jueves, 7 de octubre de 2021

EL ROSARIO DE NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN MARÍA, la más eficaz Escuela de la Vida y de las Virtudes Cristianas

 


               En gratitud perpetua a Dios por la Victoria de Lepanto, el Papa San Pío V instituyó la Fiesta de la Virgen de las Victorias y a las Letanías de Nuestra Señora añadió "Auxilio de los Cristianos"; fue el Papa Gregorio XIII quien en 1573 definió su nombre actual como Nuestra Señora del Rosario, para el primer Domingo de Octubre y el Papa San Pío X fijó su celebración para el 7 de Octubre, día de la Batalla de Lepanto.

               La Devoción del Santo Rosario tiene su origen en los 150 Salmos del Antiguo Testamento, así el Rosario contiene 150 Avemarías, repartidas entre los 15 Misterios de la Vida y Pasión de Nuestro Señor Jesucristo y de la Santa Virgen María. A su vez, los Misterios de dividen en tres grupos: los Gozosos, los Dolorosos y los Misterios de Gloria, a través de los cuales el Cristiano, transita por aquellos lugares y circunstancias que vivieron Jesús y Nuestra Santa Madre. 

               Rosario quiere decir "Corona de Rosas", en alusión a la hermosura y aroma que exhalan las Avemarías que dedicamos una y otra vez, como los enamorados, a Nuestra Señora, esperando en Su poderosa intercesión en las dificultades cotidianas y en especial, para obtener importantes gracias espirituales. Corona de rosas que desgranamos a fin de exhalar en nosotros el buen olor de Jesús-María, a quienes aprenderemos a imitar si sabemos contemplar con devoción los Misterios del Santo Rosario.

               El Santo Rosario es de las oraciones más perfectas y la predilecta de Nuestra Señora; el rezo del Rosario se compone de una breve meditación de los acontecimientos más relevantes de la Vida de Nuestro Señor Jesucristo y de Su Santa Madre, por lo que lo convierte en un referente evangélico que nos ayuda y alienta a conocer a estas dos Santísimas personas, desde la intimidad de la Encarnación hasta la Coronación de María como Reina del Universo, y además una continua súplica mediante la Oración por antonomasia del cristiano, el Padrenuestro y la invocación angelical a Nuestra Señora, el Avemaría, lo que convierte al Rosario en perfecta Teología condensada en forma de Piedad.

               Todo buen Católico, o aquellos tibios que desean serlo, han de ser continuos en la práctica del REZO DIARIO DEL SANTO ROSARIO, con o sin ganas, llenos de fervor o asaltados por molestos inconvenientes... no busquemos excusa alguna, pues el Rosario sólo ocupa apenas media hora, frente a las muchos ratos que dedicamos a la televisión, redes sociales, ocio...

               El verdadero devoto de la Virgen la imita en Sus virtudes y es obediente a la voz de Su Madre del Cielo que en Lourdes, Fátima, Garabandal, entre otras muchas Apariciones, nos pide con insistencia EL REZO DIARIO de Su Santo Rosario, del cual asegura la misma Virgen será el único medio "para alcanzar la paz en el mundo y la conversión de los pecadores", como afirmó en Fátima.




“El Rosario o Salterio de la Bienaventurada Virgen María 
es un modo piadosísimo de oración y petición a Dios, 
modo fácil al alcance de todos, que consiste en alabar 
a la Santísima Virgen repitiendo el saludo angélico 
ciento cincuenta veces, tantas cuantas son los Salmos 
del Salterio de David, interponiendo entre cada decena 
la oración del Señor con determinadas meditaciones 
que ilustran toda la Vida de Nuestro Señor Jesucristo” 

Papa San Pío V, Bula Consueverunt Romani Pontífices
17 de Septiembre de 1569


               Cuando reces el Rosario, recita con ternura el Padrenuestro, despacio, saboreando lo que dices y seguro que la oración llega al Padre Eterno. En la recitación del Avemaría, después de saludar a la Virgen, pide con fe sencilla ese "ahora y en la hora de nuestra muerte"; un "ahora" que tienes ésta o aquélla dificultad, un "ahora" que tus hijos andan con problemas, un "ahora" en que tu matrimonio no va bien... ese "ahora" es presente, como eternamente la Virgen es presente en aquellos que la llaman y la honran con Su Rosario. 

               Reza el Rosario cada día: si nunca lo has hecho, empieza poco a poco, rezando por la mañana unos cuantos Misterios y por la tarde el resto. Intenta no dejar el rezo del Rosario para la noche, porque el cansancio puede vencerte y no rezarlo. 




               Si lo rezabas habitualmente pero lo has dejado por desidia o por no tener compañía, sé original, sal y reza el Rosario mientras paseas por un parque agradable, tal vez puedes buscar a alguien piadoso que te acompañe en el rezo o, ¿por qué no? busca u en internet algún audio con el rezo del Rosario y así puedes ayudarte. Cualquier lugar es apropiado, depende de la actitud del corazón y del amor que queramos poner, depende de ti, querer más a la Virgen y rezarle cada día Su Rosario. No encontrarás mejor regalo para demostrarle tu amor a María Purísima que regalándole a diario unos minutos con Su Rosario. 



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