El amor de Nuestra Señora por las Benditas Almas del Purgatorio siempre ha quedado de manifiesto en las numerosas confidencias que esta Buena Madre ha compartido con multitud de Santos en esta tierra.
También, en el transcurso de las Apariciones de la Santísima Virgen en Fátima, una vez más Nuestra Señora insistió en rezar por las Almas retenidas en el Bendito Purgatorio.
El trece de Mayo de 1917, Lucía, durante la visión de Nuestra Señora, le pregunta si ella y sus primos irán al Cielo; tras contestar la Virgen, Lucía insiste y le pregunta por una amiga que había muerto hacía poco:
-"¿Y Amelia?
A lo que Nuestra Señora contestó:
-"Estará en el Purgatorio hasta el Fin del Mundo."
Es en este contexto en el que debemos entender la oración que la Virgen Santa pidió que se rezara tras cada Misterio del Rosario, que en su versión original portuguesa era "O meu Jesus, perdonai-nos e livrai nos do fogo do infierno. Llevai as Alminhas todas para o Ceu, principalmente aquellas que mais precisarem". Traducida al español sería de la siguiente manera:
-"Oh Jesús mío, perdónanos y líbranos del fuego del Infierno..."
Aquí se pide para que nos libremos del Infierno particularmente aquellos que están en más peligro de caer en él.
-"Lleva al Cielo a todas las Almas (del Purgatorio) especialmente a aquéllas que más lo necesiten."
En la oración original Lucía usó el término ALMINHAS, que en portugués se emplea para designar a las Ánimas Benditas; por tanto, en la oración pedimos por aquellas Almas que estarán mucho tiempo en el Purgatorio y de las que nadie se acuerda, que son las que más lo necesitan. Al decir "todas" se refiere a Ellas, a las Almas retenidas en el Purgatorio, fieles Católicos en este mundo primero y que, después de morir se han salvado, no obstante de penar en la actualidad sus culpas por haber muerto sin haber satisfecho por ellas. De ninguna manera la Oración hace referencia a "todas las almas" entendidas en un conjunto global, bautizados o no.
El Padre Nunez Formigão, interrogó a Lucía Dos Santos, la principal vidente de Fátima en Septiembre de 1917, y tomó nota de esta misma fórmula cuando apenas habían transcurrido dos meses desde que Nuestra Señora les confiara la Oración que debían rezar al final de cada Misterio del Rosario. No obstante, con los años la Oración sufrió algunas alteraciones, que si bien no cambiaban el sentido original, no eran fieles a las palabras trasmitidas por la Vidente Lucía.
Vemos que en la Oración original que la Virgen enseñara Lucía, en nada se hace referencia a la Misericordia de Dios, ni debemos dar la herética interpretación que ésta libra a los condenados en el Infierno.
Sé fiel al Mensaje de Fátima y empieza desde hoy a rezar la oración original que enseñó Nuestra Señora a Lucía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.