Si estáis alegre, miradle Resucitado; que sólo imaginar
cómo salió del sepulcro os alegrará.
Mas ¡con qué claridad y con qué hermosura!
¡Con qué majestad, qué victorioso, qué alegre!
Como quien tan bien salió de la batalla
adonde ha ganado un tan gran Reino,
que todo le quiere para vos, y a sí con Él.
Pues ¿es mucho que a Quien tanto os da
volváis una vez los ojos a mirarle?
Santa Teresa de Jesús
"...el esplendor de la Resurrección es una invitación a los hombres a regresar a la Luz Vital de Cristo, a conformarse con Sus Enseñanzas sobre el mundo... almas y cuerpos, pueblos y civilizaciones, sus estructuras, sus leyes, sus proyectos. Ni el orgullo sin sentido ni el vano temor de dejarse inspirar por Cristo menoscaban su libertad o la autonomía de sus obras. Dios, quien desde el principio le ha ordenado al hombre que someta la tierra y trabaje en ella.
En cambio, sería una apariencia de Fe, destinada a la derrota, ese vago sentido del Cristianismo, diríamos casi, suave y vacío, que no va más allá de los umbrales de persuasión en la mente y amor en el corazón; que no es el fundamento y la corona de la vida, ni privado ni público; y eso ve en la Ley Cristiana una mera ética humana de solidaridad y cierta actitud para promover el trabajo, la técnica y el bienestar externo. Quienes ondean la bandera engañosa de este vago Cristianismo, lejos de flanquear a la Iglesia en la inmensa lucha que se les impone para salvaguardar los valores eternos del espíritu para el hombre del presente siglo, aumentan la confusión y se convierten en cómplices de los enemigos de Cristo.
Sin embargo, la victoria no está garantizada para toda apariencia de Fe, sino para la Fe que adora en Cristo Crucificado al Hijo Unigénito de Dios, que resucitó "ascendió al Cielo y se sienta a la diestra del Padre, y nuevamente, lleno de Gloria, vendrá juzgar a los vivos y a los muertos "; a esa Fe, que se transforma en obras de plena Justicia, en la observancia de los Mandamientos y deberes; eso se concreta, en una palabra, en amar a Dios y, para Él y en Él, los hermanos, todos los hombres, especialmente los humildes y los pobres.
Fundada sobre la roca viva de la Fe, el único Custodio de su totalidad, la Iglesia levanta su estandarte salvador entre los pueblos, para que los creyentes verdaderos y activos trabajen, guiados por ella, la salvación común.
La Iglesia no teme nada del mundo, ya que vive el Misterio de la Pascua en todo momento con el saludo alentador, que también se promete, del Redentor Resucitado: " Pax vobis " ¡La paz sea con vosotros!. Por la todopoderosa ayuda de Él, la Iglesia, ya que ella no ha temido en el pasado ni a los tiranos ni a los obstáculos puestos en contra de sus audaces beneficios, incluso en el campo de las conquistas civiles, por lo que ahora siente el coraje y la fuerza para enfrentar los problemas más espinosos que acosan a la humanidad, lo que es establecer la convivencia entre los pueblos en la Verdad, la Justicia y el Amor.
Papa Pío XII, Discurso por la Pascua de Resurrección,
2 de Marzo de 1956
DOCTRINA SOBRE LA RESURRECCIÓN
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
(Del Catecismo Mayor de San Pío X)
- Qué nos enseña el quinto artículo: DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS: AL TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS? - El quinto artículo del Credo nos enseña: que el Alma de Jesucristo, separada ya del cuerpo, fue al Limbo de los Santos Padres y que al tercer día se unió de nuevo a Su cuerpo para no separarse jamás.
- ¿Qué se entiende aquí por Infierno? - Por Infierno se entiende aquí el Limbo de los Santos Padres, es decir, el lugar donde las Almas de los Justos eran recogidas y esperaban la Redención de Jesucristo.
- ¿Por qué las almas de los Santos Padres no fueron introducidas en el Cielo antes de la Muerte de Jesucristo? - Las almas de los Santos Padres no fueron introducidas en el cielo antes de la muerte de Jesucristo porque por el pecado de Adán el Cielo estaba cerrado, y convenía que el primero que entrase en él fuese Jesucristo, que con Su Muerte lo abrió de nuevo.
- ¿Por qué Jesucristo quiso dilatar hasta el tercer día Su propia Resurrección? - Jesucristo quiso dilatar hasta el tercer día Su propia Resurrección para mostrar con evidencia que verdaderamente había muerto.
- ¿Fue la Resurrección de Jesucristo semejante a la resurrección de los otros hombres resucitados? - No, señor; la Resurrección de Jesucristo no fue semejante a la resurrección de los otros hombres resucitados, porque Jesucristo resucitó por Su propia virtud, y los demás fueron resucitados por la virtud de Dios.
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