Jesús es el Rey de las edades eternas por naturaleza y por conquista; para Él, con Él, subordinado a Él, María es Reina por gracia, por parentesco divino, por conquista, por elección singular. Y Su Reino es vasto como el de Su Hijo y Dios, ya que nada está excluido de Su dominio.
Es por eso que la Iglesia saluda a la Señora y Reina de los Ángeles y los Santos, Patriarcas y Profetas, Apóstoles y Mártires, Confesores y Vírgenes; Es por eso que la aclamada Reina del Cielo y de la tierra, la Gloriosa y más digna Reina del Universo.
Portugal corona a tu Reina de la paz y del mundo, para que pueda ayudarte a encontrar la paz y a levantarte de sus ruinas.
Y así, esa corona, un símbolo de amor y gratitud por el pasado, de Fe y vasallaje en el presente, también se convierte, para el futuro, en una corona de lealtad y esperanza.
Ustedes, coronando la imagen de Nuestra Señora, firmaron el certificado de Fe en su realeza, la sumisión a Su Autoridad, de una correspondencia filial y constante a Su amor. Han hecho aún más: has alistado a los cruzados para conquistar o recuperar Su Reino, que es el Reino de Dios. Es decir: te has obligado a trabajar para que pueda ser amada, venerada, servida a tu alrededor, en la familia, en la sociedad, en el mundo.
Y eso en esta hora decisiva de la Historia, ya que el reino del mal con estrategia infernal emplea todos los medios y utiliza todas sus fuerzas para destruir la Fe, la moral, el Reino de Dios, por lo que los hijos de la luz y los hijos de Dios tienen que comprometerse todo y hacer todo lo posible para defenderlo, si uno no quiere ver una ruina inmensamente más grande y más desastrosa que todas las ruinas materiales acumuladas por la guerra.
En esta lucha no puede haber neutral ni indeciso. Se necesita un Catolicismo iluminado, convencido y consternado de Fe y Mandamientos, sentimientos y obras, en privado y en público. El lema que hace cuatro años proclamó en Fátima la viva Juventud Católica: «¡Católicos a cien por cien! »
Con la esperanza de que Nuestros votos sean recibidos favorablemente por el Inmaculado Corazón de María y apresuren la hora de su triunfo y el triunfo del Reino de Dios...damos la Bendición Apostólica con todo el amor y el cuidado paterno.
Saludo radiofónico del Papa Pío XII a los Católicos portugueses
con motivo de la Coronación Canónica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima
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