viernes, 24 de diciembre de 2021

SANTA NAVIDAD: AQUÍ ESTÁ EL MESÍAS


              Al claro de luna, en una avenida. Alegre por la Navidad, cuya hora se acercaba. Pues sí, alégrate. Si supieras lo que era el Mundo antes de Mi Venida... Estaba Dios y estaban los hombres; pero ahora Dios se ha hecho uno, entre los hombres. ¡Uno de vosotros! ¿Cómo medirás ese Amor? ¡Una Unión así, hecha posible entre vosotros y Él!. ¿Ves la diferencia?. Dame gracias con todas tus fuerzas y sé Mía más que antes.



               Aquí está el Mesías, el Salvador, tan deseado y esperado. El Salvador del Mundo, de todos, de ti. Pídeme que te salve de tus faltas cotidianas, de tus hábitos reprensibles, de lo que hay en ti de malo... y Yo te salvaré. Trata de multiplicar los actos de Caridad, de evitar las faltas de la lengua, pensando que Yo estaré contento.

              Goza. Es preciso que nada de cuanto Yo padecí en Mi Pasión sea perdido para vosotros. Recógete. Ofréceme a Mi Mismo... 

               En espíritu me había colocado yo en el hueco de Sus Manos, en las Llagas y me admiraba de verme envuelta por entero. Me dijo: Mis Heridas pueden contener al mundo. Quédate ahí, en Mi Corazón, y no digas nada. Intercambiemos nuestros Sufrimientos, nuestro Amor, en secreto. Yo te vivo: víveme tú!

                Pensaba yo: ¿Porqué el Niño Jesús no mostró más Su Divinidad en el Pesebre? . Él: -No era el momento. Esto queda reservado para Mi segundo Advenimiento, en el Fin del Mundo.

               Yo: Señor, me gustaría tanto que estas Santas Especies permanecieran en mí hasta mañana por la mañana. Él: Haz como si Me quedara. Luego, pensando en el Pesebre, yo pedía a la Santísima Virgen el favor de cantar para adormecer al Niño Jesús. Él me dijo: Aún cuando Me adormeciera, Mi Corazón seguiría velando por ti.


De los escritos de Gabrielle Bossis "Él y yo", 
con el imprimatur en 1957, de Monseñor Jacques Le Cordier, 
Obispo auxiliar de París, del Obispo de Nantes, Monseñor Villepellet 
y del entonces Obispo Auxiliar y Vicario General 
de la Arquidiócesis de México, Monseñor Francisco Orozco



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