miércoles, 30 de octubre de 2013
lunes, 28 de octubre de 2013
SAN JUDAS TADEO, ABOGADO DE LO IMPOSIBLE
A causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos, San Judas Tadeo es uno de los Santos más populares; no son pocas las almas que a él se encomiendan y le rezan con fe, especialmente en aras de conseguir un empleo o casa. San Brígida cuenta en sus Revelaciones que Nuestro Señor le recomendó que cuando deseara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de San Judas Tadeo.
Según la Tradición Occidental, tal como aparece en la liturgia romana, San Judas Tadeo se reunió en Mesopotamia con San Simón y ambos predicaron durante varios años en Persia y ahí precisamente fueron martirizados.
Enseña la misma Tradición que a San Simón lo mataron aserrándolo por medio, y a San Judas Tadeo le cortaron la cabeza con una hacha y por eso se le representa con dicha arma.
jueves, 24 de octubre de 2013
SAN RAFAEL, CUSTODIO DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA (ESPAÑA)
La historia cuenta que el Arcángel San Rafael es Custodio de Córdoba desde que en la Edad Media una epidemia de peste asoló Europa diezmando la población. Córdoba entera se encomendó a San Rafael y milagrosamente la peste pasó por la ciudad sin apenas causar daño alguno. Ramírez de Arellano recoge en sus “Paseos por Córdoba” que cuando la peste asolaba la ciudad en el siglo XVI, el Arcángel se apareció al Padre Roelas en cuatro ocasiones, revelándole que él salvaría a la ciudad.
En aquel entonces, el sacerdote, temeroso de que todo fuera un engaño de sus sentidos y después de consultar el caso con importantes teólogos de la Compañía de Jesús, visitó al Provisor, quien le ordenó que si se producía una quinta aparición, le preguntase quién era. Así fue, en la madrugada del 7 de mayo de 1578, se produjo esta quinta aparición en la que San Rafael le dijo al sacerdote:
“Yo te juro, por Jesucristo Crucificado,
que soy Rafael, Ángel a quien Dios
tiene puesto por guarda de esta ciudad”
Al poco tiempo dejaron de morir personas en Córdoba a causa de la epidemia.
Nueve años después, el padre Roelas fallecía en Córdoba, tras una vida marcada por la prudencia y discreción con la que en todo momento trató estos prodigios, dando conocimiento de ellos sólo a los teólogos.
Por eso tuvieron que pasar 25 años para que las revelaciones de San Rafael al sacerdote pudiesen ser leídas.
A partir de entonces, se estableció un oratorio en la casa en la que el padre Roelas había vivido. Pero, la devoción al Arcángel era tan grande que con donativos de los cordobeses y con la ayuda de la nobleza, en 1610 se iniciaron unas obras para levantar una iglesia dedicada a su culto, que finalizaron en 1732. Poco a poco, el templo se iba quedando pequeño, por lo que fue necesario ampliarlo con unas obras que concluyeron en 1806.
Así nació el culto a San Rafael, que para muchos cordobeses es el arcángel que vela por el destino de su tierra. En su honor se han erigido numerosos triunfos por múltiples calles y plazas de la ciudad. De hecho, en casi todos los barrios del casco histórico se levanta alguno. La mayoría datan del siglo XVIII aunque hay algunos incluso del XVI. Entre otros, el de la Plaza de la Compañía, Plaza del Conde de Guadalhorce y el de la Plaza del Potro. En todos ellos figura textualmente el juramento que el Arcángel hizo al padre Roelas en su última aparición.
También, en su honor se han levantado estatuas como la del Puente Romano, así como edificios religiosos como la Iglesia del Juramento y la Iglesia parroquial de San Rafael de Córdoba.
miércoles, 23 de octubre de 2013
SAN ANTONIO MARÍA CLARET, APÓSTOL DE GRAN CANARIA
España arulló la cuna de San Antonio María Claret, que nació en Sallent, Barcelona, el 23 de Diciembre de 1807. Pasó la niñez como un ángel, siendo ya notorio en él el amor a la Sagrada Eucaristía y a Nuestra Señora. Apenas empezó los estudios eclesiásticos tuvo que desistir por falta de recursos, lo que le obligó a trabajar como obrero en la fábrica de su padre, donde despuntó en su laboriosidad, hasta el punto que grandes empresarios de la época quisieron tenerle como responsable para sus negocios.
A pesar de su éxito laboral, a los 22 años abanadona el mundo y e ingresa en el Seminario de Vich; de nuevo aquí sobresalió sobre sus compañeros hasta tal punto que el Obispo lo ordenó sacerdote tres años antes de acabar la carrera eclesiástica.
En el año de 1844 comienza a misionar por toda Cataluña, para luego marchar a misionar a las Islas Canarias. Al mismo tiempo, escribía, editaba folletos, libros...el más importante "Camino recto y seguro para llegar al Cielo" (el libro de piedad más leído en el siglo XIX, y del cual he tomado referencia en este blog en incontables ocasiones).Así, el 6 de marzo de 1848 salía de Cádiz, rumbo a las islas con el recién nombrado Obispo Buenaventura Codina. Y es que tras la nueva rebelión armada de 1847 ya no era posible dar misiones en Cataluña.
En esta isla de Gran Canaria misionó en los pueblos de Telde, Agüimes, Arucas, Gáldar, Guía, Firgas, Teror... "El Padrito", como lo apodaron cariñosamente los canarios, tuvo que predicar en las plazas, sobre los tablados, al campo libre, entre multitudes que lo acosaban. En no pocas ocasiones varios hombres tenían que hacerle guardia con varios palos que encuadraban en torno al Santo, para evitar que los más piadosos le arrancasen trozos de sotana a modo de reliquias. A pesar de una pulmonía no cesó en su intenso trabajo. En la isla de Lanzarote da misiones en Teguise y Arrecife.
Gastó 15 meses de su vida en las Canarias, y dejó atrás conversiones, prodigios y profecías. Los canarios vieron partir con lágrimas en los ojos un día a su "Padrito" y lo despidieron con añoranza. Era en los últimos días de mayo de 1849. Aún perdura su recuerdo y el fruto de sus predicaciones.
"Estos canarios me tienen robado el corazón... será para mí muy sensible el día en que los tendré que dejar para ir a misionar a otros lugares, según mi ministerio" (Carta al obispo de Vic, 27 de sept.)
San Antonio María Claret es Copatrono de la Diócesis de Canarias junto con la Virgen del Pino.
PEQUEÑO MILAGRO DE SAN ANTONIO MARÍA CLARET
EN LA VILLA DE MOYA ( ISLA DE GRAN CANARIA )
Este pequeño relato lo escuché varias veces de los labios de Antoñita Rodríguez, una santa mujer, que no sabía hacer otra cosa más que trabajar y rezar y de la que os prometo hablar con más calma, en otra ocasión.
Antoñita Rodríguez, que era natural de Moya, un pueblecito del norte de la isla de Gran Canaria. Era devotísima de San Antonio Mª. Claret y siempre me inculcó ese amor por el “Padrito”, como le conocemos en Canarias.
Cuando un día, allá por 1998, le pregunté de dónde le venía semejante afición al Santo, sorprendida me respondió: - Pero cómo, mi niño, ¿tú no sabes que San Antonio María Claret le hizo un milagro a mi abuela cuando vino a predicar las misiones a Moya?. A mí se me alegró el alma; aquella nonagenaria, a pesar de estar casi ciega y algo limitada físicamente, tenía una mente clara y una memoria envidiable. Por eso, raudo le contesté : - Pues no, pero cuente, cuénteme Antoñita.
Entonces, ella, como siempre que me iba a contar algo importante, garraspeó suavemente y se irguió en el asiento. -” Pues mira, mi niño: mi abuela, que vivía al lado mismo de esta casa, cuando se enteró que había llegado un Misionero a la iglesia para predicar, se arregló, dejó al niño, que era mi padre, acostado en su cunita y se fue rápida a escucharle.
Iba algo apurada porque sabía que llegaba tarde. De hecho, cuando llegó a la iglesia, ya San Antonio María Claret estaba predicando desde el púlpito. Mi abuela se situó al final de la muchedumbre que llenaba la iglesia, pero, para su sorpresa, el Santo fijó sus ojos en ella y en voz alta advirtió: “ La señora que acaba de llegar, que vuelva rápida a su casa porque se le va a quemar.”
Sin pensarlo, mi abuela corrió de nuevo hacia la casa; la idea de tener a su niño en la cuna y que la casa se incendiase casi la ahoga; al llegar, vio que las piñas de millo (mazorcas) que tenía secándose en la fachada de la casa, estaban ardiendo… gracias a San Antonio María Claret, llegó a tiempo de sofocar el fuego y evitar que su hijo muriese”.
lunes, 21 de octubre de 2013
VIDA DE PIEDAD DEL BUEN CATÓLICO ( VII ) PRÁCTICAS DE PIEDAD DIARIAS, EN LA MAÑANA.
En artículos anteriores de esta Sección de VIDA DE PIEDAD DEL BUEN CATÓLICO, hemos recordado la necesidad de rezar cada día, con cariño y atención, al modo de los niños; también hemos recordado el consuelo de tener a un Ángel Custodio, quien aboga por nosotros y se apresura a salvarnos, incluso más allá de la muerte; por último (aunque esperamos seguir escribiendo sobre otros temas de piedad) con los escritos de San Antonio María Claret hemos entendido cuán importante es nuestra actitud a la hora de asistir al Santo Sacrificio de la Misa...
La bendita piedad, el realizar actos sencillos de amor a Dios y a Nuestra Señora, encomendarnos a nuestro Ángel de la Guarda, son algunas de las muchas prácticas que mueven el corazón para mirar más asiduamente al Cielo.
Este mundo nos envuelve cada vez más en un trágico mar de preocupaciones y compromisos; ¿cuánto tiempo dedicamos a la oración?. Vamos a poner un sencillo esquema del que muchos sacarán provecho.
PRÁCTICAS DE PIEDAD EN LA MAÑANA
Nada más levantarse, persignarse y signarse ( Por la señal de la Santa Cruz, etc. ); mejor si tenemos un recipiente con agua bendita y lo hacemos humedeciendo los dedos en ella. A continuación, hacer el Ofrecimiento Diario, la Consagración personal a Nuestra Señora y solicitar el auxilio del Ángel Custodio ( en nuestro primer artículo de VIDA DE PIEDAD DEL BUEN CATÓLICO pueden ver las oraciones ).
Muy recomendable sería tener media hora de oración mental o lectura espiritual en la mañana. Si es posible, ante un Sagrario, para de paso hacer compañía a Jesús Sacramentado. Si fuese el caso o si bien podemos entrar en una iglesia católica tradicional, hagámos visita al Sagrario, empezando y acabando con la Comunión Espiritual ( en el margen izquierdo de este blog encontrarán una estampa con una fórmula fabulosa ).
A lo largo de la mañana y en cualquier otro momento de día, procuremos recordar que Dios nos mira siempre; busquemos esa mirada de amor sobre nosotros. En las dificultades del trabajo, mientras pasamos la escoba en casa o preparamos el almuerzo...¡cuántos pensamientos inútiles pasan por nuestra mente! En lugar de eso, ¿por qué no alimentas tu alma y la llenas de alegría repitiendo no una, sino miles de jaculatorias, de piropos a Nuestro Señor y a la Virgen Purísima?
*Para los que dispongan de mucho tiempo, bien por ser jubilados, por estar enfermos o por cualquier otra circunstancia, sería recomendable que rezacen el Santo Rosario COMPLETO ( los Quince Misterios ), con lo cual, a lo largo de la mañana podrían rezar el primer Rosario. El segundo lo podrían recitar allá hacia las cuatro o cinco de la tarde, después del reposo del almuerzo, y los últimos Cinco Misterios, rezarlos antes de cenar.
sábado, 19 de octubre de 2013
EL SANTO ROSARIO: DULCE VIOLENCIA AL MATERNAL CORAZÓN DE MARÍA
Por ello, con alegre expectación y reanimada esperanza vemos acercarse ya el próximo mes de Octubre, durante el cual los fieles acostumbran acudir con mayor frecuencia a las iglesias, para en ellas elevar sus súplicas a María mediante las oraciones del santo Rosario. Oraciones que este año, Venerables Hermanos, deseamos se hagan con mayor fervor de ánimo, como lo requieren las necesidades cada día más graves; pues bien conocida Nos es la poderosa eficacia de tal devoción para obtener la ayuda maternal de la Virgen, porque, si bien puede conseguirse con diversas maneras de orar, sin embargo, estimamos que el santo Rosario es el medio más conveniente y eficaz, según lo recomienda su origen, más celestial que humano, y su misma naturaleza. ¿Qué plegaria, en efecto, más idónea y más bella que la oración dominical y la salutación angélica, que son como las flores con que se compone esta mística corona?
A la oración vocal va también unida la meditación de los sagrados misterios, y así se logra otra grandísima ventaja, a saber, que todos, aun los más sencillos y los menos instruidos, encuentran en ella una manera fácil y rápida para alimentar y defender su propia fe. Y en verdad que con la frecuente meditación de los misterios el espíritu, poco a poco y sin dificultad, absorbe y se asimila la virtud en ellos encerrada, se anima de modo admirable a esperar los bienes inmortales y se siente inclinado, fuerte y suavemente, a seguir las huellas de Cristo mismo y de su Madre.
Aun la misma oración tantas veces repetida con idénticas fórmulas, lejos de resultar estéril y enojosa, posee (como lo demuestra la experiencia) una admirable virtud para infundir confianza al que reza y para hacer como una especie de dulce violencia al maternal corazón de María.
viernes, 18 de octubre de 2013
SEMANA DEL BUEN CRISTIANO EN INGLÉS.
Hace poco pudimos ofrecerles una sencilla estampa de LA SEMANA DEL BUEN CRISTIANO en francés; hoy, gracias al interés de otro buen amigo, podemos compartirle la misma estampa EN INGLÉS. Si tienen algún familiar o amigo que hable esta lengua, es buen momento para reenviársela, bien por vía mail o mejor aún, imprimirla y plastificarla.
Por ser viernes, dedicado especialmente al Sacratísimo Corazón de Jesús, les traemos algunos extractos de la Enciclica Haurietis Aquas de Pio XII (de inmortal memoria), donde nos recuerda LA NECESIDAD del culto al Sagrado Corazón de Nuestro Salvador.
NECESIDAD DEL CULTO
AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Innumerables son, en efecto, las riquezas celestiales que el culto tributado al Sagrado Corazón infunde en las almas: las purifica, las llena de consuelos sobrenaturales y las mueve a alcanzar las virtudes todas. Gracias a don tan inestimable, la Iglesia puede manifestar más ampliamente su amor a su Divino Fundador y cumplir más fielmente esta exhortación que, según el evangelista San Juan, profirió el mismo Jesucristo: «En el último gran día de la fiesta, Jesús, habiéndose puesto en pie, dijo en alta voz: "El que tiene sed, venga a mí y beba el que cree en mí".
La Iglesia siempre ha tenido y tiene en tan grande estima el culto del Sacratísimo Corazón de Jesús: lo fomenta y propaga entre todos los cristianos, y lo defiende, además, enérgicamente contra las acusaciones del naturalismo y del sentimentalismo; sin embargo, es muy doloroso comprobar cómo, en lo pasado y aun en nuestros días, este nobilísimo culto no es tenido en el debido honor y estimación por algunos cristianos, y a veces ni aun por los que se dicen animados de un sincero celo por la religión católica y por su propia santificación.
Pues no faltan quienes, confundiendo o equiparando la índole de este culto con las diversas formas particulares de devoción, que la Iglesia aprueba y favorece sin imponerlas, lo juzgan como algo superfluo que cada uno pueda practicar o no, según le agradare; otros consideran oneroso este culto, y aun de poca o ninguna utilidad, singularmente para los que militan en el Reino de Dios...
Nos, por nuestra parte, en no menor grado que nuestros predecesores, hemos aprobado y aceptado esta sublime verdad; y cuando fuimos elevado al Sumo Pontificado, al contemplar el feliz y triunfal progreso del culto al Sagrado Corazón de Jesús entre el pueblo cristiano, sentimos nuestro ánimo lleno de gozo y nos regocijamos por los innumerables frutos de salvación que producía en toda la Iglesia.
Después que su Cuerpo, revestido del estado de la gloria sempiterna, se unió nuevamente al alma del Divino Redentor, victorioso ya de la muerte, su Corazón sacratísimo no ha dejado nunca ni dejará de palpitar con imperturbable y plácido latido, ni cesará tampoco de demostrar el triple amor con que el Hijo de Dios se une a su Padre eterno y a la humanidad entera, de la que con pleno derecho es Cabeza Mística.
jueves, 17 de octubre de 2013
SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE, LA PREDILECTA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Conmemoramos hoy a Santa Margarita María de Alacoque, que nació en Borgoña (Francia) el 25 de Julio de 1647; a los cuatro años y movida por un sentimiento interior de amor a Dios, hizo voto de castidad. Tuvo el privilegio de recibir la Sagrada Comunión a los nueve años (algo muy inusual en aquella época) pero dos años después, padeció una rara enfermedad que la obligó a guardar cama hasta que cumplió los quince. Promete a Nuestra Señora consagrarse a Ella si sana y ayunar todos los sábados para honrarla, voto que cumpliría por el resto de su vida.
A pesar de estas gracias, Santa Margarita, llevada por el amor a su familia, se afanó por contentarles a base de ser una muchacha coqueta con ansias por encontrar un buen marido. No obstante, Dios no se olvidó de aquél voto que le hiciera de niña y por eso la busca; ella misma lo cuenta que "Me lanzaba Jesús flechas tan ardientes, que traspasaban mi corazón y lo consumían dejándome como transida de dolor. Pasando esto, volvía a mis resistencias y vanidades".
Esos asedios de amor divino continuarían "molestándola" hasta que se decidió a entregarse por completo al Dueño de su alma; así, Nuestro Señor le reveló: "Te he elegido por esposa y nos prometimos fidelidad cuando hiciste el voto de castidad. Soy yo quien te motivo a hacerlo, antes de que el mundo tuviera parte en tu corazón... Y después te confié al cuidado de mi Santa Madre, para que te formase según mis designios."
Vencida por las continuas llamandas del Buen Jesús, a los veinte años entró en el Convento de la Visitación de Paray-le Monial. Preparada con enfermedades y contradicciones, recibió de Nuestro Señor numerosas vistas mostrándole Su Sacrosanto Corazón; pidióle la Devoción de la Hora Santa, la de los Primeros Viernes de mes y la institución litúrgica de la Fiesta del Sagrado Corazón, que en 1929 llegó a la categoría con que ahora la celebramos.
Su vida en la Visitación no fue un camino de rosas; Nuestro Señor la consolaba con sus continuas revelaciones -de las que tantas veces hemos hecho referencia en este blog- pero también le exigía ayunos y penitencias, en especial, para reparar los pecados de indiferencia e ingratitud de las almas consagradas, sobre todo, de los sacerdotes, por quien tanto agoniza el Sagrado Corazón de Jesús.
Así, le pidió la HORA SANTA DE LOS JUEVES por la santidad sacerdotal y la práctica de LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES DE MES, donde debía ofrecer la Sagrada Comunión en reparación por las faltas de amor hacia el Sacratísimo Corazón de Nuestro Señor.
Sin embargo, no todos fueron sinsabores: el Divino Corazón también supo mimar a Santa Margarita, como cuando puso en su camino a San Claudio de la Colombiére, quien desde primera hora creyó en las Revelaciones que el Sagrado Corazón confiaba a Santa Margarita; este santo sacerdote fue su primer discípulo aparte de tierno Padre espiritual. Tal fue el amor de la Santa por su confesor y amigo que a la muerte de éste, Santa Margarita le compuso una letanía, ya que nunca dudó de su santidad.
Su vida en la Visitación no fue un camino de rosas; Nuestro Señor la consolaba con sus continuas revelaciones -de las que tantas veces hemos hecho referencia en este blog- pero también le exigía ayunos y penitencias, en especial, para reparar los pecados de indiferencia e ingratitud de las almas consagradas, sobre todo, de los sacerdotes, por quien tanto agoniza el Sagrado Corazón de Jesús.
Así, le pidió la HORA SANTA DE LOS JUEVES por la santidad sacerdotal y la práctica de LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES DE MES, donde debía ofrecer la Sagrada Comunión en reparación por las faltas de amor hacia el Sacratísimo Corazón de Nuestro Señor.
Sin embargo, no todos fueron sinsabores: el Divino Corazón también supo mimar a Santa Margarita, como cuando puso en su camino a San Claudio de la Colombiére, quien desde primera hora creyó en las Revelaciones que el Sagrado Corazón confiaba a Santa Margarita; este santo sacerdote fue su primer discípulo aparte de tierno Padre espiritual. Tal fue el amor de la Santa por su confesor y amigo que a la muerte de éste, Santa Margarita le compuso una letanía, ya que nunca dudó de su santidad.
De igual modo, su Superiora, que en un primer momento recelaría de ella, terminó convencida de que las apariciones del Sagrado Corazón a Santa Margarita era ciertas; era imposible que un alma tan santa pudiese mentir, máxime cuando en alguna ocasión fueron testigos de sus gracias místicas. Por eso, la Superiora le ordenó en virtud de santa obediencia, que ante toda la Comunidad confesase las Revelciones que le había confiado el Sacratísimo Corazón. A pesar de la vergüenza, obedeció y habló con claridad. Sus hermanas la increparon y dudaron de ella, pero a día siguiente, todas confesaron su culpa.
A partir de ese momento, la Comunidad de Paray Le Monial acogió en su monasterio la Devovión al Sagrado Corazón de Jesús: se realizaron las primeras estampas devocionales y se compusieron las primeras oraciones, según las Revelaciones de Santa Margarita.
Muy en contra de su voluntad fue encargada de las novicias; en el transcurso de esta nueva tarea, profetizó el día y el año de su muerte, que aconteció tal día como hoy del año 1690, rodeada del amor y cariño de sus hermanas de La Visitación que ya la consideraban santa.
Así como Nuestro Señor pasó tres años de vida oculta, el mismo período pasó la memoria de Santa Margarita hasta que por fin, en 1693 el Papa Inocencio XIII concedió una Bula Papal a todos los Monasterios Visitandinos a fin de constituir en ellos la fiesta litúrgica del Sacratísimo Corazón de Jesús, según las Revelaciones confiadas a Santa Margarita. En 1765, el Papa Clemente XIII introdujo la misma celebración en la ciudad de Roma y finalmente, en 1856, Pío IX extendió la celebración a toda la Iglesia Católica, para más tarde, en 1864 beatificar a la Vidente del Sagrado Corazón. El Papa Benedicto XV, elevó a Santa Margarita a la Gloria de los Altares el 13 de Mayo de 1920, tercer Aniversario de las Apariciones de Fátima.
martes, 15 de octubre de 2013
SANTA TERESA DE JESÚS, REFORMADORA DEL CARMELO
NACIMIENTO E INFANCIA
Nació en la ciudad española de Ávila, el 28 de Marzo de 1515. Sus padres eran Alonso Sánchez de Cepeda y Beatriz Dávila de Ahumada.
A los siete años era muy devota de leer vidas de santos, en especial de mártires, cosa que la motivó a "huir" de la casa paterna, junto a su hermano Rodrigo, para irse a tierra de misión y ser mártires de la Fe, pero la aventura les duró poco: un tío les encontró y los devolvió a los brazos de su madre. Cuando fueron reprendidos, Rodrigó acusó a Teresa como inventora de la idea del martirio.
Después de aquél martirio frustrado, los piadosos hermanos resolvieron convertirse en ermitaños, por lo que empezaron a construir una celda en el jardín de la casa.
En su habitación, la cándida Teresa, tenía un cuadro que representaba a Nuestro Señor hablando con la Samaritana; lo contemplaba con fervor y le repetía frecuentemente: "Señor, dame de beber para que nunca más tenga sed".
Con apenas catorce años, sufrió la pérdida de su madre; inmersa en inmensa tristeza, acudió ante una imagen de Nuestra Señora y, como nos cuenta la misma Santa, "le rogué con muchas lágrimas, que me tomase por hija suya". Así, teniendo a la Madre de Dios como Madre y Señora, nunca se volvería a sentir huérfana, ni de carne, ni de espíritu.
Fue por aquél entonces que Teresa y su hermanito Rodrigo se aficionaron por las lecturas de novelas caballerescas; en su autobiografía, la Santa reconocería cuánto mal le produjo: “Aquellos libros no dejaron de enfriar mis buenos deseos y me hicieron caer insensiblemente en otras faltas. Poco a poco empecé a interesarme por la moda, a tomar gusto por vestirme bien, a preocuparme mucho por el cuidado de mis manos, a usar perfumes y a emplear todas las vanidades que el mundo aconsejaba a las personas de mi condición.” Este cambio preocupó mucho a su padre, que decidió enviarla a estudiar con las agustinas de Ávila, con apenas quince años.
Al poco tiempo, Teresa se enfermó y tuvo que volver a la casa paterna; fue allí donde reflexionó y se resolvió a hacerse religiosa carmelita en el Convento de la Encarnación, donde tenía un a buena amigo, Juana Suárez. Su padre, que al principio no aceptó la decisión de su hija, como la viese tan feliz y decidida, permitió que siguiese su camino como esposa de Cristo. Sin embargo, la delicada salud de Santa Teresa, la obligó a ponerse en manos de médicos y curanderas que no acertaban con los remedios necesarios. Tras tres largos años de padecimientos, recobraría su maltrecha salud.
EN EL CONVENTO DE LA ENCARNACIÓN
Por aquél entonces, la mayoría de los conventos, vivían de forma algo disipada; en la mayoría de ellos, se podía recibir a cualquier visita. Nuestra Santa, viendo aquello como normal, pasaba muchas horas de coloquio con los hombres, descuidando el diálogo amoroso de la oración; no pocas veces se excusaba a sí misma poniendo como pretexto su delicada salud. Años más tarde, consciente de la ligereza de su juventud, Santa teresa escribiría: “El pretexto de mi debilidad corporal no era suficiente para justificar el abandono de un bien tan grande, en el que el amor y la costumbre, son más importantes que las fuerzas. En medio de las peores enfermedades se puede hacer la mejor oración, y es un error pensar que sólo se puede orar en la soledad”.
Pero aquella pérdida de tiempo en charlas sin sentido, quedó atrás cuando la Santa, que era muy devota de las imágenes de Nuestro Señor representado en Su Pasión, se detuvo un día ante un crucificado muy sangrante; piadosamente le preguntó: “¿Señor, quién te puso así?”. Entonces, cuenta ella misma que sintió una voz que le respondía : “Tus charlas en la sala de visitas, esas fueron las que me pusieron así, Teresa”. Desde aquél momento, abandonó las conversaciones vanas y se dedicó con empero a la oración y el recogimiento.
EXPERIENCIAS MÍSTICAS
Desde que Santa Teresa se retirase a la vida de oración, el Señor la bendijo con la gracia de múltiples apariciones, que a pesar de estar convencida de ser ciertas, algunos sacerdotes trataron de disuadirla de que eran engaños del demonio. Sin embargo, el Señor quiso poner en su camino al Padre Baltasar Álvarez, que le explicó que aquellas manifestaciones eran ciertamente divinas y no obra del maligno; le aconsejó que diariamente recitase el himno “Veni Creator Spiritus”, a fin de pedir el auxilio del Espíritu Santo y hacer siempre lo que fuese más agradable a Dios. Precisamente cuando recitaba un día esta oración, fue arrobada en éxtasis y escuchó, en el hondo de su alma, que el Señor le pedía “No quiero que converses con hombres, sino con los ángeles”.
Sin embargo, todos esos consuelos y gracias espirituales, fueron motivo de recelos y persecuciones aún por parte de aquellos que compartían con Teresa el hábito del Carmen. Por desgracia, su confesor el Padre Álvarez, era un hombre cobarde, que si bien no dejó de confesarla, jamás la defendió ante quienes la atacaban con saña. Pese a todo, el Señor no quiso dejarla sola, por eso, en 1557, San Pedro de Alcántara, la visitó en Ávila y dio testimonio de la veracidad de las gracias sobrenaturales con que Dios bendecía a Santa Teresa, aunque le advirtió que la persecución no cesaría en los años venideros.
LA TRANSVERBERACIÓN
Uno de los momentos más cruciales en la vida de Santa Teresa tuvo lugar cuando fue transverberada en 1559. Escuchemos el episodio que ella mismo escribió: “Vi a mi lado un ángel que se hallaba a mi izquierda, en forma humana. El ángel era de corta estatura y muy hermoso; su rostro estaba encendido, como si fuese uno de los ángeles más altos, que son todo de fuego. Debía ser uno de los que llamamos querubines. Llevaba en la mano una larga espada de oro, cuya punta parecía un ascua encendida. Me parecía que por momentos hundía la espada en mi corazón y me traspasaba las entrañas y, cuando sacaba la espada, me parecía que las entrañas se me escapaban con ella y me sentía arder en el más grande amor de Dios. El dolor era tan intenso, que me hacía gemir, pero al mismo tiempo, la dulcedumbre de aquella pena excesiva era tan extraordinaria, que no hubiese yo querido verme libre de ella.”
Al año siguiente, en 1560, Santa Teresa, recordando la gracia de la transverberación, hizo el voto de hacer siempre lo que le pareciese más perfecto y agradable a Dios. Es de justicia reseñar aquí, que tras su muerte, cuando se hizo la autopsia al cuerpo de la Santa, se constató que su corazón tenía la cicatriz de una herida larga y profunda.
INICIA LA REFORMA DEL CARMELO
Como ya dijimos más arriba, en pleno siglo XVI la mayoría de los conventos vivían de forma relajada; la Orden del Carmen no era la excepción, por eso vemos que el Convento de la Encarnación, las monjas salían de la clausura con cualquier pretexto, pasaban horas en la sala de reuniones, algunas monjas tenían doncellas a su servicio… para colmo, el elevado número de monjas ( casi 140 ) no ayudaba a crear un espíritu de recogimiento.
Santa Teresa llevaba veinticinco años viviendo en la Encarnación, cuando una sobrina suya, que también era monja del mismo convento, le sugirió crear un convento más pequeño, con un número reducido de monjas. La Santa entendió en aquellas palabras que el Señor la llamaba a volver a la Primitiva Regla Carmelitana y por eso se puso a la labor de fundar un convento reformado. Tuvo el apoyo espiritual de San Pedro de Alcántara, de San Luis Beltrán y del Obispo de Ávila; ante semejantes amigos, el Padre Gregorio Fernández, Provincial de los Carmelitas, dio su consentimiento para la fundación del nuevo convento, pero ante las presiones que se generaron a raíz de la idea reformadora de Santa Teresa, retiró el permiso poco tiempo después.
Pese a las negativas, el Padre Ibáñez, dominico, alentó a Santa Teresa a continuar con la Reforma del Carmelo; una piadosa viuda, Doña Guiomar, ofreció su ayuda económica y Doña Juana de Ahumada, hermana de la Santa, comenzó a construir un convento en Ávila, con la excusa de que sería una casa para su retiro. Por ese mismo entonces, llegó de Roma el permiso para fundar, lo que valió a San Pedro de Alcántara, a Francisco de Salcedo y al Dr. Daza para conseguir el favor del Obispo de Ávila, que de nuevo ofreció su apoyo a Santa Teresa.
El nuevo convento quedó fundado el día de San Bartolomé de 1562; durante la Misa que se celebró por primera vez en la capilla, tomaron el velo de novicias la sobrina de la Santa y tres jóvenes más. Pero a los pocos días, la Superiora de la Encarnación, mandó a llamar a Santa Teresa y allí la retuvo con la autoridad del Provincial. Es entonces cuando Francisco de Salcedo y otros seglares que apoyaban el proyecto de la Reforma, enviaron a un sacerdote ante el Rey para que mediase por Santa Teresa, al tiempo que los Padres Dominicos Ibáñez y Báñez, ganaron el favor del Obispo de Ávila y del Provincial Carmelita. Gracias a estas gestiones, la Santa Fundadora pudo regresar al Convento de San José, pero esta vez, se le unieron otras cuatro religiosas del Convento de la Encarnación.
Fue precisamente este primer convento de la Reforma Descalza, el que sería baluarte y señal del espíritu de Santa Teresa: estableció una estricta clausura y un silencio casi perpetuo; el convento carecería de rentas y en él reinaría la más estricta pobreza. Usarían sandalias en lugar de zapatos ( de ahí que fuesen conocidas como “Descalzas”) y sólo comerían carne las enfermas. La Santa Fundadora dispuso que como mucho, cada convento sólo admitiría 21 monjas.
En muy poco tiempo, la Reforma del Carmelo se extendió por toda España; la Santa, calificada por el Nuncio como “mujer inquieta y andariega”, obtuvo del Padre Juan Bautista Rubio, Superior General de los Carmelitas, licencia para fundar en Castilla dos conventos para la rama masculina, conocidos como Carmelitas Contemplativos. Pese a la gran labor que se le encomendó, Santa Teresa nunca dejó de desempeñar las labores más humildes, como las de limpieza o en la cocina.
FUNDACIONES
Cuando en Medina del Campo, Santa Teresa conoció a Juan de Yepes ( San Juan de la Cruz ), fundó para los Padres Carmelitas el Convento de Duruelo y el de Pastrana; el resto de las fundaciones masculinas las llevaría a cabo San Juan de la Cruz, fiel hijo y hermano del espíritu de la Santa.
En 1570 se fundarían nuevos conventos en Segovia y Salamanca.
El Papa San Pío V, enterado de la Reforma Descalza, nombró a Santa Teresa priora del Convento de la Encarnación; la Santa obedeció pese a la natural repugnancia que le conllevaba por ser aquél lugar de donde más ataques recibía. Poco a poco, las religiosas de La Encarnación la fueron aceptando, a ella y su Reforma Descalza.
En Veas, Santa Teresa conoció al Padre Gracián, fraile de la Reforma, que la convenció para que fundase un nuevo convento en Sevilla; éste sería, junto con el San José, el que causaría enormes problemas a la Santa, y es que una novicia que finalmente fue despedida del convento de Sevilla, denunció a Santa Teresa por “iluminadas” y otras horribles calumnias.
SEPARACIÓN ENTRE CARMELITAS CALZADOS Y DESCALZOS
Por desgracia, hasta entre los que aman a Dios, se dan las miserias humanas más crueles; en la vida de Santa Teresa no faltaron las persecuciones, calumnias y difamaciones. Así, los carmelitas de Italia y los que en España no habían sido reformados, estaban recelosos de la Reforma iniciada por la Santa, por eso instigaron a las autoridades eclesiásticas y civiles para frenarla.
Esas presiones contra Santa Teresa y su Reforma se plasmaron en un capítulo de la Orden Carmelita, donde se tomaron medidas para evitar que se siguiese extendiendo la obra de la Fundadora del Carmelo Descalzo. Al tiempo, el Nuncio Felipe de Sega, destituyó al Padre Gracián como visitador de los Carmelitas Descalzos y mandó a encarcelar a San Juan de la Cruz en Toledo, mientras que ordenó a Santa Teresa que se retirase al convento que ella eligiese y que no fundase más.
Sin embargo, Santa Teresa, que era perseguida por aquellos que más debieran amarla, gozaba de la simpatía y hasta de la devoción de muchos seglares, que consiguieron que el propio Rey Felipe II intercediese a su favor.
Por fin, en 1580, obtuvo una orden de Roma que segregaba a los Carmelitas Descalzos de los Calzados; la misma Santa dejó escrito: “ Esa separación fue uno de los mayores gozos y consolaciones de mi vida, pues en aquellos veinticinco años nuestra Orden había sufrido más persecuciones y pruebas de las que yo podía escribir en un libro. Ahora estábamos por fin en paz, calzados y descalzos, y nada iba a distraernos del servicio de Dios.”
ÚLTIMOS AÑOS DE VIDA
Cuando se consumó la separación de los carmelitas, Santa Teresa contaba ya con sesenta y cinco años y se encontraba sumamente débil a consecuencia de las múltiples fundaciones, que en total fueron diecisiete.
El Señor no la dejó de bendecir con la Cruz bendita del dolor ni en estos últimos días; su propia sobrina, que era priora del convento de Valladolid, fundado por la Santa, no la quiso recibir en él por motivos de herencia tras la muerte de su padre, Don Lorenzo, hermano de Santa Teresa. Uno de los abogados de la familia, trató con cierta crueldad a la Fundadora, que con sagacidad le respondió: “Quiera Dios trataros con la cortesía que vos me habéis tratado a mí”.
Tras la fundación del convento de Burgos, que fue la última que hizo, Santa Teresa se dispuso a volver a Ávila, pero tuvo que cambiar el itinerario hacia Alba de Tormes, llamada por la Duquesa María Henríquez. Nada más llegar al convento, tuvo que guardar cama debido a su delicadísimo estado. La Beata Ana de San Bartolomé, fidelísima hija y acompañante en sus fundaciones, refiere que la Santa le dijo: “ Por fin hija mía, ha llegado la hora de mi muerte”. El Padre Antonio de Heredia, le dio los últimos sacramentos y aprovechó para preguntarle dónde quería ser sepultada. Santa Teresa, que en estos últimos años había padecido la incomprensión y hasta el desprecio por parte de algunos hijos, respondió: “¿Tengo que decidirlo yo?, ¿me van a negar aquí un agujero para mi cuerpo?”.
Cuando el mismo Padre de Heredia le dio la Sagrada Comunión como viático, la Santa se pudo incorporar en la cama y exclamó: “Oh Señor, por fin ha llegado el momento de veros cara a cara”. Así, llena del Amor de Dios, murió en los brazos de la Beata Ana de San Bartolomé, a las nueve de la noche del 4 de Octubre de 1582.
Como al día siguiente entraba en vigor la reforma del calendario gregoriano, su fiesta quedó fijada para el 15 de Octubre.
Fue sepultada en Alba de Tormes, aunque una buena parte de sus restos han sido repartidos, como preciosas reliquias, por todo el Orbe Católico.
sábado, 12 de octubre de 2013
SANTÍSIMA VIRGEN DEL PILAR, FORTALEZA DE LA FE CATÓLICA
Como prueba de su amor por la misión de Santiago dejó una columna de jaspe; en torno a dicha columna, símbolo de la fortaleza de la Fe Católica, los primeros conversos construyeron una modesta capilla, que fue el primer templo dedicado a Nuestra Señora. Se asegura que la columna nunca ha sido movida del lugar primitivo.
La misma Tradición nos ha legado las prometedoras palabras de la Madre de Dios al Apóstol:
El Papa Clemente XII estableció la fecha del 12 de Octubre para la Festividad de la Virgen del Pilar. El Papa Pío XII concedió a todas las naciones Hispanoamericanas la posibilidad de celebrar la misma misa de Nuestra Señora del Pilar que se celebraba en España.
PROMESA CUMPLIDA DE NUESTRA SEÑORA:
"ESTE SITIO PERMANECERÁ
HASTA EL FIN DEL MUNDO"
En la noche del 2 al 3 de agosto de 1936, a dos semanas de iniciarse la Guerra Civil Española, un avión trimotor Fokker F. VII , de la LAPE (Líneas Aéreas Postales Españolas) militarizado por el bando republicano, recibida orden del Coronel Sandino ( bautizado en El Pilar ), salió del aeródromo militar del Prat de Llobregat para bombardear Zaragoza.
Se lanzaron cuatro bombas sobre la basílica, una de 10 kg y tres de 50 kg de peso. Una de ellas cayó en la plaza del Pilar; otra, en el río, y las dos últimas impactaron sobre la cubierta de la Iglesia. De estas dos, la primera entró a la basílica por el coreto del Cabildo y la cámara Angélica (donde se venera a Nuestra Señora sobre el Pilar que le dejó al Apóstol Santiago) y dañó ligeramente una pintura de Goya, y la segunda chocó con una de las pechinas de una cúpula, pero no llego a penetrar en el templo. Sorprendentemente, ninguna de las cuatro hizo explosión.
El piloto del aparato, según algunas fuentes, fue el alférez Villa Ceballos, apodado el Negus (muerto poco después en el frente de batalla). Según éste, el avión contaba con dos bombas más, pero al ver que ninguna de las cuatro que había tirado hizo explosión, su extrañeza y su asombro fueron tales que regresó a Barcelona. Otras fuentes (Luis Sorando, el “bombardeo” del Pilar. Heraldo de Aragón, 27 de octubre de 1990) señalan que el piloto era Manuel Gayoso Suárez, que había obtenido su titulo de piloto militar en 1922 con la 4ª promoción siendo soldado de ingenieros, y durante la Guerra de Marruecos había participado en numerosas misiones.
Todas las otras bombas arrojadas a Zaragoza antes y después explotaron, excepto las cuatro que se lanzaron contra la Basílica. Sin embargo, los republicanos no volvieron a repetir la hazaña de bombardear el Pilar. El director del Parque de Artillería de Zaragoza analizó la bomba caída en la plaza –la única que quedó entera para poderla estudiar- y habló de un error de fabricación: “la espoleta funcionó, su aguja hirió y dio fuego a la cápsula fulminante, principio de la cadena… que estaba completa (pólvora, cebo y multiplicador), pero su orden cuando la vimos, no era el debido, ya que a continuación de la pólvora venía el multiplicador y a lamitad de éste, el cebo de nitro, que aparecía intacto”. Otros expertos han asegurado que las bombas se lanzaron a unos 150 o 200 metros de altura y no a más de menos 300 metros, que era el mínimo para que hicieran explosión.
miércoles, 9 de octubre de 2013
EL ÚLTIMO PAPA CATÓLICO: PÍO XII, PASTOR ANGELICUS
Eugenio María Giovanni Pacelli nació en Roma el 2 de marzo de 1876. Hijo de una familia dedicada al servicio papal, fue bautizado a los dos días por su tío, Mons. Giuseppe Pacelli.
Realizó sus primeros estudios en Roma, destacando notablemente ya que contaba con una extraordinaria memoria y una vida muy disciplinada, elementos que hicieron de él un estudiante ejemplar. A pesar de su afición por la lectura, la música, la filatelia y la arqueología, estaba dotado de un espíritu sumamente piadoso y profundo, sin duda por la educación recibida en casa.
Sintiéndose
llamado al sacerdocio, ingresó en el Seminario de Capranica, para luego
completar sus estudios en el Seminario de San Apolinario y en la
Universidad Gregoriana; fue ordenado sacerdote el Domingo de Pascua de
1899 por Mons. Francesco Cassetta.
Dos años
después pasó a trabajar en la Secretaría de Estado del Vaticano.
Habiendo culminado con éxito sus estudios en Derecho Eclesiástico y
Civil el año 1902, fue contado, dos años más tarde, entre los
colaboradores de la comisión a la que el Papa Pío X confió la revisión y
nueva codificación de las leyes canónicas, con el objeto de promulgar
un Código de Derecho Canónico actualizado. Mientras Pacelli dedicaba
tiempo y esfuerzo a esta delicada y ardua tarea, pudo desempeñarse
también como profesor de Diplomacia Eclesiástica en la Pontificia
Accademia dei Nobili Ecclesiastici (1909-14).
En varias ocasiones tuvo el privilegio de representar a la Santa Sede, como cuando dio las condolencias en nombre del Vaticano a Eduardo VII de Inglaterra, al morir la reina Victoria, o en 1908, al representar al Papa en el Congreso Internacional Eucarístico en Londres, donde conoció a Winston Churchill. En 1911 se le encargó además asistir a la coronación del Rey Jorge V de Inglaterra en nombre de la Santa Sede.
Benedicto XV designó a Pacelli Nuncio Apostólico en Baviera, para lo cual lo consagró Obispo titular de Sardes y lo elevó a la dignidad arzobispal en la Capilla Sixtina el 13 de Mayo de 1917...el mismo día y casi a la misma hora que tenía lugar la Primera Aparición de Nuestra Señora en Fátima. Años más tarde, en 1952, cumpliría con el deseo de Nuestra Señora de Fátima de consagrar Rusia a Su Inmaculado Corazón.
Pío XI lo elevó a Cardenal y dos meses más tarde lo designó como Secretario de Estado del Vaticano. Desde este nuevo estatus, Eugenio Pacelli negoció y firmó los Concordatos de la Santa Sede con el Ducado de Baden, la República de Austria y el Reino de Yugoslavia, además del Concordato entre la Santa Sede y la Alemania nacional-socialista.
Viajó como Delegado Apostólico de Su Santidad por todo el mundo; destacando su participación en el Congreso Eucarístico de Buenos Aires en 1934; los habitantes de estas Islas Canarias, tuvieron la suerte de recibirle cuando el Cardenal Pacelli hizo escala en la isla de Gran Canaria, donde visitó la Catedral de Santa Ana y la Villa de Teror, donde oró ante la Patrona, la Virgen del Pino.
A la muerte del Papa Pío XI, la organización de la Sede Vacante correspondió a Pacelli por su cargo de Camarlengo. Después de un Cónclave de sólo dos días y a la tercera votación fue elegido Papa el 2 de marzo de 1939. Diez días después fue coronado por el Cardenal Camillo Caccia Dominioni, Protodiácono de Santa Maria in Dominica.
Una de sus primeras decisiones como Papa fue la de borrar del Índice las obras de Charles Maurras, fundador de la Action Française. También mandó realizar excavaciones bajo la Basílica de San Pedro, donde fueron hallados los restos del primer Papa. En cuestiones más temporales, siempre se posicionó contra el Comunismo y proclamó el anatema para aquellos católicos que se unieran a sus filas.
Fue el primer Papa en desenvolverse con los medios de comunicación de la época; así fueron frecuentes sus radio mensajes y hasta sus apariciones en la televisión. Veía en los medios una manera imprescindible para hacer apostolado, especialmente por parte de los seglares.
Su doctrina, fidelísima a la Sagrada Tradición Católica, quedó reflejada en más de cuarenta Encíclicas, cincuenta Cartas Apostólicas y una treintena de Constituciones Apostólicas entre otros documentos que fueron y son hoy día faro y guía para todo católico.
Destacó su ahínco por hacer del Sagrado Corazón de Jesús el estandarte de todo católico, del cual "Deseamos también vivamente que cuantos se glorían del nombre de cristianos e, intrépidos, combaten por establecer el Reino de Jesucristo en el mundo, consideren la devoción al Corazón de Jesús como bandera y manantial de unidad, de salvación y de paz."
En su última enfermedad parece que fue reconfortado con visiones de Nuestro Señor y de la Madre de Dios, de la cual fue devotísimo esclavo y apóstol de su Rosario y del Bendito Escapulario, en el cual quería Pío XII que los católicos "Reconozcan en este memorial de la Virgen un espejo de humildad y castidad".
Sirva este sencillo homenaje para dar a conocer un poco más la egregia figura del Pastor Angelicus; un Papa consciente de su lugar en la Santa Iglesia Católica, como Padre y Pastor de Almas. Nunca nos cansaremos de recomendar sus clarísimos escritos, realizados con la pluma de la caridad y de la Verdad. En este sentido, quisiéramos terminar con un extracto del Discurso del Papa Pío XII a los recién casados en 1943, que nos viene como anillo al dedo en este mes dedicado a Nuestra Señora del Rosario.
lunes, 7 de octubre de 2013
APRENDA A REZAR EL SANTÍSIMO ROSARIO DE NUESTRA SEÑORA
La Fiesta de Nuestra Señora de las Victorias, fue instituida por el Papa San Pío V, el 7 de Octubre, aniversario de la Batalla Naval de Lepanto en 1571, donde triunfaron las tropas cristianas gracias al rezo del Santo Rosario; San Pío V, añadió la invocación “Auxilio Christianorum” en las Letanías de la Virgen . Años más tarde, otro Papa, Gregorio III, cambió el título de aquella fiesta por el Nuestra Señora del Rosario.
Esta devoción tiene su origen en los 150 Salmos del Antiguo Testamento, así el Rosario contiene 150 Avemarías, repartidas entre los 15 Misterios de la Vida y Pasión de Nuestro Señor Jesucristo y de la Santa Virgen María.
Entre los primitivos y fundamentales propagadores del rezo del Santísimo Rosario, encontramos la figura excelsa de Santo Domingo de Guzmán, sacerdote español, creador de la Orden de Predicadores ( o Dominicos, como son conocidos por su Santo Fundador ), que tuvo el privilegio de recibir de manos de Nuestra Señora, en 1208, la forma en que había de ser rezado el Rosario, haciéndole la promesa de que quien lo rezase cotidianamente, se convertiría y obtendría la salvación eterna.
LAS PROMESAS DE NUESTRA SEÑORA
a los devotos del Santo Rosario
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