jueves, 8 de diciembre de 2011

LA INMACULADA CONCEPCIÓN



EL DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN


   Tal día como hoy, en 1854,  el Papa Pío IX definió el Dogma de la Inmaculada Concepción:


    "Nos, declaramos, pronunciamos y definimos que la Doctrina que afirma que la Beatísima Virgen María, en el primer instante de su concep ción, fue preservada, por singular privilegio de Dios y en virtud de los méritos de Jesucristo, de toda mancha de pecado original, es Doctrina revelada por Dios, y por tanto han de creerla firme y constantemente todos los fieles".


   Por tanto, tengamos presente que Nuestra Señora, desde el momento que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana, quedó sustraída de la esclavitud del dominio del demonio, de la sujeción a la ley de la concupiscencia, y hasta de los sufrimientos y de la muerte considerados como pena del pecado de naturaleza, aunque en la Virgen María, como en Nuestro Señor, el sufrimiento y la muerte hayan sido consecuencias de nuestra naturaleza y que hayan sido ofre cidos por nuestra salvación.


   Entendemos así, que para que Nuestra Señora la Virgen María pudiese reparar la caída de Eva, vencer las artimañas del demonio y darnos a todos, con Cristo, por Él y en Él, la vida sobrenatural, convenía que Ella misma no hubiese estado jamás en el estado humillante de la esclavi tud del pecado y del demonio.


   Apreciemos en la oración propia de la fiesta de la Inmaculada Concepción, aprobada por Sixto IV (1476) y en la que se dice: “Ex morte ejusdem Filii tui praevisa, eam ab omni labe praeservasti.” La Santísima Virgen fue preservada del pecado original por la futura muerte de su Hijo; es decir, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo, muriendo por nosotros en la Cruz.




LOS SANTOS PADRES Y LA INMACULADA


   San Efrén, al comparar a Eva y a la Virgen María dice: "Ambas son en su origen inocentes y puras, pero pronto Eva se convierte en causa de la muerte, y María, de la vida". Dirigiéndose al Señor, dice también: "Vos, Señor, y vuestra Santa Madre sois los únicos perfectamente hermosos bajo todos los conceptos. En Vos no hay ninguna falta, y en vuestra Madre, ninguna mancha. Los demás hijos de Dios no se acercan, ni con mucho, a esta hermosura".


   San Ambrosio dice, igualmente de Nuestra Señora, que "está exenta de toda mancha del pecado."
   
   San Agustín nos dice que "el honor de Cristo no permite ni promover siquiera la cuestión del pecado res pecto a la Santísima Virgen María, mientras que si se les pregunta a los santos: "¿Estáis sin pecado?" , todos nos responderán con el Apóstol San Juan  : "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros." ( I Jn. 8 )


NUESTRA PURÍSIMA SEÑORA, LIBRE DEL ERROR   


   La Virgen Santa, en virtud del privilegio que la preservó del pecado original, no estuvo jamás sujeta al error, a la ilusión; su juicio fue siempre claro y recto. Si no tenía luz suficiente sobre alguna cosa, suspendía el juicio y evitaba la preci pitación que es la causa del error.


   Nuestra Señora, como lo dicen las letanías, es "Sede de la Sabiduría" y "la Madre del Buen Consejo". Todos los teólogos reconocen que la naturaleza le hablaba del Creador más profundamente que a los mayores poetas, y que tuvo, ya en este mundo, un conocimiento profundo y sencillamente superior de lo que dicen las Escrituras acerca del Mesías, de la Encarnación y de la Redención. Estuvo, pues, exenta por completo, de la concupiscencia y del error.


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Padre Reginald Garrigou-Lagrange, O.P.

Tomado de “La Madre del Salvador y nuestra vida interior”
Ediciones Desclée, de Brouwer, Buenos Aires, 1947.

1 comentario:

  1. En este hermoso día te deseo que la Virgen Inmaculada te cubra con su manto y su Santísimo hijo te llene de gracias y bendiciones.

    Un abrazo

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