viernes, 21 de noviembre de 2025

LA PRESENTACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

  

                Habiendo celebrado el 8 de Septiembre la Natividad de la Virgen María y cuatro días después Su Santísimo Nombre, honramos hoy la Presentación en el Templo de aquella Niña de bendición. Esas tres fiestas del Cielo Marial son como un eco del Ciclo Cristológico, que celebra también el Nacimiento de Jesús, Su Santísimo Nombre y Su Presentación en el Templo el día de la Candelaria.

                La Fiesta de la Presentación de la Virgen Niña tiene sus orígenes en una piadosa tradición, cuyas raíces se hunden en los evangelios apócrifos; en ellos se cuenta cómo la Virgen María fue presentada en el Templo de Jerusalén a la edad de tres años, viviendo allí con otras doncellas y piadosas mujeres. Todo esto se viene conmemorando en Oriente desde el siglo VI y hasta habla de ello el Emperador Miguel Comeno en una Constitución de de 1166.

                Un gentil hombre francés, Canciller en la Corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Avignon en 1372, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta de la Presentación el 21 de Noviembre. El Papa decidió entonces introducirla en Avignon y posteriormente, el Papa Sixto V la impuso a toda la Iglesia.



               No hubo ni habrá jamás un ofrecimiento hecho por una criatura, ni más grande ni más perfecto que el que hizo la Niña María a Dios cuando se presentó en el Templo para ofrecerle, no incienso ni cabritillas, ni monedas de oro, sino a Sí Misma del todo y por entero, en perfecto holocausto, consagrándose como Víctima Perpetua en Su Honor. Muy bien comprendió la voz del Señor que la llamaba a dedicarse toda entera a Su Amor, con aquellas palabras: “Levántate, apresúrate, amiga mía… y ven” (Cantar de los Cantares, cap. 2, vers. 10). Por eso quería Su Señor que se dedicara del todo a amarlo y complacerlo: “Oye, hija mía, mira, inclina tu oído y olvida tu pueblo y la casa paterna” (Salmo 44, vers. 14). Y Ella, al instante siguió la llamada de Dios.

               Es seguro que desde el primer instante en que esta Celestial Niña fue santificada en el seno de Su madre, que fue desde el primer instante de Su Inmaculada Concepción, Ella recibió el uso perfecto de la razón para poder desde el primer momento comenzar a merecer...

               María desde el principio de Su Existencia conoció a Dios, y lo conoció con tal perfección –como le dijo el Ángel a Santa Brígida– y de tal manera, que ninguna lengua es capaz de explicar la perfección con que la inteligencia de la Santísima Virgen llegó a conocer a Dios desde el primer instante. Desde entonces María, con aquella primera luz con que Dios la enriqueció, se ofreció por entero a Su Señor dedicándose del todo a Su Amor y a Su Gloria, como el mismo Ángel se lo reveló a Santa Brígida cuando le dijo: “Al instante Nuestra Reina determinó consagrar a Dios Su voluntad con todo el amor y para siempre. Y nadie puede comprender de qué manera Su voluntad se sujetó a abrazar todo lo que fuera del gusto divino”.

               La Niña María conocía bien con luz del Cielo, que Dios no acepta un corazón partido sino que lo quiere consagrado a Su Amor conforme al mandato sagrado: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón” (Deuteronomio, cap. 4, vers. 5). Por lo que Ella, desde que comenzó a vivir, comenzó a amar a Dios con todas Sus fuerzas y del todo se entregó a Él.

               Como la Santa Niña María se ofreció a Dios en el Templo con prontitud y por entero, así nosotros en este día presentémonos a María sin demora y sin reserva y roguémosle que Ella nos ofrezca a Dios, el cual no nos rehusará viendo que somos ofrecidos por las manos de la que fue el Templo Viviente del Espíritu Santo, las delicias de Su Señor y la Elegida como Madre del Verbo Eterno.


San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia
en su obra Las Glorias de María



jueves, 20 de noviembre de 2025

EL PRÍNCIPE DE LA JUVENTUD ESPAÑOLA, en el Aniversario de José Antonio Primo de Rivera

 

“Al deseadísimo Príncipe de la Juventud Española, 
al magnánimo Fundador de la Falange, 
que juntamente con muchos Mártires Gloriosos ofreció
 valerosamente su muerte por Dios y por la Patria, 
séale concedida la Luz de la Bienaventuranza, 
el recuerdo de los siglos y la corona 
de manos del Señor por toda la Eternidad”

Canto gregoriano entonado por los Monjes Benedictinos de Silos, 
en 1938, bajo la invocación: Dessideratisimo Principi Juventutis



               José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia nació el 24 de Abril de 1903. Fue el mayor de cinco hermanos que quedaron huérfanos de madre en 1908. Miembro de una aristócrata familia de tradición militar, optó sin embargo por la carrera de Derecho en la Universidad Central de Madrid, donde obtuvo la Licenciatura en 1922. Permaneció totalmente ajeno de la actividad política hasta que el 29 de Octubre de 1933, presentaría en el madrileño Teatro de la Comedia el nuevo movimiento, que se denominará Falange Española. A la muerte de su padre, el General Miguel Primo de Rivera, heredaría el Marquesado de Estella, con Grandeza de España. 

               En Febrero de 1934 la Falange se fusionó con las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) y , poco después, José Antonio sería proclamado Jefe Nacional del partido en Octubre de 1934. El 14 de Marzo de 1936 José Antonio fue detenido, junto a la mayor parte de la Junta Política de FE de las JONS. Mientras sus camaradas eran perseguidos —encarcelados o asesinados—, José Antonio tuvo que enfrentarse a diversos procesos judiciales hasta que el 5 de Junio de 1936 fue trasladado a la Cárcel Modelo de Alicante, donde se encontraba al producirse el Alzamiento el 18 de Julio. 


“Cuando un hombre, tras pública y sincera confesión de Fe,
 que es acto del entendimiento llega a la plenitud 
de conciencia de dicha subordinación, ese hombre posee 
en toda su pureza y con grado eminente la virtud 
de la Religión; la Religión del espíritu y de la verdad, 
exenta en lo posible de máculas, Misas de conveniencia
y fariseísmos puramente ritualísticos. 
De haberla poseído dio José Antonio muestras claras 
e irrebatibles en distintas ocasiones de su vida”


Testimonio del Arzobispo de Valladolid 
Mons. Remigio Gandásegui y Gorrochátegui 





               Deseoso de poner fin a la tragedia de la guerra, se ofreció para mediar con los sublevados con el propósito de establecer un régimen de salvación nacional, pero su oferta no fue atendida por el Gobierno republicano. Juzgado por rebelión, fue condenado a muerte y fusilado en la madrugada del 20 de Noviembre de 1936. Apenas unas horas antes, dejó escrito en su testamento: “Ojalá sea la mía la última sangre española que se vierta en discordias civiles”.

               Finalizada la Cruzada de Liberación y con la Victoria del Caudillo Franco, sus restos fueron trasladados al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Allí reposaron hasta que el 30 de Marzo de 1959 recibió sepultura ante el Altar Mayor de la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, adonde llegó portado a hombros de sus camaradas, muchos de los cuales no tuvieron la oportunidad de conocerle en vida. En el granito de la losa que lo cubre simplemente aparece grabado el nombre con el que ha pasado a la Historia: José Antonio. Los martiriales restos de José Antonio fueron trasladados del Valle de los Caídos al Cementerio de San Isidro de Madrid el 25 de Abril de 2023.




AMEMOS DE CORAZÓN A LOS SACERDOTES



                    Hoy Jueves, siguiendo LA SEMANA DEL BUEN CRISTIANO, recordaremos de manera especial a los Sagrados Ministros de Dios; fue el Jueves Santo el día elegido por Nuestro Señor Jesucristo para instituir el Sacerdocio, y con él y por él, la Sagrada Eucaristía, renovación incruenta del Sacrificio del Calvario, que se renueva por todo el orbe cada día, sin cesar. El Jueves es por tanto, el día indicado para pedir a Dios Nuestro Señor por los Sacerdotes y Religiosos, así como por las vocaciones, para que Él envíe operarios a Su mies y que ellos extiendan Su Reino en el mundo entero.

                    El Sacerdote tiene un carácter indeleble, que lo hace ontológicamente Hombre-Sacerdote: su Ministerio implica una forma y estado de vida y no un ejercicio transitorio. No se puede ser, como hoy en día se pretende, una suerte de “Sacerdote a tiempo parcial”, un simple funcionario de lo sagrado sujeto a nómina y a horarios. El Sacerdote lo es las veinticuatro horas de cada día de su existencia, y aún será Sacerdote por toda la eternidad, ya sea que se salve o que tenga la desgracia de condenarse.


RECEMOS de forma especial por los Sacerdotes,
que entendamos la gran misión que les ha sido
confiada y por tanto:


   - AMEMOS de corazón a los Sacerdotes, amor traducido en obras: hagamos sentir al Sacerdote parte de nuestra familia, que lo acompañemos en sus soledades e incomprensiones, que los sostengamos espiritualmente con nuestras oraciones y humanamente con nuestra cercanía y ayuda material.

   - VENEREMOS a Cristo besando la mano del Sacerdote, pues es el Sacerdote un hombre consagrado al que debemos respetar; que evitemos exceso de confianza con los hombres sagrados, tratándoles con cariño sincero pero con veneración por el poder divino del que están investidos. Como personas sagradas que son, a los Sacerdotes no hay que besarles en el rostro; tampoco es conveniente tutearles o hacerles mofa por sus limitaciones humanas. Miremos al Sacerdote como si viésemos en él a Nuestro Redentor.

   - SEAMOS MANSOS y obedientes a la Voz de Dios que nos habla por medio de los verdaderos Sacerdotes... particularmente en las exhortaciones que nos dan en el Sacramento de la Confesión.



lunes, 17 de noviembre de 2025

LAS ALMAS DEL PURGATORIO en la vida de la mística Natuzza Evolo

 

                    Natuzza Evolo fue una gran mística de nuestro tiempo, sin embargo apenas es conocida fuera de Italia; nació en el pueblo calabrés de Mileto, Italia, el 23 de Agosto de 1924. Su paso por este mundo fue realmente impresionante y nos mostró que la vida terrenal y la que comienza después de esta experiencia terrenal están unidas en Dios, y que los seres del otro mundo a veces viven entre nosotros y no en otro lugar lejano e inaccesible. Desde muy pequeña tuvo numerosos dones y carismas, entre otros Dios le concedió la gracia de poder ver a los Difuntos, a los Ángeles y a los Santos. 

                    La bilocación, el conocimiento sobrenatural, la profecía, la curación de enfermos fueron otros dones extraordinarios con los que el Señor bendijo a Natuzza; el don más palpable fueron las hemografías o escritos con sangre que, sin quererlo, se imprimían en telas o pañuelos colocadas sobre su cuerpo. Este hecho tan asombroso e inexplicable científicamente llamó poderosamente la atención de algunos científicos, pero nadie ha podido hasta ahora explicar este fenómeno sobrenatural. 

                    Su vida entera fue una catequesis completa sobre las verdades de la Iglesia Católica. Su Ángel Custodio le hablaba y la llevaba en bilocación a diferentes lugares para consolar o ayudar a personas en necesidad, y eso mismo hacían con ella algunos Difuntos. Natuzza también habló del Infierno y del gran valor de los sufrimientos para salvar las almas de los pecadores. 

                    Por su amor a la Pasión de Cristo el Señor quiso hacer partícipe de la misma a Natuzza, que reviviría cada Viernes Santo los dolores de Cristo Nuestro Señor. La vida de esta madre y esposa fue una entrega total al servicio de Dios y de los demás: sentía que todos los hombres eran sus hijos y oraba y sufría por todos, por eso, además de atender a su esposo y a sus cinco hijos, recibía a una media de cien personas que iban a visitarla y a pedirle ayuda. Natuzza Evolo entregó su alma a Dios en su pueblo natal, el 1 de Noviembre de 2009.



NATUZZA EVOLO Y SU EXPERIENCIA 
CON LAS ALMAS DEL PURGATORIO


                    Los Difuntos que todavía permanecen en el Purgatorio, en estado de purificación personal antes de llegar al Cielo, se comunicaban con ella con toda naturalidad, con el permiso de Dios. Eran sus amigos y le daban mensajes para sus familiares y hasta la llevaban en bilocación a ciertos lugares. Normalmente los Difuntos transmitían a Natuzza que necesitaban en particular de las oraciones de sus familiares, como siempre enseñó la Doctrina Católica, una obra espiritual de Misericordia que nos obliga a todos. Muchos familiares, por las informaciones recibidas por medio de Natuzza, intensificaron sus oraciones y mandaron celebrar Misas o realizaron obras buenas de caridad en favor de sus difuntos, consiguiendo que llegasen más rápidamente al Paraíso.

                    Natuzza, preguntando a su Ángel, estaba en condiciones de saber si los Difuntos se habían salvado o necesitaban sufragios y en qué grado estaban cerca del Cielo; por medio de su Custodio la mística sabía cuándo un alma había ido ya al Cielo, indicando incluso la fecha exacta. Natuzza veía también que las Almas del Purgatorio recibían el consuelo y la compañía de sus Ángeles Custodios, que permanecían con Ellas hasta su entrada en el Cielo.

                    Según le manifestaban los difuntos, la purificación del alma por medio del sufrimiento después de la muerte es gradual, y hay varias etapas de acercamiento a la luz divina. Después del primer período de sufrimiento intenso por los pecados cometidos, el alma tiene la esperanza de ir al Cielo pronto y está en un lugar que es como una antecámara donde se prepara para entrar al Cielo y disfrutar de la plenitud del Amor de Dios. 

                    Las Almas que padecen en el Purgatorio rezan continuamente por los vivos; Ellas no pueden rezar por sí mismas ni por otros difuntos, sus oraciones no les aprovechan a ellas pero pueden ser segura intercesión entre el mundo terrenal y el Paraíso, ya que pese a sus tormentosas purificaciones, se encuentran caminando hacia la Bienaventuranza eterna. 

                    Las almas de los Difuntos se le presentan a Natuzza con los vestidos que usaban en vida y con el aspecto que tenían antes de morir; los veía con el cuerpo idéntico al que tenían en el momento de su muerte, mientras que a los niños los veía con un cuerpo que aparentaba mayor edad.

                    A través de Natuzza los Difuntos exhortaban a sus familiares a tener resignación ante la muerte; aseguraban a Natuzza que estaban tranquilos en el nuevo estado y que recibían los sufragios que les enviaban. 

                    Natuzza también podía ver a las Almas de los Bienaventurados, a los que distinguía porque estaban elevadas un poco de la tierra y aparecían vestidas de blanco y de celeste y eran luminosas; por designios divinos, Natuzza rara vez visionó a los Difuntos condenados en el Infierno. 

                    Natuzza refiere que el Purgatorio es un estado interior del alma, que a veces hace penitencia en los lugares donde ha vivido o donde ha pecado y, a veces, superadas las fases de mayor expiación, en las mismas iglesias. 

                    En una ocasión vio a un difunto y le preguntó dónde estaba: le respondió que estaba entre las llamas del Purgatorio, pero Natuzza, viéndolo sereno y tranquilo, le dijo que a juzgar por su aspecto, no podía ser verdad. Entonces el alma le contestó que las llamas del Purgatorio las llevaba consigo donde fuera. Al mismo tiempo que decía estas palabras, lo vio envuelto en llamas, pero Natuzza, dudando que se tratase de una ilusión suya, se acercó, pero fue envuelta en el calor de las llamas, que le quemaron la boca y la garganta, hecho que le impidió comer normalmente durante unos 40 días. Ante aquél desagradable acontecimiento la mística explicó: “Quizás tuve este castigo por mi falta de fe en las palabras del difunto”.

                    Natuzza aseguró a su Párroco que durante la celebración de la Santa Misa muchas almas se juntan en las iglesias, como mendigos, esperando una ayuda del Sacerdote en su favor.

                    “Un mes de sufrimiento en la tierra -decía Natuzza- puede evitar un año de Purgatorio, como le sucedió a mi madre, que tuvo una enfermedad antes de morir y así fue casi de inmediato al «Prado verde», que es un lugar de oración y de espera para entrar en el Cielo, pero donde no se sufre”.  

                    Algunos sufrimientos del Purgatorio son tan duros que a veces la misma alma no sabe si está en el Infierno; así le sucedió a un difunto que se comunicó con Natuzza, alguien que durante su vida terrena había pecado gravemente: tras abandonar este mundo pasó a estar un largo tiempo en la duda de si se había salvado o no, ya que manifestó a Natuzza verse sobre una especie de precipicio todo oscuro por un lado y todo fuego por el otro... después de 40 años fue liberada de aquel tormento y ahora estaba llena de alegría.



sábado, 15 de noviembre de 2025

LA VIRGEN MARÍA, ESTRELLA DEL MAR


San Alberto Magno sobre el “Privilegio según el cual 
la Bienaventurada Virgen es llamada Estrella del Mar”


                    Indagaremos primeramente si este nombre le corresponde en sentido propio o figurado. Concluiremos afirmando que el término lo utilizaremos en sentido propio.

                    La naturaleza propia de las cosas espirituales es ser luz; en consecuencia, en sentido propio puede asemejarse a la de las estrellas por su brillo. De allí que la bienaventurada Virgen se denomine Estrella del Mar.

                    Esta estrella es la más alta y la última de la Osa Menor: nada conviene mejor a la que ocupa la más alta dignidad y es la última en humildad. Esta estrella atrae al hierro; la Virgen, por Su infinita misericordia, atrae hacia el Cielo a los pecadores empedernidos. La estrella guía a los navegantes y Ella conduce al puerto de salvación a todos los náufragos. La estrella se coloca contra el viento norte y Ella está siempre inclinada hacia los pecadores. De lo que precede resulta claro que muchas de las propiedades de esta estrella convienen tan sólo a la Virgen, y por esa se la denomina Estrella del Mar. 

                    Hay otras propiedades de esta estrella que se ajustan tan solo a Ella. ¿Cuáles son las propiedades en las que se encuentra esta similitud?. Existe la posibilidad de considerar en la estrella su sustancia, su calidad, su posición, su estado, su efecto. Su sustancia es celestial, incorruptible y fuente de luz; y la Bienaventurada Virgen tiene su conversación en los Cielos, Su cuerpo es incorruptible, y es Fuente de Luz por la generación de Su Hijo.

                    En calidad la estrella es superior, más luminosa y útil; La Virgen es superior en dignidad a todos, más gloriosa en virginidad, más útil en fecundidad.

                    Su posición es suprema en el polo más alto del Amor de Dios, en el extremo de nuestra ignominia de la que Ella nos protege y en el último grado de la humildad.

                    El estado de esta estrella es casi sin movimiento, sin inclinación y sin error, y la Virgen no manifestó signos de inconstancia, de caída en el pecado y de error por ignorancia.

                    El efecto de esta estrella es triple: atrae el hierro, expande luz, dirige a los navegantes. Así la Virgen María atrae a los pecadores, ilumina a los penitentes, dirige a los inocentes. Asimismo, salva de caer en el pecado, esclarece en la Justicia, dirige hacia la Gloria. También atrae a los iniciados, ilumina a los que progresan dirige a los perfectos y a los perseverantes. Resulta de esto que el privilegio de la Bienaventurada Virgen es ser llamada Estrella del Mar.


                    San Alberto nació en Lauingen (Alemania) en 1193 y murió en Colonia, el 15 de Noviembre de 1280. En su vida reunió múltiples facetas: científico y teólogo, fraile y místico, Obispo y Doctor de la Iglesia. Patrono de los científicos, es también considerado uno de los más grandes genios de Occidente y un Santo de talla universal, de ahí el apelativo de Magno, que tan solo él ha merecido en el campo del conocimiento.



jueves, 13 de noviembre de 2025

SAN DIEGO DE ALCALÁ



                    San Diego nació en una familia pobre pero muy cristiana, en la sevillana localidad de San Nicolás del Puerto en torno a 1400. Siendo joven se decidió a vivir como ermitaño en la capilla de San Nicolás de Bari, en su localidad natal, y después en el eremitorio de Albaida​ bajo la dirección espiritual de un sacerdote ermitaño.. Poco después se trasladó a Arruzafa, cerca de Córdoba, en cuyo convento profesó como fraile lego en los Menores de la Observancia Franciscana. Desde este lugar comienza su itinerario limosnero y misional por incontables pueblos de Córdoba, Sevilla y Cádiz, dejando detrás de su paso una estela de caridad y milagros que aún pervive en las tradiciones lugareñas de no pocos de esos pueblos.

                    En 1441, fue enviado como misionero a las Islas Canarias, al convento de Arrecife (isla de Lanzarote), donde trabajó de portero. En su función de portero del convento, tuvo ocasión de ejercer la caridad con gran generosidad, a veces considerada excesiva por sus hermanos de comunidad. A la muerte del primer Guardián y Vicario de la Misión de Canarias, todos los ojos recayeron en Fray Diego, que fue elegido sucesor y tuvo que trasladarse allí. Los dirigentes de la Orden se habían saltado la norma legal de no conferir ningún cargo de gobierno a un hermano lego. Embarcó para la isla de Gran Canaria, pero una tormenta le obligó a retroceder a Fuerteventura, donde, al poco tiempo, recibió la orden de regresar a la península ibérica, yendo a Sanlúcar de Barrameda. A San Diego de Alcalá se le atribuye junto a su compañero del convento, Juan de Santorcaz, el hallazgo de la imagen de la Virgen de la Peña (Patrona de la isla de Fuerteventura).

                    Fue de peregrino a Roma por el Jubileo de 1450, decretado por el Papa Nicolás V y la canonización de San Bernardino de Siena. En ese tiempo una epidemia azotó la ciudad romana y San Diego ayudó como enfermero por tres meses. Muchos sanaron milagrosamente.

                    Cierto día, un niño sufrió graves quemaduras por quedarse dormido dentro de un horno que luego fue encendido. Tras la intercesión de San Diego, el niño apareció sin quemaduras. El Santo solía atribuir los milagros a la Madre de Dios.

                    De vuelta a España fue portero y jardinero en el Convento de Santa María de Jesús en Alcalá de Henares; desde ese mismo Convento e
ntró en la inmortalidad bienaventurada el 13 de Noviembre de 1463. Sería elevado a la gloria de los altares en Julio de 1588, bajo el Pontificado del Papa Sixto V, culminando el proceso introducido por Pío IV en tiempos de Felipe II.

                    Se dice que al morir, expedía una milagrosa fragancia. Sus restos fueron visitados por varios Cardenales y miembros de la realeza, como el Monarca Felipe II que llevó el cuerpo de San Diego al palacio real, obteniendo así la curación del Príncipe Carlos que se había accidentado. 

                    La ciudad estadounidense de San Diego -la octava más grande de Estados Unidos y que se sitúa al sur de California- debe su nombre a la Misión que allí estableció Fray Junípero Serra en 1769, que la fundó con el nombre del humilde lego franciscano.

CURACIÓN DEL PRÍNCIPE DON CARLOS DE AUSTRIA
POR MEDIO DE LAS RELIQUIAS DE SAN DIEGO DE ALCALÁ



El Príncipe Don Carlos de Austria, que sanó por mediación de San Diego de Alcalá


                 El Príncipe Carlos, hijo de Felipe II y su primera esposa, María de Portugal, corriendo detrás de la hija del Alcaide, Mariana Garcetas, de quien, según se decía, solicitaba favores de amor que ella le negaba, bajando por una angosta y oscura escalera de caracol del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares, se le fue el pie y se cayó, dándose con la cabeza en una puerta que estaba cerrada, con gran detrimento de su salud.

                 El cirujano Don Dionisio Daza Chacón, con la asistencia del médico de Cámara, Don Cristóbal de Vega, y del médico personal del Príncipe Carlos, Don Santiago Diego Olivares, le hicieron la primera cura, ya que vieron que, aunque estaba inconsciente, sólo tenía una herida de poca extensión en la parte posterior izquierda de la cabeza.

                 Al amanecer del día siguiente llegaron el Protomédico General, Don Juan Gutiérrez, y los cirujanos reales Portugués y Pedro de Torres. A los diez días de la caída le surgieron vejigas inflamatorias de la piel llenas de pus, y se le hincharon los párpados, la cabeza, los brazos y el pecho.

                 Doce días después de la caída llegaron a Alcalá de Henares el propio Monarca Felipe II con el Doctor Mena y el anatomista Andrés Basilio.

                 Al no encontrar cura alguna, el Confesor del Rey, Fray Bernardo de Fresneda, y el del Príncipe, el Padre Maestro Mancio, determinaron sacar a Fray Diego de San Nicolás, futuro San Diego de Alcalá, del arca sepulcral donde yacía en el Convento de Franciscanos de Santa María de Jesús y suplicarle que intercediera para que se realizase el milagro de la curación del Príncipe.

                 Llevaron el cuerpo del Santo fraile en procesión desde el Convento hasta el Palacio Arzobispal.

                 Ya en los aposentos del Príncipe Carlos, sacaron el cuerpo incorrupto de su arca y lo colocaron en unas andas. Estaba amortajado con un lienzo cosido. Descosieron la mortaja por la parte de la frente y ojo izquierdo hasta la sien y colocaron el cuerpo de Fray Diego sobre las rodillas del príncipe Carlos, para que él le tocase el cráneo con la mano.

                 Después de unos rezos, colocaron otra vez el cuerpo incorrupto de Fray Diego de San Nicolás con mucho cuidado en su arca. Con gran solemnidad arrancó la procesión de vuelta hacia el Convento de Franciscanos de Santa María de Jesús para depositar allí de nuevo el cuerpo del hermano lego.

                 La mejoría del Príncipe Don Carlos fue inmediata y a los pocos días le desapareció la fiebre.

                 Cuando se pudo levantar, el Príncipe se pesó, llegando a tres arrobas y una libra, con «calzones, jubón y ropilla». En gratitud, el Príncipe entregó al Convento franciscano tres arrobas (1) de oro y tres de plata.

                 

NOTA

          1) La arroba es una medida de masa que equivale a 11,5 kilogramos.




VENGO POR TODOS MIS HIJOS, en el LX Aniversario de la última Aparición de Nuestra Señora en Garabandal



               Relato de la última Aparición de Nuestra Santa Madre en Garabandal, el 13 de Noviembre de 1965, con la que fue favorecida Conchita González, que contaba entonces 16 años de edad y que había sido la principal vidente de la Virgen en las Manifestaciones que se desarrollaron en la pequeña aldea de la Provincia de Santander, desde Junio de 1961 hasta Noviembre de 1965.


"El Sábado ve a Los Pinos y allí me verás 
y me traes muchos objetos religiosos y Yo 
todos los besaré, para que tú los repartas 
y Mi Hijo por mediación de ellos haga prodigios" 


               "El Sábado, día 13 de Noviembre, tenía anunciado por la Virgen, en una locución que recibí en la Iglesia, que la vería en Los Pinos: especial Aparición para besar objetos religiosos y repartirlos después, ya que tienen gran importancia. Yo estaba con grandes deseos de que llegase ese día, para volver a ver a quien ha sembrado en mí la felicidad de Dios: a la Virgen con el Niño Jesús en Sus brazos. Estaba lloviendo, pero a mí no me importó. Subí a Los Pinos y llevaba conmigo muchos Rosarios que hacía poco me los habían regalado para repartirlos, y yo, como me había dicho la Virgen en la locución, los llevé para que los besara.  

               Subiendo sola a Los Pinos iba diciéndome, como muy arrepentida de mis defectos, que yo no caería más en ellos, porque me daba apuro presentarme delante de la Madre de Dios sin quitarlos. Cuando llegué a Los Pinos empecé a sacar los Rosarios que llevaba y estándolos sacando, oí una voz muy dulce, la de la Virgen, que se distingue entre todas, y me llamaba por mi nombre. Yo le he contestado: "¿qué . . .?" Y en ese momento la he visto, con el Niño Jesús en brazos. Venía vestida como siempre y muy sonriente. Yo le he dicho: —"Ya he venido a traerte los Rosarios para que los beses". Y Ella me ha dicho: —"Ya lo veo".



Conchita González, la principal vidente de Garabandal
durante un éxtasis en Los Pinos, en la zona alta del pueblo.
Allí vería por última vez a Nuestra Santa Madre...


               Después me ha dicho: —"¿Te acuerdas de lo que te dije el día de tu Santo, de que sufrirías mucho en la Tierra?... Pues te lo vuelvo a decir. Ten confianza en Nosotros y lo ofrecerás con gusto a Nuestros Corazones, por el bien de tus hermanos, porque así estarás más unida a Nosotros". 

               Yo le he dicho: —"Qué indigna soy, oh Madre nuestra, de tantas Gracias recibidas por Vos y todavía venir hoy a mí para sobrellevar la pequeña cruz que ahora tengo". Ella me ha dicho: —"Conchita, no sólo vengo por ti, sino que vengo por todos Mis hijos, con el deseo de acercarlos a Nuestros Corazones". Y me ha pedido: —"Dame, para que pueda besar todo lo que traes". Y se lo he dado todo. 

               Llevaba conmigo una Cruz y la ha besado y después me ha dicho: —"Pásala por las manos del Niño Jesús". Y yo lo he hecho y Él no ha dicho nada. Yo le he dicho: —"Esta Cruz la llevaré conmigo al convento", pero no me ha dicho nada. 

               Después de besarlos me ha dicho: —"Mi Hijo, por medio de este beso que Yo he dado aquí, hará prodigios. Repártelos a los demás"... —"Claro, yo así lo haré". Después de esto me ha pedido le diga las peticiones para los demás, que me habían encomendado.




                —"Será la última vez que Me veas aquí, pero estaré siempre contigo y con todos Mis hijos". Después añadió: —"Conchita, ¿por qué no vas a menudo a visitar a Mi Hijo al Santísimo?, ¿por qué te dejas llevar por la pereza, no yendo a visitarle cuando os está esperando de día y de noche?

                Como ya he escrito estaba lloviendo mucho y la Virgen y el Niño Jesús no se mojaban nada. Yo, cuando los estaba viendo no me daba cuenta de que llovía, pero cuando dejé de verlos estaba mojada. Yo le he dicho: —"¡Ay qué feliz soy cuando os veo! ¿Por qué no me llevas contigo ahora?" Y me ha contestado: —"Acuérdate de lo que te dije el día de tu Santo... al presentarte delante de Dios tienes que mostrarle tus manos llenas de obras hechas por ti en favor de tus hermanos y para Gloria de Dios". Se ha pasado ese feliz rato que he pasado con mi Mamá del Cielo y mi mejor Amiga.


Tomado del "Diario de Conchita"



miércoles, 12 de noviembre de 2025

NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ, FORTALEZA, DEFENSA Y PAZ DE LA SAGRADA FAMILIA


                    "José, de sangre real, unido en matrimonio a la más grande y Santa de las mujeres, considerado el Padre del Hijo de Dios, pasó su vida trabajando, y ganó con la fatiga del artesano el necesario sostén para su Familia". 


Papa León XIII, Encíclica "Quamquam Pluries"



                Hoy Miércoles, siguiendo LA SEMANA DEL BUEN CRISTIANO, consagremos nuestras oraciones, buenas obras y sacrificios en honor de Nuestro Padre y Señor San José. La Santa Iglesia busca en San José el mismo apoyo, la fortaleza, la defensa y la paz que supo proporcionar a la Sagrada Familia de Nazaret, que fue como el germen en que ya se encontraba contenida toda la Iglesia.   

               El Patrocinio de San José se extiende a la Iglesia Universal: la Triunfante, en el Paraíso, donde piadosamente se cree que San José se encuentra en cuerpo y alma; también es Patrón de la Iglesia Militante -aquí en este mundo- como lo reconociera el Papa Pío IX en 1870; pero Dios, quiso también encargar a San José, el Patrocinio sobre las Benditas Ánimas del Purgatorio, especialmente sobre aquéllas que más devotas le fueron en vida mortal, y que ahora en la Cárcel del Purgatorio, son las más beneficiadas del Santo Patriarca. Ante semejante influencia ¿seguiremos dudando de la eficaz intercesión de San José. Acude a él con la confianza de un hijo hacia su padre, cuéntale qué te preocupa, cómo puedes salir de ese atolladero... 

               San José es realmente Padre y Señor, que protege y acompaña en su camino terreno a quienes le veneran, como protegió y acompañó a Nuestro Señor mientras crecía y se hacía hombre, hasta su entrada en el Cielo, de igual manera que veló por su Santísima Esposa, a quien se entregó como virginal esposo y fidelísimo ayudante en la educación del Divino Niño. No dudes entonces, si andas en compañía de Jesús y de María, ten la seguridad que junto a Ellos, encontrarás siempre a San José; gánate su amor, su compañía y su protección frente a los ataques de los enemigos del alma.

               

PRÁCTICAS 
para ser devoto y propagador de San José

          - Desde por la mañana ofrece a San José todas tus acciones; encomiéndate a él para que te asista en el trabajo diario y que con su aliento te sostenga cuando flaqueen las fuerzas. Imítale en su pureza virginal, en su constancia, en su incondicional obediencia a Dios y serás un santo de altar.

          - No dejes de rezarle el Ave Josefino hoy y todos los días; eleva el alma buscando el auxilio de San José, que tantas veces ayudó, alimentó y defendió a Jesús y a María.

          - Recita y propaga las siguientes oraciones compuestas en honor de San José (accede a ellas tocando sobre el título)

                    EL AVEJOSEFINO 

                    BENDITA SEA TU HUMILDAD

                    SÚPLICA CONFIADA A NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ

                    


domingo, 9 de noviembre de 2025

NUESTRA SEÑORA MARÍA SANTÍSIMA DE LA ALMUDENA, Patrona de la Villa y Corte de Madrid

 



“Que si bien se considera
Virgen Pura y excelente,
Vos en Madrid solamente
fuisteis la imagen primera
que reverenció su gente...”


(Verso dedicado a la Virgen de la Almudena en 1616)


                 Dice una antiquísima tradición que “cuando el Apóstol Santiago vino de Jerusalén a predicar a España, trajo a esta coronada Villa de Madrid, la milagrosísima Imagen que hoy llaman de la Almudena y la colocó  en esta Iglesia  en compañía de uno de los doce discípulos  llamado San Calocero, que fue el primero que predicó en ella el año del Señor de 38....”. (Según consta en una inscripción de 1640).

                 Al conquistar los musulmanes Madrid (Magerit lo llamaron los infieles) hacia el 714, la imagen de Nuestra Señora fue escondida por los Cristianos en un hueco practicado en las murallas de la Villa, en evitación de profanaciones y cumpliendo así el decreto Arzobispo de Toledo, Don Raymundo. En prueba de devoción, ocultaron, junto con la Virgen, dos velas encendidas, tapiando después el hueco con una gruesa pared de cal y canto.

                 El Rey Don Alfonso VI de León, conquista Madrid en torno al año 1083, y enseguida trata de hallar la Imagen de la Santísima Virgen, escondida por los Cristianos siglos atrás. El Monarca había hecho voto de buscarla incansablemente para restituirla al culto de los fieles, si Dios le concedía la victoria sobre los Sarracenos, y lograba tomar la fortaleza de Madrid. Pero una vez liberada ésta y no obstante sus pesquisas, no lograba localizar el sitio donde la Imagen estaba oculta.

                 Por ese deseo de que la Virgen Nuestra Señora fuese venerada hasta tanto se lograse hallarla, mandó pintar una Imagen, inspirándose en los rasgos que la tradición atribuía a aquélla imagen oculta y, no se sabe si por el deseo del artista o por gusto del propio Rey casado en aquel momento con Doña Constanza -hija de Enrique I de Francia-, pintaron en su mano una flor de lis.

                 La Imagen fue pintada sobre los muros de la antigua Mezquita musulmana. Tras las ceremonias de purificación y dedicación del Templo, quedó expuesta al culto en el cuadro hoy conocido por Nuestra Señora de la Flor de Lis.

                 Una vez conquistado Toledo, volvió Alfonso VI a insistir en la búsqueda de la Imagen oculta por los Cristianos. Así, en Noviembre de 1085, se celebró  un piadoso Novenario por el éxito de las pesquisas, que finalizó el día 9, con una devota procesión presidida por el Monarca y los Prelados; y al pasar la comitiva frente a la alhóndiga o Almudith, establecida por los moros, se desplomaron unas piedras, dejando al descubierto la Imagen llamada desde entonces de la Almudena, que según la tradición, conservaba encendidas dos candelas, con que fue escondida al ser ocultada 369 años antes.

                 Llevada a la Iglesia de Santa María, fue colocada solemnemente en el Altar mayor, donde permaneció hasta el día 25 de Octubre de 1868 en que, por demolición del Templo, fue instalada en el Convento de las Religiosas Bernardas del Santísimo Sacramento, en cuya Iglesia estuvo expuesta al culto hasta el 29 de Mayo de 1911, fecha en la que se trasladó con la mayor solemnidad a la Cripta de la Nueva Catedral que construía en honor de su Advocación junto al lugar de la muralla, donde fue hallada la Imagen por Alfonso VI, existiendo hoy en el hueco donde la Virgen estuvo oculta, una Imagen de piedra que conmemora el hecho.

                 El Papa San Pío X, la declaró por soberano decreto de Agosto 1908, Patrona de Madrid y señaló su Fiesta para el día 9 de Noviembre.



viernes, 7 de noviembre de 2025

"NO MORIRÁN EN MI DESGRACIA", la Promesa de Nuestro Señor a los que comulguen los Primeros Viernes

 


               Esta piadosa práctica consiste en recibir a Nuestro Señor en la Sagrada Comunión en el Primer Viernes durante nueve meses consecutivos. Implica que el alma que se propone hacer esta Devoción ha de estar previamente en gracia de Dios mediante la Confesión sacramental con un Sacerdote y tener la clara intención de REPARAR al Sagrado Corazón de Jesús, por cuantos ultrajes recibe en el Santísimo Sacramento. 

               Debemos también ofrecer  -junto con la Sagrada Comunión- cualquier inconveniente, molestia personal, enfermedad... como un ACTO DE DESAGRAVIO; en la aceptación del dolor, nos unimos a los sentimientos del Sagrado Corazón de Jesús, en Su oración en el Huerto de los Olivos, en Su soledad en la cárcel, en Sus cruentos dolores durante la Pasión... y ahora, en nuestros días, esos dolores se vuelven pena por tantas almas como viven indiferentes a Su Amor.


 Para ganar esta gracia debemos:

 Recibir sin interrupción la Sagrada Comunión 

durante nueve primeros Viernes consecutivos.

 Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús 

y de alcanzar la perseverancia final.

 Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación

 por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.


               El 7 de Septiembre de 1897, la Sagrada Congregación de las Indulgencias concedió UNA INDULGENCIA PLENARIA por CADA Primer Viernes que se observe la práctica según las condiciones que anteriormente hemos citado. Si no logramos alcanzar la Plenaria, la Misericordia de Dios permitirá que consigamos algunas indulgencias parciales; en uno u otro caso, son aplicables a las Benditas Almas del Purgatorio, especialmente a aquellas que en este mundo terrenal fueron devotas del Sagrado Corazón.




jueves, 6 de noviembre de 2025

PRIMER JUEVES. EL SACERDOTE, INSTRUMENTO PARA CONTINUAR SU OBRA REDENTORA


Iam non dicam vos servos: quia servus nescit 
quid faciat Dominus ejus. Vos autem dixi amicos: quia 
omnia quaecumque audivi a Patre Meo, nota feci vobis.


Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe 
lo que hace su Señor; pero os he llamado amigos, porque 
todas las cosas que oí de Mi Padre os las he dado a conocer.


Evangelio de San Juan, cap. 15, vers. 15



               El Sacerdote es Ministro de Jesucristo; por lo tanto, instrumento en las manos del Redentor Divino para continuar Su Obra Redentora en toda su universalidad mundial y eficacia divina para la construcción de esa Obra admirable que transformó el mundo; más aún, el Sacerdote, como suele decirse con mucha razón, es verdaderamente otro Cristo, porque continúa en cierto modo al mismo Jesucristo: «Así como el Padre me envió a Mí, así os envío Yo a vosotros», prosiguiendo también como Él en dar, conforme al canto angélico, «Gloria a Dios en lo más alto de los cielos y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad».

               En primer lugar, como enseña el Concilio de Trento, Jesucristo en la última Cena instituyó el Sacrificio y el Sacerdocio de la Nueva Alianza: Jesucristo, Dios y Señor Nuestro, aunque se había de ofrecer una sola vez a Dios Padre muriendo en el Ara de la Cruz para obrar en ella la Eterna Redención, pero como no se había de acabar Su Sacerdocio con la muerte, a fin de dejar a Su amada Esposa la Iglesia un sacrificio visible, como a hombres correspondía, el cual fuese representación del sangriento, que sólo una vez había de ofrecer en la Cruz, y que perpetuase Su Memoria hasta el fin de los siglos y nos aplicase Sus frutos en la remisión de los pecados que cada día cometemos; en la Última Cena, aquella noche en que iba a ser entregado, declarándose estar constituido Sacerdote Eterno según el Orden de Melquisedec, ofreció a Dios Padre Su Cuerpo y Sangre bajo las especies de pan y vino, lo dio bajo las mismas especies a los Apóstoles, a quienes ordenó Sacerdotes del Nuevo Testamento para que lo recibiesen, y a ellos y a sus sucesores en el Sacerdocio mandó que lo ofreciesen, diciéndoles: «Haced esto en memoria Mía».

               Y desde entonces, los Apóstoles y sus sucesores en el Sacerdocio comenzaron a elevar al Cielo la ofrenda pura profetizada por Malaquías, por la cual el Nombre de Dios es grande entre las gentes; y que, ofrecida ya en todas las partes de la tierra, y a toda hora del día y de la noche, seguirá ofreciéndose sin cesar hasta el Fin del Mundo.

               Verdadera acción sacrificial es ésta, y no puramente simbólica, que tiene eficacia real para la reconciliación de los pecadores en la Majestad Divina: Porque, aplacado el Señor con la oblación de este Sacrificio, concede Su Gracia y el Don de la penitencia y perdona aun los grandes pecados y crímenes.


               La razón de esto la indica el mismo Concilio Tridentino con aquellas palabras: «Porque es una sola e idéntica la Víctima y quien la ofrece ahora por el Ministerio de los Sacerdotes, el mismo que a Sí propio se ofreció entonces en la Cruz, variando sólo el modo de ofrecerse»


              Por donde se ve clarísimamente la inefable grandeza del Sacerdote Católico que tiene potestad sobre el Cuerpo mismo de Jesucristo, poniéndolo presente en nuestros Altares y ofreciéndolo por manos del mismo Jesucristo como Víctima infinitamente agradable a la Divina Majestad. Admirables cosas son éstas —exclama con razón San Juan Crisóstomo—, admirables y que nos llenan de estupor


               Además de este poder que ejerce sobre el Cuerpo Real de Cristo, el Sacerdote ha recibido otros poderes sublimes y excelsos sobre su Cuerpo Místico. El Sacerdote está constituido dispensador de los Misterios de Dios en favor de estos miembros del Cuerpo Místico de Jesucristo, siendo, como es, Ministro Ordinario de casi todos los Sacramentos, que son los canales por donde corre en beneficio de la humanidad la Gracia del Redentor. 




                El cristiano, casi a cada paso importante de su mortal carrera, encuentra a su lado al Sacerdote en actitud de comunicarle o acrecentarle con la potestad recibida de Dios esta Gracia, que es la vida sobrenatural del alma. Apenas nace a la vida temporal, el Sacerdote lo purifica y renueva en la fuente del agua lustral, infundiéndole una vida más noble y preciosa, la vida sobrenatural, y lo hace hijo de Dios y de la Iglesia; para darle fuerzas con que pelear valerosamente en las luchas espirituales, un Sacerdote revestido de especial dignidad lo hace soldado de Cristo en el Sacramento de la Confirmación; apenas es capaz de discernir y apreciar el Pan de los Ángeles, el Sacerdote se lo da, como Alimento vivo y vivificante bajado del Cielo; caído, el Sacerdote lo levanta en Nombre de Dios y lo reconforta por medio del Sacramento de la Penitencia; si Dios lo llama a formar una familia y a colaborar con Él en la transmisión de la vida humana en el mundo, para aumentar primero el número de los fieles sobre la tierra y después el de los elegidos en el Cielo, allí está el Sacerdote para bendecir sus bodas y su casto amor; y cuando el cristiano, llegado a los umbrales de la Eternidad, necesita fuerza y ánimos antes de presentarse en el Tribunal del Divino Juez, el Sacerdote se inclina sobre los miembros doloridos del enfermo, y de nuevo le perdona y le fortalece con el Sagrado Crisma de la Extremaunción; por fin, después de haber acompañado así al cristiano durante su peregrinación por la tierra hasta las puertas del Cielo, el Sacerdote acompaña su cuerpo a la sepultura con los ritos y oraciones de la esperanza inmortal, y sigue al alma hasta más allá de las puertas de la Eternidad, para ayudarla con cristianos sufragios, por si necesitara aún de purificación y refrigerio. Así, desde la cuna hasta el sepulcro, más aún, hasta el Cielo, el Sacerdote está al lado de los fieles, como guía, aliento, Ministro de salvación, distribuidor de gracias y bendiciones...



Carta Encíclica "Ad Catholici Sacerdotii
del Papa Pío XI, 20 de Diciembre de 1935




miércoles, 5 de noviembre de 2025

LAS SAGRADAS RELIQUIAS de los Santos, Mártires y Bienaventurados

 

                Hemos acompañado ya en su Triunfo a los Santos en el Cielo; pero aquí en la tierra tenemos todavía sus cuerpos, que fueron templo del Espíritu Santo, que le sirvieron dócilmente para realizar actos heroicos y que un día han de resucitar para participar, juntamente con las almas, de la Bienaventuranza Eterna. La Festividad de los Santos se completa con esta de las Sagradas Reliquias, que se celebra dentro de la Octava.




                Merecen las Reliquias de los Santos culto, ya que por su influencia podemos lograr bienes materiales y espirituales; así como de la Santa Humanidad de Cristo Nuestro Señor, salía una virtud que curaba a cuantos a Él se acercaban, así también las Reliquias de los Santos pueden obrar maravillas, según reza la Oración de la Misa propia de hoy. De hecho, Dios mismo ha puesto sobre las reliquias virtudes sobrenaturales para arrojar a los demonios, curar a los enfermos, devolver a los ciegos la vista, alejar las tentaciones y alcanzarnos otros bienes y dones excelentes.

                Ya los primeros Cristianos recogían con piedad los cuerpos de sus Mártires y sobre su tumbas celebraban la Santa Misa, para simbolizar así que el sacrificio del Mártir se asocia al Sacrificio de Jesús en el Monte Calvario.

                

CLASIFICACIÓN DE LAS SAGRADAS RELIQUIAS


               La Santa Iglesia Católica, siguiendo la Sagrada Escritura y la Tradición, reconoce tres grupos de reliquias, que califica de "primera, segunda o tercera clase, o grado".

               - Las RELIQUIAS DE PRIMERA CLASE: tomadas del cuerpo del santo (hueso, carne, pelo…), como los huesos del profeta Eliseo, que hicieron resucitar a un muerto (II Reyes, 13, 21).

               Las reliquias de primera clase se dividen a su vez en tres tipos:

               - Reliquias insignes: cuerpos enteros o una parte completa de él (cráneo, una mano, una pierna, un brazo), como también algún órgano incorrupto (como la lengua de San Antonio de Padua, el cerebro de Santa Margarita de Alacoque, el corazón de Santa Teresa, etc).

              - Reliquias notables: partes importantes del cuerpo pero sin constituir un miembro entero (la cabeza del fémur, una vértebra, etc)

              - Reliquias mínimas: astillas de huesos o pequeños trozos de carne.




               - Las RELIQUIAS DE SEGUNDA CLASE: objetos que usaron en vida (rosario, libros, indumentaria…), como la capa de Nuestro Señor, que como antes citamos, con sólo tocarla la hemorroísa, quedó curada.

               - Las RELIQUIAS DE TERCERA CLASE: cualquier objeto tocado a una reliquia de primera clase o a la tumba del santo (normalmente pequeños trozos de tela). Ejemplo de ello, -como ya vimos antes- eran los paños que tocaban al cuerpo del apóstol San Pablo.


DEL TRATO Y CUIDADO QUE SE HA DE TENER 
CON LAS RELIQUIAS


               La Iglesia manda guardar las reliquias -sobre todo las de primera clase- en “relicarios“, que tienen consideración de vasos sagrados; a lo largo de la historia, los relicarios han dado lugar a verdaderas obras de arte de la orfebrería. Pueden tener diferentes formas, dependiendo del tamaño de la reliquia que conserven; en los casos de cuerpos enteros, se emplea un cofre-relicario llamado capsa, mientras que si es una parte del cuerpo, el cofre es algo más pequeño y recibe el nombre de capsella. Las reliquias mínimas se guardan en una teca.

               Las Sagradas Reliquias se dispensan desde las diferentes Postulaciones Generales de Roma, así como desde ciertas iglesias y conventos que conserven las reliquias de algún Santo del lugar o propio de alguna Orden Religiosa en particular.

               SOLO HAN DE EXPONERSE A LA VENERACIÓN PÚBLICA aquellas reliquias que estén debidamente autenticadas, o lo que es lo mismo, que una Autoridad Eclesiástica haya validado la procedencia, el tipo de reliquia y en dónde se coloca; todo ello refrendado en un documento, debidamente sellado y con papel especial, que muchas veces incorpora la conocida como "marca de agua" (con el escudo de la Congregación o del Postulador). De igual forma, el Postulador o la Autoridad que certifica la autenticidad de la reliquia, sellará ésta o el relicario donde se coloque, usando hilo y lacre, que ha de permanecer intactos.



Documento de autenticidad, sellado y firmado por el entonces Postulador 
de los Carmelitas Descalzos, Fray Simeón de la Sagrada Familia


               LAS RELIQUIAS DUDOSAS, que son todas las que se encuentren desprovistas de documento de autenticidad, o cuyo relicario esté violentado (lacre o hilos rotos/manipulados) se ha de retirar del culto público y en el peor de los casos, ser enterradas.

                Aquellos Católicos que tengan la dicha de custodiar una RELIQUIA DE PRIMERA CLASE, han de tener en cuenta los siguientes puntos:

             1º) Las Sagradas Reliquias NO SON AMULETOS, NI PIEZAS DE COLECCIÓN; de hecho, las reliquias de primera clase tienen condición de vaso sagrado. Horroriza comprobar cómo personas de dudoso comportamiento moral poseen reliquias y las exhiben en las redes sociales, como si de trofeos o condecoraciones se tratasen.

             2º) Para no perder de vista el carácter SAGRADO de las Reliquias, es muy conveniente apartarlas de otros objetos profanos; lo ideal es guardarlas ordenadamente en una caja digna, provista de tapa para evitar el polvo y la humedad, aparte de un mejor transporte si de diese el caso.

             3º) Las tecas (los recipientes que contienen las reliquias) han de ser limpiadas con sumo cuidado (al menos una vez al mes); limpieza de la parte metálica de la teca, con exquisito mimo para evitar romper el lacre, que junto con el certificado de autenticidad de la reliquia, garantiza que se trata de una reliquia verdadera.



Reverso de un documento de autenticidad, dotado con
con una marca de agua con el escudo del Carmelo Descalzo


             4º) Costumbre piadosa, es la de besar la teca ( o tecas ) en la mañana y en la noche. Cuando se posean más de seis, es suficiente besarlas una vez al día.

             5º) También es recomendable adquirir un RELICARIO, donde se puede exponer la Reliquia del Santo en cuestión en el día de su Onomástica y en día previos si por ejemplo, hacemos una novena.

             6º) Algunas personas muy piadosas, a veces llevan consigo la teca con reliquia de un Santo de su devoción; en estos casos, lo ideal es llevarla prendida al cuello, con una cadena o un cordón sólidos, en el interior de la ropa y siempre y cuando no vayamos a realizar un esfuerzo físico que pueda dañar la teca.