domingo, 16 de septiembre de 2018

EL CUERPO MÍSTICO DE CRISTO, traicionado por los modernistas (Parte 1)


Interesantes reflexiones de Monseñor Marco Antonio Pivarunas, Obispo Católico


              En estos tiempos difíciles para la Iglesia Católica, el Cuerpo Místico de Cristo está experimentando una crucifixión espiritual, podemos encontrar una poderosa fuente de consuelo y ayuda sobrenatural al pensar en la similitud extraordinaria que existe entre los acontecimientos gloriosos de la Vida, Pasión y Muerte de Jesucristo, y la crisis actual en la Iglesia.

               La primera observación que debemos hacer es decir que Nuestro Salvador Jesucristo fue rechazado por aquellos que deberían reconocerlo primero como el Mesías prometido y el Hijo de Dios. Como bien sabemos de los cuatro evangelistas, los escribas y los fariseos eran los enemigos más implacables de Cristo.





               Durante su actividad pública, Cristo Nuestro Señor enseñó de una manera tan maravillosa que se habló de Él: " Ningún hombre habló como Él"."(Evangelio de San Juan 7, 46) Su lenguaje era claro y conciso; Su estilo era tan simple que incluso la gente común entiende la verdad profunda, que enseñaron cuatro Evangelios con gran precisión de los grandes milagros de Nuestro Señor. Estas escrituras públicas, sobrenaturales, sin sombra de duda, certifican la Misión Divina de Jesucristo. 

              A pesar de las grandes enseñanzas y milagros de Nuestro Señor, escribas y fariseos, los sacerdotes del templo fueron los que le rechazaron y condenaron a muerte; alborotaron para que la mayor parte del pueblo elegido se volviesen contra Él y exigieron su muerte. Es llamativo y nos recuerda el rechazo y la condena de la Única Verdadera Iglesia de Cristo, la Iglesia Católica, el Cuerpo Místico de Cristo, por los que antes eran los principales responsables de la Iglesia, pero quienes ahora han traicionado a la Iglesia Católica y la Verdadera Fe por el deseo ilusorio de crear un  falso ecumenismo, la hermandad de todas las religiones.

               La "Declaración Nostra Aetate" del "Concilio Vaticano II" reconoce explícitamente el Hinduismo, el Budismo, el Islam y el Judaísmo a pesar del hecho de que los hindúes y los budistas adoran a dioses falsos que los musulmanes niegan la Divinidad de Cristo y los Judíos no reconocen a Jesucristo como el Mesías. Esta Declaración del Vaticano II llega a la conclusión de que "La Iglesia Católica no rechaza nada de lo que es verdadero y santo en estas religiones".

              ¿Alguna vez se ha preguntado acerca de la renuencia fuerte y emocional que la jerarquía moderna de la Iglesia del Vaticano II demuestra al catolicismo tradicional? En esta era ecuménica, en la cual la jerarquía moderna "retorciéndose en todas las direcciones" busca una unidad falsa entre todas las religiones (tanto cristianas como no cristianas), todas son recibidas y reconocidas con ternura. ¿No es irónico que todas y cada una de las religiones sean aceptadas por el Vaticano II, mientras no sean una religión católica tradicional? 

               Parece ser que no está de moda aquella Doctrina de Nuestra Fe Católica que enseñaba que era totalmente necesario pertenecer a la Única Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo para poder ser salvos... esa Doctrina simplemente es inaceptable para los modernistas del "Concilio Vaticano II".

               En otras palabras, la doctrina del falso ecumenismo supone que cada una de las muchas y diferentes religiones, el hecho de que si el hombre es bueno y correcto y cumple con la obligación de adorar y alabar a Dios, la aceptación de Jesucristo, Sus enseñanzas y Su Iglesia no es realmente necesario para la salvación... Los católicos siempre han creído que Dios el Padre envió a Su Hijo Unigénito a este mundo para revelar el camino de la salvación a la raza humana de todos los tiempos. Para confirmar Su Misión Divina, Nuestro Señor Jesucristo, realizó los milagros más sorprendentes, fundó la Única Verdadera Iglesia y la dotó con autoridad infalible en las enseñanza de las verdades necesarias para la salvación y dio a esta Iglesia los medios de santificación de sus miembros a través de siete sacramentos y el Santo Sacrificio de la Misa.

               Es por esta razón que la Iglesia Católica antes del Vaticano II, prohibió a los católicos participar activamente en ritos no católicos. (1)

               Para resumir su enseñanza sobre el falso ecumenismo, el Papa Pío XI declara:
"Está claro, Venerables Hermanos, por qué la Santa Sede nunca ha permitido que sus fieles participen en convenciones no católicas". 

                El rechazo y la condena de Cristo por parte de los Sumos Sacerdotes hace casi 2000 años se parece mucho al rechazo actual y la condena de Su Cuerpo Místico, la Iglesia Católica, por parte de la jerarquía moderna. Para los líderes de la sinagoga, Jesucristo era un falso Mesías; para la jerarquía de hoy, los católicos tradicionales son cismáticos excomulgados.


(Continuará...)



Mons. Marco Antonio Pivarunas, Obispo Católico






NOTAS ACLARATORIAS: 

   El Canon 1258 del Código de Derecho Canónico (1917) gobierna:

          "Está prohibido participar activamente de alguna manera, es decir, participar en ritos no católicos".

   Del mismo modo, Canon 2316:

          "Cualquier persona con su propia unidad y conscientemente apoya la promoción de la herejía, o que participa (en contra de Canon 1258) en los ritos no católicos, es sospechoso de herejía"

               Para entender mejor la postura sedevacantista sólo toque aquí





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