sábado, 27 de julio de 2024

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN Y SU BENDITO ESCAPULARIO. DÍA 27º "PRODIGIO CON EL NAVÍO "SOBERANO"

 



ORACIONES INICIALES

               Por la señal de la Santa Cruz  de nuestros enemigos  líbranos Señor  Dios Nuestro.

               En el Nombre del Padre, del Hijo  y del Espíritu Santo. Amén.

               ¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Tú, que miras con ojos de particular bondad al que viste Tu Bendito Escapulario, mírame benignamente y cúbreme con el manto de Tu maternal protección. Fortalece mi flaqueza con Tu Poder, ilumina las tinieblas de mi entendimiento con Tu Sabiduría, aumenta en mí la Fe, la Esperanza y la Caridad. Adorna mi alma con tales gracias y virtudes que sea siempre amada de Tu Divino Hijo y de Ti. Asísteme en vida, consuélame cuando muera en Tu amabilísima presencia, y preséntame a la Augustísima Trinidad como hijo y siervo devoto Tuyo, para alabarte eternamente y bendecirte en el Paraíso. Amén.


PARA MEDITAR HOY

               El experto y bravo capitán, Don Juan de Lazaga, se sentía gozoso después de seis días de deshecha borrasca, viendo desaparecer en derredor suyo buques menos afortunados, mientras él capeaba los vientos y se defendía como se defienden los héroes de los mares aguantándose hasta perder la vida asidos a la última astilla de la nave. Pero aún le quedaba un recurso, aún tenía alientos para respirar, para exhalar un tierno y profundo suspiro y articular con él el dulcísimo nombre de María: -"¡Madre mía del Carmen, valednos!".

               Con ese suspiro y ese nombre fue envuelto un voto que llegó hasta el Cielo. Lo acogió María e inflamó en un instante los corazones de todos sus compañeros, de aquellos hombres curtidos por las brisas de todos los mares que, adivinando el pensamiento, gritaron todos a una: -"¡Virgen bendita del Carmen, salvadnos que perecemos!" Esto sucedía durante los días del 6 al 12 de Septiembre de 1854. Más de quinientas personas sufrieron el horroroso temporal y huracán de seis días a bordo de un navío que contaba los cien años de surcar los mares. 

               Treinta y un días más tardaron en arribar o tomar puerto, casi anegados y en riesgo inminente de ser absorbidos a cada instante por las olas. Se salvó el buque y se salvaron todos los hombres, sin que faltara uno solo. -"Fue la Virgen del Carmen, nuestra Reina Marinera, quien nos salvó en aquel inminente peligro en que estuvimos a punto de perecer". Así proclamaba, llorando como un niño, el capitán y todos sus marineros, cuando ante el santo Obispo Antonio María Claret, fueron a rendir fervientes acciones de gracias a su Madre del Carmen, en la iglesia Metropolitana de Santiago de Cuba, el día 26 de Octubre de 1854, ante un público enardecido por la emoción, que no cesaba de aclamar y bendecir a la Virgen del Carmen.


"Prodigios del Escapulario
por el Padre Rafael María López-Melús, O. Carm.


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA
para pedir Su protección a través
del Bendito Escapulario




Reza ahora, despacio y con piedad TRES AVEMARÍAS
a Nuestra Santa Madre la Virgen del Carmen

JACULATORIA
para repetir con frecuencia hoy

Dulce Reina del Carmelo, si muero amándote a Ti,
qué pronto llegaré al Cielo, qué dulce será el morir.

               Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo  y del Espíritu Santo. Amén. 



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