del Santo Sacrificio, no descuiden de meditar esta verdad. Y cómo Jesús, mientras nos miraba con su mirada triste, estaba todo y solamente en cada uno de nosotros; y también cuando nos miraba con su mirada amante y fiel, se daba todo y solamente a cada uno de nosotros; por lo tanto cada uno de nosotros debe ser todo y sólo de Él."

Oración a Jesús solitario en el Santísimo Sacramento
(antes de acostarse)

   ¡Oh Divino Jesús! que durante la noche estáis solitario en tanto tabernáculos del mundo, sin que ninguna de vuestras criaturas vaya a visitaros y adoraros. Yo os ofrezco mi pobre corazón, deseando que todos sus latidos sean otros tantos de amor y adoración. Vos, Señor, estáis siempre en vela bajo las Especies Sacramentales, vuestro Amor Misericordioso nunca duerme ni se cansa de velar por los pecadores.


   ¡Oh Jesús amantísimo!, ¡Oh Jesús solitario!, haced mi corazón cual lámpara encendida; en caridad se inflame y arda siempre en vuestro amor. Vela ¡oh Centinela Divino!, vela por el mísero mundo, por los sacerdotes, por las almas consagradas, las extraviadas, por los pobres enfermos cuyas noches interminables necesitan tu fortaleza y tu consuelo, por los moribundos y por ésta tu humilde sierva que, para mejor servirte, descansa pero sin alejarse de Ti, de Tu Sagrario... donde vives en la soledad y el silencio de la noche.


Sea siempre bendito, alabado, adorado, amado y reverenciado el Corazón Sagrado de Jesús en todos los Sagrarios del mundo. Amén.

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