lunes, 7 de diciembre de 2020

¿Cómo ayudar a las Almas del Purgatorio? -Parte 4: Por medio de una vida libre de pecado y por la justa restitución

 

               De acuerdo con la Doctrina de Santo Tomás de Aquino, el Doctor Angélico, la eficacia de nuestra ayuda no depende solo de la disposición de las pobres Almas del Purgatorio, sino también de la nuestra. Cuanto más limpios de pecado estemos, tanto mayor es nuestro amor a Dios y nuestro estado de gracia, y también, por consiguiente, el mérito de nuestras buenas obras y el poder de nuestras oraciones, y tanto más inclinado está Dios a escucharnos. 




               No quiere decir esto que el hombre que tuvo la desgracia de cometer un pecado grave no pueda ni deba pedir por las Almas del Purgatorio; no puede afirmarse que el pecador no justificado no pueda hacer nada en absoluto por estas Benditas Ánimas; lo único que realmente queda infructuoso es la oración que haga por sí mismo... esto es teológicamente injusto. Los sufragios que actúan ex opere operato tienen su valor satisfactorio propio. 

              El pecador que por encargo del difunto o de otra persona cualquiera da limosnas u ofrece el Santo Sacrificio, no priva a estos sufragios de su valor, debido a encontrarse en pecado, puesto que él solo es el mediador. la intercesión del  pecador no tiene realmente ninguna fuerza satisfactoria, pero sí puede tener una fuerza impetratoria y puede ser atendida no por su mérito sino por la Divina Misericordia.

               La redención de las Almas del Purgatorio se acelera si se reparan, en la medida de lo posible, los daños ocasionados por un difunto durante su vida, sea por medio del engaño, el latrocinio, la calumnia, etc. si se cumple la promesa dada y se cumplen obligaciones aún en vigor.




               El Papa Benedicto XIII, que era fraile dominico, cuenta: "El padre de un Hermano de la Orden de Santo Domingo, en el momento de su muerte, debía aún, desde hace años, una cierta suma al herrero por haber herrado éste a su caballo. Después de su muerte se apareció a uno de sus fieles servidores con un martillo y una tenaza en la mano, así como también un clavo resplandeciente. Le dijo: "Vete y dile a mi esposa que tenga la caridad de saldar la cuenta, debido a la cual sufro en el Purgatorio". De esto no ha de deducirse, como observa el Papa, que las Almas del Purgatorio, si no dejan saldadas las cuentas dejadas atrás, tienen que permanecer durante largo tiempo en el Purgatorio, sino solamente que, por medio de dichas restituciones llevadas a cabo por amor, pueden ser redimidas más rápidamente, incluso en el momento mismo.



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