CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS DE LA ORDEN DEL CARMEN

Conmemoración propia de ayer, 15 de Noviembre, 

trasladada a hoy por coincidir en Domingo

Tened todos un mismo lenguaje y un arma en común: 

el lenguaje sea las sentencias del Evangelio, 

el arma el Escapulario del Carmen 

que todos debéis vestir y que goza del singular privilegio 

de proteger aún después de la muerte. 

Papa Benedicto XV

               La gloriosa Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, recuerda hoy a todos sus miembros: los de la Orden Primera, los sacerdotes, la Orden Segunda, formada por las religiosas que inmolan su vida en la clausura, la Orden Tercera, que forman aquellos seglares, solteros o casados, que tratan de vivir el espíritu del Carmelo en medio del mundo. 

                Pero además pertenecen espiritualmente y se benefician de todas las oraciones, sacrificios y buenas obras de la Orden del Carmen, aquellos fieles, que sin comprometerse mediante votos, reciben con devoción el Bendito Escapulario del Carmen de manos de un sacerdote que se lo imponga con la fórmula que tiene prevista la Santa Iglesia.

               Oremos pues hoy, a lo largo del día, por todas esas buenas almas que un día en este mundo participaron del Espíritu del Carmelo y que ahora se encuentran retenidas en el Bendito Purgatorio. Tengamos esa caridad para con estas Hermanas que tan devotas fueron de Nuestra Señora y de Su Escapulario; tal vez, cuando nosotros tengamos que partir de este mundo, necesitaremos también, con seguridad, de la caridad de las oraciones que nuestros familiares y seres queridos ofrezcan por nuestra alma... procura aplicar desde hoy el Mandamiento del Amor, no solo con los que ves en este mundo de prueba, sino para con aquellas Almas que forman la Iglesia Purgante, que penan por las culpas que aquí acumularon y que la Justicia de Dios, exige reparación.

               Tus oraciones, sacrificios, limosnas y sobre todo, el Santo Sacrificio de la Misa, son los medios eficaces de los que nos podemos valer para socorrer a las Almas que padecen en la Cárcel del Purgatorio. Ignorar el dolor que estas pobres Hermanas padecen, puede llegar a ser pecado grave de OMISIÓN, del cual Jesucristo, Justo Juez, nos pedirá severas cuentas.