lunes, 17 de mayo de 2021

SANTA TERESITA EN LA GLORIA DE LOS ALTARES

 

               "...porque Teresa era consciente de su debilidad, se encomendó a la Divina Providencia a fin de que, apoyándose únicamente en Su ayuda, podría lograr la perfecta Santidad de la vida, incluso cuando experimentaba dificultades, y de una absoluta abdicación, pero gozosa, de su propia voluntad..."


(El Papa Pío XI el día de la Canonización de Santa Teresita)



               El 17 de Mayo de 1925, el Romano Pontífice Pío XI, rodeado de 23 Cardenales y 250 Obispos, procedió a la Solemne Canonización de Teresita de Lisieux. De los 50.000 fieles que de todas partes del mundo llegaron a Roma para la ceremonia, tan solo 5.000 pudieron entrar en la Basílica de San Pedro y escuchar al Papa pronunciar la fórmula infalible de la canonización, declarando que en adelante podríamos llamar a la humilde Carmelita de Lisieux: “Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz”.

               Para pasar de la Beatificación a la Canonización de un Bienaventurado, se requerían dos milagros durante el proceso de Canonización; una vez autenticados estos milagros, la canonización puede ser proclamada por el Papa que autoriza y recomienda el culto de este nuevo santo en la Iglesia Universal.

               En el Proceso de Canonización de Santa Teresita, los dos milagros aprobados para su canonización fueron los siguientes: 

          1º- La curación de Sor Gabrielle Trimusi, de las Hijas Pobres de los Sagrados Corazones de Jesús y María (Parma, Italia), de tuberculosis de las vértebras, sanada por intercesión de la Santa de Lisieux en 1923.

          2º- La curación de María Pellemans, Católica belga que acudió en peregrinación a la tumba de la entonces Beata Teresa del Niño Jesús, a la que se encomendó para curar de una tuberculosis intestinal que padecía desde 1919.



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