viernes, 20 de noviembre de 2020

LXXXIV ANIVERSARIO DEL MARTIRIO DE JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA, FUNDADOR DE LA FALANGE ESPAÑOLA


“Al deseadísimo Príncipe de la Juventud Española, 

al magnánimo Fundador de la Falange, 

que juntamente con muchos Mártires Gloriosos ofreció

 valerosamente su muerte por Dios y por la Patria, 

séale concedida la Luz de la Bienaventuranza, 

el recuerdo de los siglos y la corona 

de manos del Señor por toda la Eternidad”


Canto gregoriano entonado por los Monjes Benedictinos de Silos, 

en 1938, bajo la invocación: Dessideratisimo Principi Juventutis




               José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia nació el 24 de abril de 1903. Fue el mayor de cinco hermanos que quedaron huérfanos de madre en 1908. Miembro de una aristócrata familia de tradición militar, optó sin embargo por la carrera de Derecho en la Universidad Central de Madrid, donde obtuvo la Licenciatura en 1922. Permaneció totalmente ajeno de la actividad política hasta que el 29 de Octubre de 1933, presentaría en el madrileño Teatro de la Comedia el nuevo movimiento, que se denominará Falange Española. A la muerte de su padre, el General Miguel Primo de Rivera, heredaría el Marquesado de Estella, con Grandeza de España. 

               En Febrero de 1934 la Falange se fusionó con las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) y , poco después, José Antonio sería proclamado Jefe Nacional del partido en Octubre de 1934. El 14 de Marzo de 1936 José Antonio fue detenido, junto a la mayor parte de la Junta Política de FE de las JONS. Mientras sus camaradas eran perseguidos —encarcelados o asesinados—, José Antonio tuvo que enfrentarse a diversos procesos judiciales hasta que el 5 de Junio de 1936 fue trasladado a la Cárcel Modelo de Alicante, donde se encontraba al producirse el Alzamiento el 18 de Julio. 


“Cuando un hombre, tras pública y sincera confesión de Fe,

 que es acto del entendimiento llega a la plenitud 

de conciencia de dicha subordinación, ese hombre posee 

en toda su pureza y con grado eminente la virtud 

de la Religión; la Religión del espíritu y de la verdad, 

exenta en lo posible de máculas, Misas de conveniencia

y fariseísmos puramente ritualísticos. 

De haberla poseído dio José Antonio muestras claras 

e irrebatibles en distintas ocasiones de su vida”


Testimonio del Arzobispo de Valladolid 

Mons. Remigio Gandásegui y Gorrochátegui 


               Deseoso de poner fin a la tragedia de la guerra, se ofreció para mediar con los sublevados con el propósito de establecer un régimen de salvación nacional, pero su oferta no fue atendida por el Gobierno republicano. Juzgado por rebelión, fue condenado a muerte y fusilado en la madrugada del 20 de Noviembre de 1936. Apenas unas horas antes, dejó escrito en su testamento: “Ojalá sea la mía la última sangre española que se vierta en discordias civiles”.

               Finalizada la Cruzada de Liberación y con la Victoria del Caudillo Franco, sus restos fueron trasladados al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Allí reposaron hasta que el 30 de Marzo de 1959 recibió sepultura ante el Altar Mayor de la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, adonde llegó portado a hombros de sus camaradas, muchos de los cuales no tuvieron la oportunidad de conocerle en vida. En el granito de la losa que lo cubre simplemente aparece grabado el nombre con el que ha pasado a la Historia: José Antonio.




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