martes, 12 de octubre de 2021

ESTE PILAR PERMANECERÁ HASTA EL FIN DEL MUNDO


“El Catolicismo es el denominador común 
de los pueblos hispanoamericanos que en este día 
celebran su encuentro... La unión que se exalta 
en este día entre las veinte naciones que 
constituyen la Hispanidad ha de ser 
para hacer prevalecer siempre 
los derechos de Cristo en todos los órdenes”


Papa Pío XII, 12 de Octubre de 1948




               La Santísima Virgen del Pilar de Zaragoza tiene el honor de ser la primera de las Apariciones Marianas de la historia. De acuerdo con la piadosa Tradición (1), el día 2 de Enero del año 40 de nuestra Era Cristiana, la Virgen Nuestra Madre se apareció en carne mortal al Apóstol Santiago y a un grupo de convertidos que se hallaban orando a orillas del Ebro. 

               Ahí les manifestó Su deseo de que se le diese culto para siempre en aquel lugar. Santiago y sus compañeros construyeron una capilla, siendo por tanto, el primer templo construido en honor de la Virgen María. Conviene subrayar que, a diferencia de otras Apariciones Marianas, se trata de una Aparición singular y única en la historia, ya que tuvo lugar cuando la Virgen todavía vivía en este mundo.

               El Papa Clemente XII estableció la fecha del 12 de Octubre para la Festividad de la Virgen del Pilar.


LA PIADOSA TRADICIÓN DEL PILAR


               "Después de la Pasión y resurrección del salvador y de su ascensión al Cielo, la Virgen María quedó encomendada al Apóstol San Juan. De ella recibieron los Apóstoles el impulso para salir a anunciar el Evangelio en todo el mundo. El Apóstol Santiago, hermano de Juan e Hijo de Zebedeo, movido por el Espíritu Santo se dirigió a las provincias de España. Antes de partir besó las manos de la Virgen y pidió Su bendición.

              Ella lo despidió con estas palabras: "Ve, hijo, cumple el mandato del Maestro y por Él te ruego que en aquella ciudad de España en que mayor número de hombres conviertas a la Fe, edifiques una Iglesia en Mi memoria, como Yo te lo mostraré". Saliendo de Jerusalén, Santiago llegó a España y pasando por Asturias llegó a la ciudad de Oviedo, donde sólo pudo bautizar a un hombre. Luego, entrando por Galicia, predicó en la ciudad de Padrón. De allí volviendo por Castilla se dirigió a Aragón, donde se encuentra Zaragoza, a orillas del Ebro. 

               En esta ciudad, luego de predicar muchos días, bautizó a ocho varones con quienes conversaba durante el día del Reino de Dios. Por la noche, solo y descorazonado, se encamina por la ribera del río para descansar y orar en silencio. Durante la oración, una de esas noches oyó voces de Ángeles que cantaban: "Ave María llena de gracia..." al oírlos se postró de rodillas y vio sobre un pilar de mármol a la Virgen que le decía: "He aquí, Santiago, el lugar donde edificarás un templo en Mi memoria. Mira bien este pilar en que estoy, al que Mi Hijo y Maestro tuyo trajo de lo alto por mano de los Ángeles. Alrededor de él harás el Altar de la capilla, en este lugar obrará la Virtud del Altísimo portentos y maravillas por Mi intercesión por aquellos que, en sus necesidades imploren Mi Patrocinio. Este pilar permanecerá en este sitio hasta el Fin del Mundo y nunca faltarán en esta ciudad verdaderos Cristianos". 

               Confortado por esta presencia de María, edificó un templo. Es la primera iglesia del mundo dedicada a la Virgen".


(Tradición oral que fue recogida en un manuscrito del siglo IX)




NOTA

          1-     Muchos historiadores e investigadores defienden esta Tradición y aducen que hay una serie de monumentos y testimonios que demuestran la existencia de una iglesia dedicada a la Virgen de Zaragoza.  El más antiguo de estos testimonios es el famoso sarcófago de Santa Engracia, que se conserva en Zaragoza desde el siglo IV, cuando la Santa fue martirizada. El sarcófago representa, en un bajo relieve, el descenso de la Virgen de los Cielos para aparecerse al Apóstol Santiago.

               Asimismo, hacia el año 835, un monje de San Germán de París, llamado Almoino, redactó unos escritos en los que habla de la Iglesia de la Virgen María de Zaragoza, "donde había servido en el siglo III el gran mártir San Vicente", cuyos restos fueron depositados por el Obispo de Zaragoza, en la iglesia de la Virgen María. También está atestiguado que antes de la ocupación musulmana de Zaragoza (año 714) había allí un templo dedicado a la Virgen. 

               La devoción del pueblo por la Virgen del Pilar se halla tan arraigada entre los españoles y desde épocas tan remotas, que la Santa Sede permitió el establecimiento del Oficio del Pilar en el que se consigna la Aparición de la Virgen del Pilar como "una antigua y piadosa creencia".

 



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