miércoles, 30 de octubre de 2024

CONSUELO DE CADA HORA AL JESÚS DE MI SAGRARIO. Meditaciones de Manuel González, el Obispo del Sagrario Abandonado




               El abandono a Jesús Sacramentado atravesó el corazón y el alma misma de un joven Sacerdote llamado Manuel González; por eso, en su parroquia de San Pedro, en la provincia andaluza de Huelva, invitó a un grupo de mujeres, delante de su Sagrario, a unirse de ese anhelo por hacer compañía a Jesús escondido los Tabernáculos. Así nacía la Obra de las Marías y de los Discípulos de San Juan para los Sagrarios-Calvarios, el 4 de Marzo de 1910. En 1912, Don Manuel fundaría a los "Juanitos", rama infantil de adoradores de Jesús abandonado.

               Puso el nombre de "Marías" a las señoras adoradoras, y "Juanes" a los hombres. La piadosa Obra no tardó en extenderse por toda España, dando lugar a numerosos turnos de vela ante el Sagrario. Tal fue el éxito del apostolado en favor de los Sagrarios Abandonados que consiguió Don Manuel algo hasta entonces inaudito: el Papa San Pío X, que había aprobado la Obra de las Marías de los Sagrarios en Noviembre de 1912, concedió la gracia de permitir que un Sacerdote celebrase la Santa Misa en la habitación de una "María" o un "Juan" cuando se encontrasen enfermos de gravedad. Gracias a la disposición papal, Nuestro Señor Sacramentado visitaba en el lecho del dolor a cuantos antes le habían hecho compañía en la iglesia.




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