viernes, 5 de marzo de 2021

Sobre la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo... que entren dentro de Tu Corazón




MEDITACIONES SOBRE LA PASIÓN 
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

"Deseo, Oh Jesús, que mi voz pudiera llegar 
los confines del mundo, para llamar a todos 
los pecadores y pedirles que entren 
dentro de Tu Corazón..."

Por Santa Gema Galgani

               Tengamos presente que somos discípulos de este Jesús quien sufrió ¡tanto! No basta con mirar a la Cruz, o en llevarla prendida; debemos llevarla en las profundidad de nuestro corazón. Juntos, visitémoslo a Jesús Crucificado. Mirémoslo; Él está alzado sobre la Cruz. Si Jesús está clavado allí, no nos quejemos si debemos estar parados a Sus pies. ¡Mi pobre Jesús! Quiero tener un corazón compuesto de todos los corazones que más te aman, para que yo pueda mostrarte mi empatía y ayudarte.

               Que nunca se llegue a decir que fallaríamos a Jesús y lo dejaríamos solo en el camino al Calvario. Quedémonos con Él, no solamente de lejos como en el Calvario, sino también en la Cruz y la muerte. Juntos apresurémonos a la Cruz y a las nuevas cruces. Abracémosla y digamos: Oh Santa Cruz, si nos acordamos del amor inconmensurable con el cual Jesús te recibió, nunca nos hemos de apartar de ti.

               Yo soy el fruto de Tu Pasión, Jesús, nacida de Tus Llagas. Oh Jesús, búscame en el amor; yo ya no poseo nada; me has robado el corazón. Siempre me digo a mí misma que amar significa sufrir; Tú das la Cruz a quienes Tú amas. Trátame como Tu Padre te trató. Jesús, invítame a beber del  cáliz de Tus Dolores, hasta la última gota: eso sí, dame un poquito cada vez.

               Entonces, Jesús, no los dejes solos a estos pobres pecadores. Estoy dispuesta a hacer algo. Tú moriste sobre la Cruz; haz que yo también muera... Ya que estos pecadores son Tus hijos e hijas, no los abandones. Jesús, quiero que todos se salven. Si los abandonas, no hay esperanza. Acaso, ¿no soy yo la que debe sufrir por ellos? Entonces, arregla todo para que sea así. Tienes tantos pecadores, pero ¡tan pocas víctimas!.

               Deseo, Oh Jesús, que mi voz pudiera llegar a los confines del mundo, para llamar a todos los pecadores y pedirles que entren dentro de Tu Corazón... Oh, ¡si sólo todos los pecadores entraran en Tu Corazón!... ¡Venid! Venid pecadores, ¡no tengáis miedo! ¡La Espada de la Justicia no puede alcanzarte Aquí!"




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