“Quisiera hacer comprender a las almas que Mi Amor Misericordioso no es una cosa nueva, es lo que Mi Iglesia enseñó desde el principio... es el Amor del Salvador, su manifestación en la Ley Nueva... No quiero Yo que los que en él crean y abracen esta devoción esperen encontrar en ella alguna nueva forma de espiritualidad”
Nuestro Señor a Sor María Teresa Desandais
En el siglo se llamó Adriana y nació en Dreux (Eure-et-Loir), en 1876. Educada en la Fe Católica desde niña, quedó huérfana a los seis años y a los nueve ya estaba determinada a ser esposa virginal de Cristo. Su piedad y confianza en Dios la llevó con 20 años de edad a ingresar en el Monasterio de la Visitación de Dreux (Francia). Tomó el Santo Hábito el 4 de Mayo de 1897, cambiando su nombre civil por el religioso de María Teresa.
A partir de 1900 fue bendecida con una serie de revelaciones místicas sobre el Amor Misericordioso de Jesús. Comenzó a escribir dichas experiencias sobrenaturales bajo el pseudónimo de "Sulamitis" (en referencia a la doncella del Cantar de los Cantares).
En 1902 escribirá “El tesoro escondido” un opúsculo que habla de los méritos ganados por Jesús para nosotros, la Cruz es su camino. Ese mismo año escribe la oración Ofrenda al Amor Misericordioso, pero no será sólo la escritura donde proyecte su revelaciones místicas, será la pintura uno de sus canales privilegiados, escribiendo y pintando al dictado.
En 1904, sin tener conocimiento particular de pintura, pintó el cuadro del “Amor Misericordioso”: Cristo crucificado, con los ojos en el Cielo y en el fondo una gran Hostia con las siglas JHS; del Corazón de Jesús irradian unos rayos de luz que iluminan la Biblia que se encuentra al pie del Crucifijo con el versículo: "Amaos los unos a los otros como Yo os he amado"; también al pie de la Cruz se encuentra una corona real que indica el despojo de Nuestro Señor de Su Gloria Divina para asumir nuestra naturaleza mortal convirtiéndose en Siervo.
Desde 1915 la actividad literaria de Sor María Teresa fue aumentando considerablemente, y hacia el final de la Primera Guerra Mundial la doctrina del Amor Misericordioso, así como la imagen, ya se encontraba difundida por Francia y parte de Europa. En España, para poder difundir el mensaje del Amor Misericordioso, Sor María Teresa contó con la ayuda del Padre Juan Arintero González OP, Dominico español, publicando los mensajes en su revista “Vida Sobrenatural” a partir de 1922.
En 1918 Sor María Teresa leyó la vida de Sor Benigna Consolata, que había fallecido dos años antes. Fue para ella un momento importante que recogió en su Autobiografía: “Cuando apareció la vida de Sor Benigna sentí una gran alegría ya que en ella vi la respuesta del Amado: ahí me hizo comprender que Él la había escogido para abrir después el camino a Teresa del Niño Jesús”.
Sor María Teresa vivió en el Monasterio de la Visitación de Dreux hasta 1940. Más tarde, a causa de la Segunda Guerra Mundial, la Comunidad se trasladó a Vouvant, provincia de la Vendée, donde ejercería el cargo de Superiora; después de una vida de dedicación y ocultación, murió en olor de Santidad el 1 de Enero de 1943, Primer Viernes de Mes; tenía 66 años de edad y 44 como esposa de Cristo.
En estos años la obra del Amor Misericordioso se difundió por toda España y contó con la aprobación de muchos Obispos y en particular con la bendición del Papa Pío XI, que indulgenció la fórmula de la Ofrenda al Amor Misericordioso. El culto se celebraba principalmente en la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, Madrid, donde, por encargo del Padre Arintero se instaló un gran cuadro pintado por "Sulamitis". El 20 de Julio de 1936, a los dos días de comenzar la Guerra Civil Española, la Basílica fue incendiada y el cuadro ardió; los Frailes Dominicos que custodiaban el templo fueron martirizados por odio a la Fe Católica.
La misión de María Teresa Desandais fue enseñar a los hombres a conocer a Jesucristo, Amor Misericordioso. Para ello debía suscitar en el mundo una legión de almas pequeñas que siguieran la estela de Santa Margarita María, Santa Teresita de Lisieux y Sor Benigna Consolata, para ofrecerse como Víctimas al Amor Misericordioso de Dios y conseguir de este modo el Reinado de la Caridad de Cristo en el mundo y el triunfo de Su Santa Iglesia.
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