San Pío X murió de pena. El 2 de Agosto firmó su Exhortación apostólica Dum Europa, en la que llamaba a los pueblos a dirigirse al Único que podría cambiar sus pensamientos de odio en pensamientos de paz, a Nuestro Señor Jesucristo, el Príncipe de la Paz. Y llamaba a todos los católicos, en particular al clero, a dirigir sus oraciones para detener el curso de la guerra...que finalmente comenzaría a ser más cruenta tras la muerte del Papa.
El "Papa Sarto" había tenido visiones místicas sobre el poder del mal desatado sobre el mundo. De allí que incluyera una jaculatoria más a las oraciones que su predecesor León XIII estipuló para rezarse al final de la Santa Misa. “¡Corazón Sacratísimo de Jesús, ten Misericordia de Nosotros!”.
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