sábado, 19 de octubre de 2024

SOBRE LA INMACULADA CONCEPCIÓN, en el 170 Aniversario del Dogma

 


               Antigua es la piedad de los Fieles Cristianos para con la Santísima Virgen María, que sienten en su alma, que en el primer instante de Su creación e infusión en el cuerpo, fue preservada inmune de la mancha del pecado original, por singular gracia y privilegio de Dios, en atención a los méritos de Su Hijo Jesucristo, Redentor del género humano, y que, en este sentido, veneran y celebran con solemne ceremonia la Fiesta de Su Concepción; y ya crecido su número, y después que Sixto IV, de feliz recordación, publicara sus Constituciones Apostólicas, renovadas y mandadas observar por el Concilio de Trento, en que recomienda este culto, éste aumentó. 

              Nuevamente fue incrementada y propagada esta devoción u culto a la Madre de Dios después de erigirse, con la aprobación de los Romanos Pontífices, monasterios de órdenes religiosas y confraternidades en honor de ese nombre y después de concederse indulgencias en el mismo sentido de tal suerte que, cuando la mayoría de las Universidades y las más célebres de entre ellas se plegaron a esa doctrina, casi todos los Católicos lo admitían.


De la Constitución Apostólica "Sollicitudo Omnium Ecclesiarum", 
de Su Santidad Alejandro VII, 8 de Diciembre de 1661



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