domingo, 18 de septiembre de 2011
ROMA Y MONS. LEFEBVRE ( y III )
En las palabras de Monseñor Lefebvre, que por tercer día consecutivo comparto con vosotros, aprecio su estilo conciliador, pese a que muchos piensen de él que era un cismático o un subversivo, no hizo otra cosa más que dar muestras de su gran amor a la Santa Iglesia.
En mi modesta opinión, Monseñor sufría al ver que su Madre la Iglesia se descomponía tras los desastrosos cambios que trajo -y que aún sufrimos- el Concilio Vaticano II; pero no fueron pocos los obispos que sintieron de la misma manera, si bien es verdad que muchos se acobardaron, ocultando su verdadero sentir, excusándose en virtud de la obediencia debida al Papa.
De alguna manera, aunque bien de lejos, comprendo cómo se pudo sentir Monseñor Lefebvre: muchos son los sacerdotes, vicarios y algún obispo que otro, que leen éste y otros blogs tradicionalistas; también lo hacen muchos seglares, algunos de forma pública y otros soterradamente. Curiosamente, no son pocos los que me escriben de forma privada y me alientan a continuar defendiendo la Fe y la piedad tradicionales, pero, eso sí, ellos se quedan de brazos cruzados…
Sin embargo, los sacerdotes, ya son libres -siempre lo han sido- para celebrar la Santa Misa Tradicional, igual los obispos; ¿qué pueden perder?, ¿el sueldo, la parroquia?, ¿la honra y buena fama entre sus compañeros?.
Pues yo digo a esos cobardes que no les sirve para nada ese sueldo, ni los estipendios; es más, pongo en cuestión su honra y su fama si ellas le impiden vivir en la Verdadera Fe Católica, aquella que ha transmitido la Santa Iglesia durante dos mil años, la que vivieron y por la que se santificaron innumerables santos.
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Es verdad que el estilo de Monseñor Lefebvre era totalmente concialiador.
ResponderEliminarSe está poniendo cada cosa en su sitio y el Espíritu Santo está ayudando con nuestra oraciones.
Estupendas sus entradas. Muchas gracias.
Feliz domingo.