Dios Nuestro Señor permitió aquella breve enfermedad y aquella amenaza del Hermano Enfermero de mandar a Estanislao José a su casa, para que le sirviera de purificación, y su alma encendida en amores divinos, se preparase para recibir nuevos y más grandes favores del Cielo, pues la Virgen Santísima le tenía preparados ricos tesoros de gracia y unos carismas tan extraordinarios que nunca se han oído en la vida de los Santos.
Terminaremos este capítulo con algunos apuntes que hizo en los primeros días de este Retiro, en que ya se sentía enfermo.
Empieza el día 1º "Madre, te escojo por Patrona, Abogada y Mediadora. Quien hará este retiro espiritual sino es mi Madre en mí. Yo soy nada, de manera que puedo decir: ya no soy yo quien vive, sino que mi Madre vive en mí”
Evitaré 1º. El hablar sin absoluta necesidad 2º. Las distracciones en oraciones, meditaciones, conferencias. 3º. Estaré siempre contento (nótese que ya estaba enfermo) asistiendo con puntualidad donde Dios me llame, con intención de agradarle y por amor a mi Madre "Todo soy Tuyo y todo lo mío es Tuyo". Ofrecí a la Madre todas las Hostias que se distribuyen en el mundo, los trabajos y sufrimientos de todos los hombres. Meditación: La necesidad que tenemos de hacernos Santos. Resolución: Por amor a mi Madre, que es Ella quien se ha encargado de hacerme Santo, evitaré toda distracción. Viviré muy unido a Ella.
Santa Misa: Mi Madre la oye en mí; todo soy Tuyo y todo lo mío es Tuyo. Comunión: Mi Madre comulgó en mí y por Su mediación pedí a Jesús me dijera qué quiere de mí en este retiro, y oí una voz en lo interior que me dijo: "Date todo a Mí como Yo me doy a ti, y durante estos días quiero que no salgas del Corazón de Mi Madre. Déjate de niñerías y obra como hijo de Mi Madre que eres, y haz este retiro como si fuese el último de tu vida".
La enfermedad le desbarata e impide los planes del Retiro y le viene el desaliento que acabamos de ver. Pero en la Comunión de uno de los últimos días oye la promesa de la Madre de que morirá Hermano. (Publicación del 24/08/2023)
El mismo Jesús le reprende llamándole cobarde invitándole a sufrir, tanto en el cuerpo como en el alma, ya que la Madre cuidará de él. El Hermano Estanislao José contesta: "Pero Hermano mío ¿qué me dices? Yo no merezco que me hables; ¿no has visto como soy un cobarde e ingrato?. No merezco por mis infidelidades que me mires; ¡soy un tonto! No he tenido en Ti la confianza que debiera haber tenido, porque me puse enfermo y ya desconfié de Ti. Perdón, Hermano mío, perdón. Bien sabes que era la naturaleza o más bien el Demonio, pero bien sabes también que entre aquellas tristezas siempre dije: la Santísima Virgen es mi Madre y una Madre no consiente que Su hijo se pierda. Y también decía: Jesús es mi Hermanito ¿a quién temeré? A nadie, ni al mundo entero con todos sus engaños, ni al Demonio con todas sus astucias; en fin a sola una cosa temo y que por mí no soy nada para evitarlo, es el pecado; es lo único que temo… pero ya no soy yo quien vive sois Vosotros que vivís en mí.
La Madre me ha dicho: "Hijo mío, tú no perseverarás si no Me amas ilimitadamente; tú serás Mi hijo y Yo te socorreré en todo, si no Me pones obstáculos". Madre mía, si yo soy tan débil, tan inconstante en los buenos propósitos… Pero no, confío en mi Madre querida; Tú eres Todopoderosa y no temeré nada, ni a nadie. Me has prometido la perseverancia si Te amo con fidelidad. ¡Yo Te amaré siempre!.
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