sábado, 21 de enero de 2023

CCXXX ANIVERSARIO DEL MARTIRIO DEL REY LUIS XVI


               Tal día como hoy, hace 230 años, en 1793, era martirizado por la Revolución, Su Majestad Cristianísima Luis XVI ‘El Benéfico’, Rey de Francia y Navarra; contaba en ese momento 38 años de vida y 18 de reinado. 


Como a Nuestro Señor, 
ataron las manos del Rey...


               Los ayudantes del verdugo Sansón se acercan a Luis XVI y quieren atarle las manos.

          -¿Atarme? ¡No, nunca consentiré esto!- lo interrumpe.

               El Sacerdote (1) le susurra:

           -“Señor, en esta nueva afrenta sólo veo un último rastro de semejanza entre usted y el Dios que será su premio”.

               Estas sublimes palabras del Sacerdote alentaron la piedad del Rey. Luis XVI extiende sus manos.

          -"¡Haz lo que quieras!"

               Y los secuaces de Sansón -muy dignos de la Revolución en la que sirvieron de cómplices- amarraron las manos del Rey. Y así fue, con la intención de imitar a Nuestro Señor Jesucristo, cuyas divinas manos fueron atadas por sus verdugos durante la Pasión, que el Rey subió, peldaño a peldaño, las escaleras de la horca y se dirigió decidido hacia la guillotina.

               Luego hace una señal a los tambores frente a él. Impresionados, los soldados dejan de tocar:

          “Franceses -grita el Rey con voz audible hasta el final de la plaza-, muero inocente. ¡Perdono a los perpetradores de mi muerte y pido a Dios que la sangre que será derramada nunca caiga sobre Francia! Y ustedes, desgraciados…”.

               El Rey pretende continuar con su reprimenda, pero un hombre a caballo, vestido con el uniforme de la guardia nacional, blande su espada sobre uno de los tambores y lo obliga a tapar con su ruido la voz del Rey. ¡En ese momento supremo, a un paso de la guillotina, los revolucionarios aún temen que las palabras del soberano conmuevan a la multitud y todo el proceso revolucionario retroceda!


Plinio Corrêa de Oliveira


Un extranjero sostuvo al monarca en su última hora; 
parecía que no quedaba ni un solo francés 
que fuera leal a su soberano



              (1) El Padre Edgeworth de Firmont nació en el Condado de Longford , Irlanda, en 1745. Acompañó al Rey Luis XVI la noche anterior a su ejecución. Sobre una modesta cómoda celebró la Santa Misa donde comulgaría por última vez el Rey-Mártir; con él saldría en carruaje desde la prisión en la Torre del Temple hasta la Plaza de la Revolución. El Sacerdote ayudaría al Rey a subir al cadalso, de ahí que el escritor François René de Châteaubriand declarase que “Un extranjero sostuvo al monarca en su última hora; parecía que no quedaba ni un solo francés que fuera leal a su soberano

              El Padre Edgeworth de Firmont continuó siendo leal a la familia real francesa hasta el exilio; entregó su alma a Dios en 1807, en Mittau (ahora Jelgava, Letonia )

 


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