viernes, 12 de junio de 2020

"TODAS MIS LLAGAS TIENEN LA SEÑAL DEL AMOR..."




               Sor Benigna Consolata Ferrero entró en la Historia de la Mística Católica por ser un alma confidente del Divino Corazón de Jesús, gracia muy especial de la que han gozado sólo pocos Santos. Desde el anonimato de la clausura, escribía cuanto le dictaba el Sagrado Corazón de Jesús, como lo hiciera el Señor con Santa Gertrudis, de modo semejante a Santa Margarita María de Alacoque y como volverá a pasar con Sor Josefa Menéndez.



De los Dictados de Jesús 
a Sor Benigna Consolata


               "Alma religiosa, debes amar tanto la mortificación, que has de considerar como perdido el momento en el cual no sufres de alguna manera.

              El sacrificio es el camino más corto para llegar a Jesús; el sacrificio es el atajo, que Jesús hace tomar a las almas que se abandonan al Amor, para hacerlas llegar, más pronto a la perfección.

               Mi unión con las almas, no se hcenunca tan perfectamente como en los sufrimientos, ya sean del alma, ya del cuerpo, porque hay más amor, y, cuando hay más amor, hay más unión.

              El alma que busca fuera de la Cruz, puede hallarme, y aun a veces, Me dejo encontrar; pero donde me encuentra infaliblemente es en la Cruz, en las humillaciones, en el sacrificio y en la obediencia; el todo está comprendido en la caridad... un alma mortificada da frutos de Vida Eterna.

               Si la semilla pudiese hablar, pediría por favor ser echada en la tierra y cubierta de tierra, para poder germinar. Si un alma llegase a comprender lo que es el espíritu de mortificación, lo que es la humillación, lo que es el desprecio de sí misma y las pérdidas en Dios, no anhelaría más que estas cosas. La pérdida en Dios gusta, pero es preciso poner los medios para llegara a ella, y un alma que aún tiene apego a sí misma, por poco que sea, no llegará nunca a ella perfectamente.

               El alma interior sale de la oración como embalsamada de perfumes celestiales; le ocurre lo que a una persona que pasa algún tiempo en una atmósfera perfumada, sin querer, sale impregnada y despide olor. Sin embargo, si no está muy cargada de esencia, se evapora fácilmente. Al contrario, si ella compra frascos de esencia, derramará sin cesar su buen olor. Asimismo si en la oración un alma se contenta con saborear sus dulzuras y tener buenos sentimientos, su perfume se disipa enseguida. Pero si forma sólidas resoluciones, el perfume permanece y le derrama en caridad, suavidad, condescendencia. ¿Qué modo hay para comprar este frasco de esencia? Con la mortificación, con las prácticas de renuncia propias hechas durante el día.

              Si me miras me amarás. Mírame no solamente con una mirada superficial, general, pasajera, sino mírame de cerca. Tú verás que todas Mis Llagas tienen la señal del amor. Como los objetos de oro y plata tienen su contraste que los distingue, así todas Mis Llagas tienen el sello del Amor. Si las miras superficialmente te parecerá que no han sido hechas más que por los verdugos, pero los verdugos no hubieran podido hacerlas si el Amor no se lo hubiera permitido. Tú no puedes como Yo entregar tus manos a los verdugos, pero si observas bien tu Plan de Vida Espiritual, es como si te encontraras entre sus manos, porque el Plan de Vida Espiritual te azota, te corona de espinas y te clava en la Cruz.

               La piedra de toque de la Santidad es la mortificación, y el amor del bienestar es la ruina de la Santidad.

               Benigna mía, estoy contento con que tú seas mortificada; continúa, persevera, progresa en la mortificación del espíritu; nunca te canses de mortificarte, como jamás se cansa el Amor de favorecerte. Mientras más quites de ti, de lo tuyo, más pone el Amor de lo Suyo en ti.

              



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