Y es precisamente a él, a Monseñor Lefebvre, al que debemos elevar súplicas, para que interceda por su amada Fraternidad, que tanto sufrimientos y dolores le conllevó fundarla y mantenerla en la senda de la Tradición Católica. Pido a Dios que su esfuerzo no haya sido en vano.
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De conformidad con los decretos del Papa Urbano VIII, declaramos que esta oración no tiene finalidad alguna de culto público
ResponderEliminarA mí me ha encantado y te doy las gracias por haberla puesto en el blog.
ResponderEliminarPese a que algunos me ha recriminado por no pedir permiso, sin ánimo de rebeldía digo que para rezar y difundir las buenas obras de Monseñor no tengo que estar autorizado; Mons. Lefebvre fue un obispo católico y yo, como como católico, puedo dar a conocer su obra y pensar que es santo, y que goza de la Visión Beatífica desde el día de su muerte.
ResponderEliminarGracias Juan Diego por mostrarnos aquellos echos que cuando Monseñor estuvo en vida mantuvieron la certeza de que se daba la lucha en contra de la Herejías y mas aún de la Apostasía.
ResponderEliminarComo tu lo has escrito: Roguemos a Monseñor para que interceda por su amada Fraternidad, que tanto sufrimientos y dolores le conllevó fundarla y mantenerla en la senda de la Tradición Católica.
¡Gracias a vosotros por permanecer fieles y unidos en la Tradición!
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