PODEMOS PEDIRLO TODO EN EL NOMBRE DE JESÚS
Los Ángeles son nuestros más queridos y mejores amigos y son los que están más preparados y pueden ayudarnos en toda dificultad y peligro.
Es una pena que muchos Católicos no conocen, ni aman, ni piden la ayuda de los Ángeles. La manera más fácil de hacerlo es decir el Nombre de Jesús en su honor. Esto les da gran alegría y ellos, como respuesta, nos ayudarán en todos nuestros problemas y nos salvarán de muchos peligros.
Digamos el Nombre de Jesús en honor de todos los Ángeles, pero especialmente en honor de nuestro querido Ángel de la Guarda, que tanto nos quiere.
Nuestro Dulce Salvador está presente en millones de Hostias consagradas en innumerables iglesias católicas del mundo. Durante muchas horas del día y durante las largas horas de la noche, Él es olvidado y dejado sólo.
Podemos hacer mucho para consolarle y confortarte diciendo: "Jesús te quiero, te adoro en todas las Hostias consagradas del mundo, y te doy gracias con todo mi corazón por haberte quedado en todos los Altares del mundo por amor nuestro". Entonces di veinte, cincuenta veces o aún más el Nombre de Jesús con esta intención. Podemos hacer la más perfecta penitencia por nuestros pecados ofreciendo la Pasión y Sangre de Jesús muchas veces al día con esta intención.
La Preciosa Sangre purifica nuestras almas y nos eleva a un alto grado de santidad. ¡Es todo tan fácil! Tenemos solamente que repetir amorosa, alegremente y con reverencia "Jesús, Jesús, Jesús".
Si estamos tristes o deprimidos, si estamos preocupados con miedos y dudas, este Divino Nombre nos dará una deliciosa paz. Si somos débiles e indecisos nos dará nueva fuerza y energía.
Cuando Jesús estaba en la tierra, ¿no fue a consolar y confortar a todos aquellos que eran infelices? Aún lo hace todos los días por aquellos que lo piden.
Si estamos sufriendo por problemas de salud y tenemos dolores, si alguna enfermedad está afectando a nuestros pobres cuerpos, Él puede curamos. ¿Acaso Él no curó a los enfermos, los cojos, los ciegos, los leprosos? No nos dijo: "Venid a Mí vosotros los que estáis cansados, y abrumados que Yo os aliviaré". Muchos podrían tener buena salud si solamente pidieran a Jesús por ella.
No obstante, consulta a los médicos, usa los remedios que te den pero por encima de todo ¡pídele a Jesús!
El Nombre de Jesús es la más corta, la más fácil, la más poderosa de todas las plegarías. Nuestro Señor nos dice que podemos pedir al Padre en Su Nombre, por ejemplo, en el Nombre de Jesús, y recibiremos. Todas las veces que decimos ''Jesús", estamos diciendo una fervorosa oración por todo, todo lo que necesitamos.
Las Ánimas del Purgatorio. Es muy lamentable que muchos cristianos olviden y abandonen a las ánimas del Purgatorio. Es posible que algunos de nuestros más queridos amigos estén sufriendo en ese terrible fuego, esperando nuestras oraciones y ayuda, que pudiéramos dársela tan fácilmente y no se la damos.
Tenemos pena de los pobres que vemos en las calles, por los hambrientos y por todos aquellos que sufren. Nadie sufre más terriblemente como las Ánimas de Purgatorio por el fuego, como Santo Tomás nos dice, ¡es lo mismo que el fuego del infierno!
¿Con qué frecuencia, querido lector, rezas tú por las Santas Ánimas? ¡Días, semanas, quizás meses pasan y haces poco por ellas ó quizás nada !
Puedes ayudarlas fácilmente si dices con frecuencia el Nombre de Jesús, porque a) tu así ofreces por ellas la Preciosa Sangre y sufrimientos de Jesucristo, como hemos explicado, b) ganas 300 días de indulgencia cada vez que dices "Jesús".
Ten la costumbre de repetir el Santo Nombre a menudo y podrás como Santa Matilde aliviar miles de Almas que desde entonces no cesarán de rezar por ti con increíble fervor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.