domingo, 28 de julio de 2024

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN Y SU BENDITO ESCAPULARIO. DÍA 28º "LA LUCHA Y LA VICTORIA"

 



ORACIONES INICIALES

               Por la señal de la Santa Cruz  de nuestros enemigos  líbranos Señor  Dios Nuestro.

               En el Nombre del Padre, del Hijo  y del Espíritu Santo. Amén.

               ¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Tú, que miras con ojos de particular bondad al que viste Tu Bendito Escapulario, mírame benignamente y cúbreme con el manto de Tu maternal protección. Fortalece mi flaqueza con Tu Poder, ilumina las tinieblas de mi entendimiento con Tu Sabiduría, aumenta en mí la Fe, la Esperanza y la Caridad. Adorna mi alma con tales gracias y virtudes que sea siempre amada de Tu Divino Hijo y de Ti. Asísteme en vida, consuélame cuando muera en Tu amabilísima presencia, y preséntame a la Augustísima Trinidad como hijo y siervo devoto Tuyo, para alabarte eternamente y bendecirte en el Paraíso. Amén.


PARA MEDITAR HOY

               En su larga carrera apostólica, el jesuita Padre Luis Milleriot se halló con un alma terriblemente amargada por los reveses de la vida; falta de aliento y de valor, esta desgraciada mujer llegó al borde de la desesperación.

               Viéndola sin consuelo, el P. Milleriot le impuso el Santo Escapulario; pero ella, como no llegara de pronto el consuelo que esperaba, intentó suicidarse. Al enterarse el Padre, y saliéndole al encuentro, le suplicó le prometiera que no se quitaría el Santo Escapulario. Y como ella se lo jurara, dijo el Padre, lleno de satisfacción: -"Ya te he cogido. Podrás intentar matarte; pero no te morirás". Así fue, porque dos veces se arrojó al Sena y, con no saber nadar, no se hundió ninguna de ellas. Al poco tiempo se convirtió, porque su vida de pecado era la que le traía aquella desesperación, y al fin murió cristianamente.


"Prodigios del Escapulario
por el Padre Rafael María López-Melús, O. Carm.


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA
para pedir Su protección a través
del Bendito Escapulario




Reza ahora, despacio y con piedad TRES AVEMARÍAS
a Nuestra Santa Madre la Virgen del Carmen

JACULATORIA
para repetir con frecuencia hoy

Dulce Reina del Carmelo, causa de nuestra alegría,
quiero cantar el consuelo de llamarte Madre mía.

               Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo  y del Espíritu Santo. Amén. 



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