martes, 31 de julio de 2012

BALDUINO REY BELGICA

Tal día como hoy, el 31 de Julio de  1993, moría en la localidad de Motril (Granada) el Rey Balduino de Bélgica. Monarca Católico, ejemplar defensor de la Civilización Cristiana; cuando la sombra del aborto cayó sobre su nación, aquél Rey prefirió poner en juego su corona antes que sancionar tan inicua y sanguinaria ley.

VALIENTE DEFENSOR DE LA VIDA

   Dios Misericordioso, no quiso hacer prosperar ninguno de los cinco embarazos de su mujer, la española Fabiola de Mora y Aragón; ellos mismos, preguntados por tan dolorosa cuestión, declararon: "Nos hemos preguntado por el sentido de este sufrimiento: poco a poco hemos ido comprendiendo que nuestro corazón estaba así más libre para amar a todos los niños, absolutamente a todos."


*  *  *

lunes, 30 de julio de 2012

EL FUEGO DEL PURGATORIO ACERCA A LAS ALMAS A DIOS



      Todas las cosas que tengo en mente, hasta donde en esta vida me ha sido posible comprenderlas, cuando las comparo con lo que he dicho, se extreman en grandeza. Aparte de ellas, todas las visiones, sonidos, justicia y verdades de este mundo me parecen mentiras o parecen nada. Me he sentido confundida por no poder encontrar palabras que expresen suficientemente todas estas cosas.


      Percibo que debe haber conformidad entre Dios y las Almas cuando Él las ve en la pureza con que su Divina Majestad las ha creado. El les da un ardiente amor que las acerca a Él mismo, el cual es lo suficientemente fuerte como para destruirlas, aunque inmortales, y las transforma hasta que Él las ve como si no fueran nada más que Él mismo. Incesantemente las va acercando con el fuego, nunca se aparta hasta que llegan al estado óptimo de total pureza con la cual las creó.



      Cuando con su visión interna las Almas se ven así, llevadas por Dios con ese fuego amoroso, fundidas en ese centelleante amor por Dios, su más querido Señor, se sienten inundadas por ese amor; y ven que esa luz divina no cesa de llevarlos amorosamente hacia Él, con gran cuidado y previsión a ser plena perfección de Su puro Amor.


      Pero el alma, obstruida por el pecado, no puede ir más que hasta donde Dios la lleva hacia Sí Mismo. Nuevamente, el alma se da cuenta de que no puede trasponer, o avanzar hacia esa luz unitiva todo lo que quisiera, y clama por ser destrabada.


      Yo digo que es la visión de estas cosas lo que logra en las Almas el dolor que sienten en el Purgatorio, y es imposible describirlo, es el más grande, y ya no pueden volver a verse a sí mismas yendo contra la voluntad de Dios, cuyo amor por ellas ven tan claramente dentro de este fuego.


      Intensa e incesantemente este amor lleva a las almas a esta unidad como si ninguna otra cosa pudiera hacerse. Si pudiera el alma que comprendió, encontrar un peor Purgatorio donde librarse más pronto de los obstáculos de su camino, rápidamente se arrojaría allí, guiada por el amor entre ella y Dios.


Santa Catalina de Génova
Tratado del Purgatorio

*  *  *  *  *  *  *

sábado, 28 de julio de 2012

NUESTRA SEÑORA NOS ARROJA EN EL OCÉANO DE DIOS






        Cuando aquél ternísimo, filial y candoroso afecto del corazón hacia Nuestra Madre aletea en el alma, sostenido por el Espíritu de Dios o del amor Divino, entonces todas las cosas fluyen espontáneamente y hasta la naturaleza parece que cambia por completo, en este tiempo, dando la impresión de que se reviste de inocencia, ternura, sencillez y demás cualidades e inclinaciones de un pequeñuelo hacia su queridísima Madre y como tal se porta con Ella, con todo candor e inocencia.


      Así como entonces la caridad de Dios está derramada en su corazón por virtud del Espíritu Santo que le ha sido dado al alma (Rm. 5,5) y ese mismo Espíritu es el que, en tal coyuntura, obra, dirige y anima al alma y es el principal actor de este juego de amor, así también aquél trato candoroso con Nuestra Madre Amable, no es otra cosa que la exuberancia y desbordamiento del Divino Amor que posee totalmente al alma y la arrastra, suavemente, hacia la Madre Tierna.


      Esto lo hace con tal maestría y de tal forma, que, al mismo tiempo y con la misma amorosa ternura, se arroja  en María y, al instante, es arrastrada por Ella y de esta forma se arroja en el océano de Dios, sin necesidad de intermediarios y sin impedimento alguno.


Padre Miguel de San Agustín, Carmelita
Vida de Unión con María

*  *  *  *  *

viernes, 27 de julio de 2012

EL CORAZÓN DE JESÚS GRABA SU NOMBRE EN EL CORAZÓN DE SANTA VERÓNICA GIULIANI



      "Tuve el recogimiento, con la visión de Nuestro Señor, de la Santísima Virgen y de muchos santos. Me parece que mi ángel Custodio me condujo delante de Jesús y de la Santísima Virgen; que ambos me tomaron en medio; del Corazón de Jesús salió un rayo resplandeciente que se dirigía a mi corazón; y que la Santísima Virgen con sus manos mostraba a su Hijo la llaga que tengo en mi corazón. 




      En un momento, se abrió esta llaga de modo que se veía todo el corazón; el Niño Jesús con uno de sus dedos, la marcó por encima, como si hubiese escrito su Santísimo Nombre; su dedo parecía ser un afilado cortaplumas, con el que se formaban las letras del Santísimo Nombre de Jesús. En esto me pareció que él con un dedo, se tocaba su corazón, que aparecía con llaga sanguinolenta, y que con su misma sangre mojaba las letras que había hecho en mi corazón. Comprendí entonces, por vía de comunicación, que este Santísimo Nombre me ayudará en todos los sufrimientos y, especialmente, para combatir todas las insidias del demonio; porque en adelante, seré combatida con toda clase de tentaciones. Después de esto, Dios me confirmó mis dos oficios: la conversión de los pecadores, y la liberación de las almas del Purgatorio...


      Quedé toda la noche con un dolor tan grande en el corazón, que pensaba morirme, y también sentía en él una cruz; porque me parecía que Jesús, después de haber marcado su Santísimo Nombre, me puso también en él una cruz que todavía la siento y me da gran dolor.


      Lo mismo éstas que todas las demás penas, yo deseo que sean en penitencia de mis pecados".

* * * * * * *


DIARIO ESPIRITUAL DE SANTA VERÓNICA GIULIANI, 4 de enero, 1714
Propuesto por la Hna. Úrsula Jans, Terciaria Capuchina
Santiago de Chile


jueves, 26 de julio de 2012

PRIMERA COMUNIÓN DE SAN JUAN MARÍA VIANNEY



   Era el año 1795, cuando en Francia tenía lugar una cruenta persecución contra la Iglesia Católica. El 30 de Mayo se había promulgado un decreto que disponía "que nadie podría desempeñar el ministerio de culto alguno, si no se hacía acto de sumisión a las leyes de la República".


   Por tal motivo,  los sacerdotes y fieles, que se negaban a jurar semejantes leyes masónicas, se vieron obligados como los primeros cristianos, a acudir a Misas clandestinas, en casas particulares. Sin embargo y como es de entender, el ministerio pastoral de los sacerdotes proscritos no era continuo ni con la frecuencia que muchos de aquellos católicos deseaban. De hecho, muchos de aquellos sacerdotes de Cristo tuvieron que esconder la sotana y ocupar tareas manuales, tales como la carpintería, el campo, la albañilería...lo que fuese con tal de permanecer en medio de aquellos fieles, ovejas que se veían cercadas por lobos.



   Estos hombres, envejecidos antes de tiempo y en cuyos rostros se plasmaba la persecución y la tragedia, soportadas por amor a las almas, ¡con cuánta veneración eran contemplados en el altar por el el adolescente Juan María Vianney!.


   Un día, uno de aquellos celosos pastores, el Padre Groboz, fue de noche a casa de los padres del futuro Cura de Ars; en traje civil, para no levantar sospechas, llegó al piadoso hogar de los Vianney, donde bendijo a cada uno de los niños. Al llegar a Juan María le preguntó:


-¿Cuántos años tienes?.


-Once años.


-¿Desde cuánto que no te has confesado?.


-Todavía no lo he hecho.


-Pues bien -continuó el sacerdote- hagámoslo enseguida.


   Juan María se quedó a la vera de aquel pastor de almas y tuvo con él su primera confesión. Años más tarde, el Santo Cura de Ars recordaría aquella confesión perfectamente, ya que conservaba hasta el detalle de que se hizo "en casa, al pie de nuestro reloj".


   El Padre Groboz, convencido de las buenas disposiciones de aquél jovencito tan piadoso, convenció a sus padres para que recibiese la formación necesaria para recibir su Primera Comunión, tan atrasada a causa de la persecución religiosa.


   Dos monjas exclaustradas, las Hermanas Combes y Deville, fueron las encargadas de instruir a Juan María y a otros quince niños, que siempre tuvieron por santo al hijo de los Vianney. Durante los dos años que duró la enseñanza catequética, Juan María fue creciendo en el amor a Dios y a Nuestra Señora, amores que desde niño le habían inculcado sus padres y que él reforzaba con el rezo cotidiano del Santo Rosario y con un Avemaría al oír dar la hora: tenía una continua presencia de Dios y eso, lo libró de muchos peligros en un época en que todo lo que sonase a "católico", era digno de burlas y desprecios.


   Llegó 1799; en Francia, tras la caída de Robespierre, los ataques se multiplicaron: los sacerdotes morían a centenares, deportados a Guayana e internados en los pontones de Rochefort, de Re o de Olerón. El Papa Pío VI, con ochenta y dos años, era preso por los franceses revolucionarios y recluido en Valence-sur-Rhône. El calendario republicano había venido a sustituir las fiestas religiosas por otras paganas y sin sentido...



(Se recomienda imprimir, doblar a la mitad y plastificar)

   En la primavera de aquél trágico año, en medio de la desolación y el horror, no dejaron de brillar la Fe y la Esperanza en los corazones de los católicos franceses; en una sala de la casa del Conde de Pingeón de Ecully, se celebró una Misa clandestina, disimulada entre carros de heno, que cargaban y descargaban para simular que estaban trabajando. En el momento de la Comunión, Juan María Vianney, de trece años, se acercó al improvisado comulgatorio y se arrodilló para saciar su hambre de Cristo.


   Su hermana Margarita, que estaba presente, declararía años más tarde: "Yo me hallaba presente; mi hermano estaba tan contento que no quería salir del lugar donde había tenido la dicha de comulgar por vez primera". 


   Quizás por todo aquello, por recibir con tanta ansia a Nuestro Señor Sacramentado, bajo la amenaza de ser descubiertos por los revolucionarios y ser asesinados sin titubeos, podemos entender aquellas palabras cuando ya era párroco de Ars: "Cuando se comulga, se siente algo extraordinario...un gozo...una suavidad...un bienestar que corre por todo el cuerpo...y lo conmueve. No podemos menos de decir con San Juan: ¡Es el Señor!...¡Oh Dios mío! ¡Qué alegría para un cristiano, cuando al levantarse de la Sagrada Mesa se lleva consigo todo el Cielo en el corazón!"


miércoles, 25 de julio de 2012

SANTIAGO APÓSTOL, PATRÓN DE ESPAÑA



Oh astro brillante de España, Santiago Apóstol
intercede por nosotros ante el Señor


      Natural de Betsaida, hijo del Zebedeo y llamado Jaime "el Mayor", era hermano de San Juan y pariente de Nuestro Señor, que le tuvo cerca en el Tabor y en Getsemaní, con su hermano y San Pedro. Después de Pentecostés, evangelizó diversos países, entre ellos, según constante tradición, a España. De vuelta a Jerusalem, murió mártir en el año 42. Se cuenta que sus reliquias fueron conducidas a España, y en tal día como hoy trasladadas a Compostela, lugar de peregrinaciones.


HIMNO AL APÓSTOL SANTIAGO


Santo Adalid, patrón de las Españas, amigo del Señor:
defiende a tus discípulos queridos, protege a tu Nación.

Las armas victoriosas del cristiano venimos a templar
en el sagrado y encendido fuego de tu devoto altar.

Firme y segura como aquella columna 
que te entregó la Madre de Jesús;
será en España la Santa Fe Cristiana,
bien celestial que nos legaste tú.

¡Gloria a Santiago, Patrón insigne!
Gratos tus hijos hoy te bendicen.
A tus plantas postrados te ofrecemos
la prenda más cordial de nuestro amor.
Defiende a tus discípulos queridos, protege a tu Nación.


lunes, 23 de julio de 2012

LAS INDULGENCIAS DEL ESCAPULARIO Y LAS ALMAS DEL PURGATORIO

   
      La Semana de Buen Cristiano indica que hoy lunes debemos orar de forma especial por las Ánimas Benditas del Purgatorio, aquellos católicos que aunque se han salvado, aún tiene que purificar su alma antes de presentarse ante Dios Todopoderoso y contemplarle cara a cara, en visión beatífica, por el resto de la Eternidad.


      En este Mes de Nuestra Señora del Carmen, no podemos olvidar a aquellas Almas que a bien seguro son las predilectas de la que es Mater Misericordiae, Madre de Misericordia, porque Ellas a su vez, no tuvieron otra predilección en su vida terrenal, más que a Nuestra Señora y Su Bendito Escapulario.

      Bienaventuradas serán las Almas del Purgatorio que en su vida fueron devotas del Escapulario del Carmen; a bien seguro serán liberadas por Nuestra Señora el sábado siguiente a su muerte, como Ella mismo prometió.( 1 ) Sin embargo, las que no tuvieron la dicha de llevar sobre sus hombros la Librea de la Virgen, ahora se pueden aprovechar de los beneficios del Bendito Escapulario.

      Pero, ¿cómo?. Ah hermano, muy fácil: porque la Santa Madre Iglesia, ha concedido una serie de indulgencias sobre aquellos que visten cotidianamente el Escapulario Carmelitano; ahora bien, nosotros, en nuestra caridad para con las Almas del Purgatorio, podemos renunciar a esas indulgencias en favor de esas pobres Almas, que ya nada pueden hacer para su propia remisión. Esas indulgencias, serían como un gran rocío sobre las llamas que de continuo acrisolan a aquellos seres difuntos detenidos en el Purgatorio. 

      ¡Qué hermoso acto de caridad! Renunciar a la remisión de nuestros castigos para aplicar aquellas indulgencias a nuestras Hermanas del Purgatorio. ¿Acaso crees que cuando gracias a tu generosidad, algún Alma quede liberada, no se convertirá en una segura intercesora tuya ante el Trono de Dios?

* * * * * * * * * *

Indulgencias que podemos conseguir
los que llevamos el Escapulario del Carmen
y que podemos aplicar en favor de las
Benditas Ánimas del Purgatorio


A)  Indulgencias plenarias

1. El día que se viste el Escapulario y el que es inscrito en la Tercera Orden o Cofradía.

2. En estas fiestas:

a) Virgen del Carmen (16 de Julio)
b) San Simón Stock (16 de mayo)
c) San Elías Profeta (20 de Julio)
d) Santa Teresa de Jesús (15 de Octubre) 
e) Santa Teresa del Niño Jesús (1 de octubre)
f) San Juan de la Cruz (14 de Diciembre)
g) Todos los Santos Carmelitas (14 de Noviembre).

B)  Indulgencias Plenaria el día del Carmen.- El día del Carmen, 16 de Julio, o en la fecha que exactamente se celebre, tiene concebida una indulgencia plenaria.

C)  Indulgencia parcial
   Se gana indulgencia parcial por usar piadosamente el Santo Escapulario. Se puede obtener no sólo por besarlo, sino por cualquier otro acto de afecto y devoción. Y no sólo al Escapulario Tradicional, el de tela, sino también a la medalla-escapulario.

* * * * * * * * * *


     ( 1 ) En 1314, Nuestra Señora se apareció al Papa Juan XXII y le manifestó:


             “Si entre los religiosos o cofrades de esta orden hubiese alguno que al morir tenga que purgar sus pecados en la cárcel del Purgatorio, Yo, que soy la Madre de la Misericordia, descenderé al Purgatorio el primer sábado después de su muerte y lo libraré para conducirlo al Monte Santo de la Vida Eterna”.

 El Papa Juan XXII recogió sus palabras en la Bula "Sacratissimo uti culmine" también llamada Bula Sabatina (3.III.1322)


*   *   *   *   *


sábado, 21 de julio de 2012

NO VIVO YO, SINO QUE MARÍA VIVE EN MÍ


      "Cuando María tiene por bien formar algunos hijitos de Su Corazón, se vale de éste, Su Espíritu, esto es, del Espíritu de Jesús, que les infunda sus virtudes, su misma índole, su proceder, sus mismas inclinaciones, con que vienen como a transformarse en María y el Espíritu de María a vivir en ellos, o mejor digamos, el Espíritu de Jesús vive y obra en ellos, así como vive y obra en María.

      ¿Será, pues, mucho que estos hijos carísimos se hagan conformes en todo con su Amable Madre y que impriman en su ánimo su misma índole? Esto es lo que acontece a los buenos hijos y a esto atienden las madres amantes.


      Entonces se manifiesta en ellos la vida de María al igual de la de Jesús; entonces se cumple en ellos que, así como dijo dijo el Apóstol "Yo vivo ahora, mas bien no soy yo el que vivo sino que Cristo vive en mí" (Gál. 2, 20 ), esto es, sino que vive en mí María, así también ellos puedan decir: No vivo yo, sino que vive en mí María, como quiera que ha sido en ellos cercenado cuanto era contrario al Espíritu de María y alentado con la vida cuanto a Ella conforma.

      El Espíritu de María conjunto con el de Jesús, el mismo indivisible Espíritu de María y de Jesús actúa, anima y gobierna sus acciones, así como animó, gobernó y trajo a efecto todas las obras de María.

      Por esta traza ya no son ellos quienes viven, sino que vive en ellos María, actuando, inclinando y dirigiendo sus potencias, para que vivan de nuevo modo en Dios. De esta suerte su vivir está en María, a quien justamente aclaman con alegría "Vida, Dulzura y Esperanza nuestra."



Padre Miguel de San Agustín, Carmelita
VIDA DE UNIÓN CON MARÍA

viernes, 20 de julio de 2012

LA INSTITUCIÓN DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA (V) "Las Horas de la Pasión" de Luisa Piccarreta


      ¡Oh Jesús!, beso tu Santísimo Corazón, el cual es el centro en el que confluyen todas las ofensas, y quiero repararte por todo y por todos correspondiéndote con mi amor, y estando siempre unido a ti quiero compartir tus penas. ¡Ah, te suplico, Celestial Arquero de amor, que si se me escapa ofrecerte mis reparaciones por alguna ofensa, me tomes prisionero en tu Corazón y en tu Voluntad, para que no se me pueda escapar nada! Le pediré a nuestra dulce Madre que me mantenga alerta y junto con ella repararemos por todo y por todos; juntos te besaremos y te defenderemos alejando de ti todas las oleadas de amarguras que por desgracia recibes de parte de las criaturas.


      ¡Ah Jesús!, recuerda que yo también soy un pobre encarcelado, aunque es cierto que tu cárcel es más estrecha, cual lo es el breve espacio de una hostia; por eso, enciérrame en tu Corazón y con las cadenas de tu amor, quiero que no solamente me encadenes, sino que ates uno por uno mis pensamientos, mis afectos, mis deseos; inmovilízame las manos y los pies encadenándolos a tu Corazón, para no tener más manos ni pies que los tuyos. De manera que mi cárcel ha de ser tu Corazón; mis cadenas, el amor; las rejas que absolutamente me impedirán salir, tu Voluntad Santísima y sus llamas, mi alimento, mi respiro, mi todo; así que ya no volveré a ver otra cosa que llamas, ni volveré a tocar más que fuego, el cual me dará vida y muerte, tal como tú la sufres en la hostia y así te daré mi vida. Y mientras yo me quedaré prisionero en ti, tú quedarás libre en mí. ¿No ha sido ésta tu intención al haberte encarcelado en la hostia, el ser desencarcelado por las almas que te reciben, recibiendo tú la vida en ellas? Por eso, como muestra de tu amor, bendíceme y dame un beso, y yo te abrazo y me quedo en ti.

      ¡Oh mi dulce Corazón!, veo que después de haber instituido el Santísimo Sacramento y de haber visto la enorme ingratitud y las ofensas de las criaturas ante los excesos de tu amor, a pesar de que quedas herido y amargado, no retrocedes, al contrario, quisieras ahogarlo todo en la inmensidad de tu amor.

      Te veo, oh Jesús, que te das a ti mismo a tus apóstoles en la Comunión, y después les dices que lo que tú has hecho ellos también lo deben hacer, dándoles así la potestad de consagrar; de éste modo los ordenas sacerdotes e instituyes otros sacramentos. De manera que piensas en todo y reparas por todo: por las predicaciones mal hechas, por los sacramentos administrados y recibidos sin las debidas disposiciones y que por lo tanto quedan sin producir sus efectos, por las vocaciones equivocadas de los sacerdotes, sea por parte de ellos que por parte de quienes los ordenan sin haber usado todos los medios para conocer las verdaderas vocaciones. ¡Ah, Jesús, no se te olvida nada y yo quiero seguirte y repararte por todas estas ofensas!

      Y así, después de haber hecho todo, te encaminas hacia el huerto de Getsemaní en compañía de tus apóstoles, para dar inicio a tu dolorosa pasión. Yo te seguiré en todo para hacerte fiel compañía.





"Las Horas de la Pasión"
Luisa Piccarreta


***

jueves, 19 de julio de 2012

LA SANTA MISA PROSCRITA; INFANCIA DEL SANTO CURA DE ARS, SAN JUAN MARÍA VIANNEY





      Habían llegado los días de la persecución sangrienta. Todo sacerdote que no hubiese prestado el juramento constitucional se exponía a ser encarcelado, y muerto, sin recurso posible, a las veinticuatro horas. A pesar de tan terribles amenazas, los sacerdotes fieles andaban ocultos por los alrededores de Dardilly y la casa de los Vianney los escondió a todos sucesivamente. En alguna ocasión celebraron allí la Misa.


      Fieles mensajeros enviados desde Ecully  pasaban ciertos días por las casas de las familias católicas y les indicaban el escondrijo, donde a la noche siguiente habrían de celebrarse los divinos misterios. La familia de los Vianney marchaban al atardecer, sigilosamente y muchas veces andaban a oscuras largos trechos. Juan María (futuro Santo Cura de Ars), satisfecho de acudir a la Santa Misa, movía con ligereza sus piernecitas...sólo contaba con siete años.


      Llegados al lugar convenido se les introducía en un local escondido y apenas iluminado. Junto a una pobre mesa, rezaba un desconocido, de rostro fatigado y suave sonrisa. Cambiados los saludos, en el lugar más escondido de la sala, detrás de una cortina, oía las confesiones, aconsejaba, tranquilizaba, absolvía las conciencias. A veces, los jóvenes prometidos le pedían que bendijera su unión.



      Finalmente se celebraba la Misa tan deseada por todos; el sacerdote colocaba sobre la mesa el ara consagrada que había llevado consigo, el misal, el cáliz y numerosas hostias, pues no era él solo el que había de comulgar esa noche; se revestía los ornamentos arrugados y deslucidos y después, en medio de un silencio profundo, comenzaba a pronunciar las palabras litúrgicas: Introibo ad altare Dei. ¡Qué fervor en su voz, y en los asistentes qué recogimiento y qué emoción! Con frecuencia, a las palabras santas se mezclaban los sollozos.


      ¡Cómo se conmovía, en aquellos momentos inolvidables, el alma del pequeño Juan María Vianney! De rodillas entre su madre y sus hermanas, rezaba como un ángel y lloraba al oír llorar. Además, ¡con qué atención escuchaba , aunque sin entender todo su alcance, las graves reflexiones de aquél sacerdote proscrito, que ponía en peligro su cabeza por amor a las almas!

*   *   *   *   *

SEMANA DEL BUEN CRISTIANO, DÍA JUEVES:

Dedicado al SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR y a los sacerdotes; la Santa Misa, Comunión y el Rosario por la santificación de los sacerdotes. Si es posible, entre las once y doce de la noche, Hora Santa de reparación por los pecados de todos los consagrados, como pidió el Sagrado Corazón a Santa Margarita Mª. de Alacoque.


*   *   *   *   *


miércoles, 18 de julio de 2012

ANIVERSARIO COMIENZO DE LA CRUZADA ESPAÑOLA




      Muchos de los que leen estas líneas no me conocerán y ni siquiera mi nombre les será común. Por eso comenzaré con unas palabras de ese libro que podría servirnos como guía en la vida del católico que es el Kempis o Imitación de Cristo que dice “no te preocupes por quién lo dice sino de lo que dice.” Así, más que tener en cuenta mi persona ni quien soy, creo se debe tener en presente y meditar el día al que voy a dedicar estas letras y los acontecimientos a los que haré referencia pues marcaron un antes y un después en la historia de España y, me atreveré a decir, en la historia de la Hispanidad.
      Basta pensar en ese “adeveniat Regnum tuum” que decimos en el Pater Noster para entender lo que realmente ocurrió aquel día en el que nuestra Patria clamaba de dolor y sollozaba cual moribundo fuese, moribundo que acabaría convirtiéndose tras un giro de ciento ochenta grados en ese bebé que nace y con ilusión la madre lo acoge y le prepara su futuro.
      Fue ese “adveniat Regnun tuum” el que llevó a los españoles la mañana del dieciocho de julio (en ciertas zonas el diecisiete también) a salir al grito de “por Dios y por la Patria” contra aquellos que dominados por el odio querían matar el espíritu de la Patria y alejarla de Dios para hacer la Rusia que ansiaban al grito de “muera España y viva Rusia.”
      Hemos contemplado a lo largo de la historia cómo España ha sabido salir con virilidad y gallardía del coma en que se encontraba y levantarse con dos ideas bien claras el altar y la unidad. Fue eso lo que movió a los miembros de esta Patria, a los españoles, el dieciocho de julio de 1936.


      No fueron los fueros ni los conflictos de otro tipo como tampoco lo fueron en la Guerra de Independencia ni en la guerrilla que gran mella marcaron también en la historia de España y su pueblo. Sería esa guerra la que calificaría como primera el profesor Rafael Gambra en un libro de juventud que se titula ¡La Primera Guerra Civil de España¡.
      De nuevo el enemigo era exógeno y endógeno como anteriormente habría ocurrido con los franceses y los afrancesados españoles. Aquí, pues, ocurría con los comunistas y republicanos del bando rojo (pues también los falangistas fueron republicanos en el sentido filosófico y político de la expresión) junto con el enemigo ruso que acechaba desde sus despachos en las estepas queriendo convertir nuestra Patria en ese soviet.
      Pero el pueblo español, fiel a su raza, supo despertar y arma al brazo salir a defender el altar y la Patria que le habían dejado sus padres y sus abuelos, muchos habrían tenido antepasados que lucharan en la que antes calificamos como primera guerra civil de España, ahora les tocaba a ellos siendo conscientes que en numerosas ocasiones llegarían al martirio o como mínimo a ver segada la vida de sus camaradas, hermanos y compatriotas.
      Recuerdo cómo hace años en diferentes actos alguien decía referente al dieciocho de julio que “ni se pisa ni se rompe”. Pues es hoy difícil arrancar del suelo ensuciado ese día que hizo comenzara de nuevo la historia de un pueblo, su fe y su unidad que estaban siendo destruídas y aniquiladas como aquel anciano moribundo al que le quedan unos breves días de vida.


      Que resulte difícil hoy hacer patente en el pueblo español la importancia de ese día se debe a que han matado en los hombres y las mujeres tres potencias las tres potencias del alma: la memoria, el entendimiento y la voluntad.
      Diría Oswald Spengler que “al final a la civilización siempre la salva un pelotón de soldados.” Bien, pues es que no solamente se trata aquí de un pelotón de sondados en sí, sino que eran hombres y mujeres de a pie, campesinos y burgueses, hermanos en la Fe que supieron alistarse en la bandera de Cristo Rey para luchar por una fe y una patria común. No podemos referirnos únicamente a los soldados y militares que serían una parte sino también a aquellos que dejaron casa, mujer e hijos y supieron incluso dejar “que los muertos entierren a sus muertos” para anunciar a la vez la Verdad con el testimonio de su martirio, de sus vidas y dejando una España católica y unida correspondiente a su historia y no como la que hoy observamos que pareciera corresponderse con aquello que García Morente dijera haciendo referencia a la catolicidad de España “es sencillamente imposible imaginar una historia de España sin religión católica. Sería la historia de otra nación… lo que de su descristianización resultase ya no sería propiamente España, sino otra cosa, otro ser, otra nación, o probablemente aún, nada”. Así basta recordar a Antonio Molle Lazo y el tercio de Montserrat, a aquellas tres mártires carmelitas del Carmelo San José de Guadalajara y tantos mártires más que dio en esos años España más al mundo que flores tienen mayo y abril.
      Pero es que no le daré a Spengler toda la razón razón porque también fueron mujeres las que supieron preparar el hogar y sus hijos acérrimos en la Fe y el amor a la Patria para que llegado el momento aquél dieciocho de julio viendo moribunda la Patria de la que eran hijos salieran arma al brazo y con la Cruz por delante a defender tanto la Patria como la Cruz. Podríamos decir recordando aquellas casas españolas que dieron mártires a España luchando en los campos españoles por la Fe y por la Patria entre cantos de Te Deum, Salves y demás oraciones que aún nacían dioses en Extremadura.
      Cuando se ha de consumar la maravilla de una gran hazaña los ángeles que están junto a su silla miran a Dios y piensan en España. ¿No era acaso la maravilla de una gran hazaña lo que se consumó en aquella Cruzada para reconstruir España sobre la única piedra angular que aguanta vientos y mareas, pues es de roca y no de arena? Sí, esa piedra angular es la Cristiandad, la catolicidad de España.
      En aquellos días los santos españoles que están arriba miraban expectantes la batalla que arraigados en la bandera de Cristo Rey se libraba en campos españoles para la reconquista y el ulterior éxito espiritual de la Patria. No cabe que también los ángeles que están junto a su silla miraron a Dios pensando en España y como patria predilecta triunfó la bandera sempiterna frente a la Civitas Terrae.
      Contemplando la historia y cómo lucharon y se comportaron aquellos españoles de diferentes edades y sexos se hace palpable que no luchaban contra algo sino que por el contrario luchaban a favor de algo.


      Aquellos niños, hombres, mujeres e incluso familias que salieron cual centurias fuesen en el requeté y en el falangismo luchaban a favor de España mientras que el comunismo que quería la destrucción no luchó nunca a favor de España sino en contra y, me atreveré a decir más, arraigados en la Anti-España. Con San Pablo se afirma que “te basta mi gracia” (Cor. 12, 6-10) pues fue lo que tenían aquellos españoles, la Fe y la gracia de Dios.
      Acabaré diciendo que no es mi intención se lean estas palabras con recuerdo afectivo únicamente y melancólico sino con recuerdo efectivo y de acción para tomar ejemplo de esos niños, hombres y mujeres que supieron dar su vida al servicio de Dios y de España sin escatimar.

Jesús de Castro
Málaga, España

*  *  *  *  *  * *  *  *

martes, 17 de julio de 2012

PROGRESISMO CATÓLICO: ERRORES Y DESVIACIONES ( II )



PARA LOS PROGRESISTAS NO EXISTE LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA

      Pero no está en estos errores lo más característico del progresismo moderno. El error fundamental consiste en negar la necesidad de un orden social cristiano o lo que el magisterio eclesiástico llama, desde los días de León XIII hasta el Pontífice reinante, la civilización cristiana o la ciudad católica; los progresistas niegan que haya tal civilización cristiana o tal orden social público- cristiano. En París se ha llegado a afirmar en audiciones públicas de radio, que tal concepto no existe en el Magisterio de la Iglesia; cuando se hace evidente que hay por lo menos cerca de 50 documentos que hacen referencia explícita a la civilización cristiana. También califican los progresistas de nacional - catolicismo el intento de llevar a la práctica el programa de la ciudad católica.


EL PROGRESISMO RECHAZA A CRISTO REY


      Al rechazar los progresistas la civilización cristiana, rechazan los derechos de la Realeza de Cristo sobre el orden temporal de la vida pública; es decir, sobre las familias, los grupos sociales, los sindicatos, las empresas, las naciones y el mundo internacional. Derecho de la Realeza de Cristo, a que el orden temporal se conforme a las enseñanzas y a la legislación de la enseñanza cristiana. El progresismo rechaza el orden social público cristiano y lo tacha de catolicismo constantiniano, gregoriano, sociológico, a fin de presentarle con un aspecto odioso. No faltan sacerdotes, como el dominico Liégé, que afirman que trabajar para el orden social cristiano, para la civilización cristiana, es hacer obra más negativa y nefasta que el mismo comunismo.


EL MÁS PÉRFIDO ERROR: LA ALIANZA DE LA IGLESIA CON LA MODERNIDAD


      Al rechazar la necesidad de trabajar para la implantación de un orden social cristiano, los progresistas vense obligados a aceptar la ciudad laicista, liberal, socialista o comunista, de la civilización moderna. Aquí radica el verdadero error y desviación del progresismo cristiano, en buscar la alianza de la Iglesia con el mundo moderno. Al calificar de mundo moderno, no hacemos calificación de tiempo, sino una calificación de la naturaleza de la sociedad moderna, y sobre todo del espíritu de dicha sociedad. La sociedad moderna, que comienza en el Renacimiento y se continúa con el naturalismo, el liberalismo, el socialismo y el comunismo de la vida pública, es una sociedad que tiende a rechazar a Dios y a hacer del hombre un dios que con su esfuerzo creador va a lograr su destino y su felicidad. Por ello, como veremos más adelante, el humanismo que comienza en el Renacimiento, termina con el comunismo, en que el hombre se constituye en el creador exclusivo de su propio destino, que no sólo no necesita de Dios sino a quien Dios le estorba y le molesta, por cuanto la creencia en Dios le mueve a no poner en sí mismo el esfuerzo de su obra creadora. Por ello para Marx la religión es una alienación que disminuye al hombre.


      Esta alianza de la Iglesia con el mundo moderno que promueve el cristianismo progresista, le lleva a dar categoría de ciencias supremas, a la psicología y a la sociología; a la psicología que analiza y dirige los condicionamientos internos del hombre; y a la sociología que dirige y conduce los condicionamientos externos. El hombre así alejado del orden social cristiano, trabaja en el orden laicista de la psicología bajo la influencia de Freud; y en la sociología bajo la influencia de Marx.


*  *  *

lunes, 16 de julio de 2012

NUESTRA SEÑORA REINA Y MADRE DEL CARMELO




Imagen de la Hermandad del Carmen, Iglesia de San Cayetano, 
Córdoba, España



CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN


      “Oh, María, Reina y Madre del Carmelo, vengo hoy a consagrarme a Ti, pues toda mi vida es como un pequeño tributo por tantas gracias y bendiciones como he recibido de Dios a través de tus manos.


      Y porque Tú miras con ojos de particular benevolencia a los que visten tu Escapulario, te ruego que sostengas con tu fortaleza mi fragilidad, ilumines con tu sabiduría las tinieblas de mi mente y aumentes en mí la fe, la esperanza y la caridad, para que cada día pueda rendirte el tributo de humilde homenaje.


      El Santo Escapulario atraiga sobre mí tus miradas misericordiosas, sea para mí prenda de particular protección en la lucha de cada día, de modo que pueda seros fiel a tu Hijo y a Ti.


      Que él me tenga apartado de todo pecado y constantemente me recuerde el deber de pensar en Ti y revestirme de tus virtudes.


      De hoy en adelante me esforzaré por vivir en suave unión con tu espíritu, ofrecerlo todo a Jesús por tu medio y convertir mi vida en imagen de tu humildad, caridad, paciencia, mansedumbre y espíritu de oración.


      Oh Madre Amabilísima, sosténme con tu amor indefectible, a fin de que a mí, pecador indigno, me sea concedido un día cambiar tu Escapulario por el Eterno vestido nupcial y habitar contigo y con los Santos del Carmelo en el Reino de tu Hijo. Así sea.”

Papa Pío XII


*  *  *  *  *  *  *


HIMNO Y SÚPLICA


Flos Carmeli
(para escucharlo, pinchar sobre el enlace)

http://www.youtube.com/watch?v=1yoxgmG9PB4

*  *  *  *  *


REINA Y MADRE DE CHILE



      Cuando llegaron los frailes de la Orden de San Agustín a Chile el año 1595, iniciaron la propagación de la Virgen del Carmen creando varios años más tarde la primera cofradía de ésta. Su imagen es usada como patrona del Ejército Libertador de Argentina y Chile. El 5 de diciembre de 1811 se celebra una Misa de acción de gracias por orden de José Miguel Carrera y Bernardo O'Higgins en nombre de la Virgen, mientras que el 5 de enero de 1817 es José de San Martín quien la declara oficialmente "Patrona del Ejército de los Andes, colocando el bastón de mando en la mano derecha de la imagen religiosa. En las vísperas de la batalla de Chacabuco, O'Higgins proclama a la Virgen del Carmen como "Patrona y Generala de las Armas Chilenas".

      Ante el inminente desenlace final de la guerra de independencia tras diversas victorias realistas, cuyas tropas se acercaban a Santiago, se realizan oraciones en la catedral de la ciudad orando por la victoria de las tropas patriotas. Allí, O'Higgins, Director Supremo del país, promete la construcción de un templo en honor a la Virgen en aquel lugar donde se asegure la independencia de Chile:

            "En el mismo sitio donde se dé la batalla y se obtenga la victoria, se levantará un Santuario a la Virgen del Carmen, Patrona y Generala de los Ejércitos de Chile, y los cimientos serán colocados por los mismos magistrados que formulen este voto, en el mismo lugar de su misericordia, que será el de su gloria."

      La victoria patriota en la batalla de Maipú, el 5 de abril de 1818, aseguró la independencia chilena y, cumpliendo con su promesa, O'Higgins ordenó la construcción del Templo Votivo en la actual comuna de Maipú. Su festividad, el 16 de julio es celebrada en el país desde 2007, reemplazando el feriado de Corpus Christi.

* * * * * * * *


domingo, 15 de julio de 2012

PRODIGIOS DEL SANTO ESCAPULARIO DEL CARMEN ( IV )



            He aquí una historia fidedigna en la que figura el Santo Cura de Ars y una doncellita que fuera más tarde ferviente religiosa. Su antiguo y venerado cura es quien contó esta verídica relación, al que nos la dejara escrita. Antes de entrar en religión dicha doncella fuese a ver al Santo Cura de Ars, San Juan Mª. Vianney, para hacer con él confesión general. Este le preguntó al confesarla: 


   “Usted debe acordarse bien, hija mía, de cierto baile al cual asistió hace poco tiempo. En ese baile encontró usted un joven desconocido de todos, pero de modales distinguidos, que fue casi el héroe de la fiesta."


“Sí, Padre mío, es cierto."


   “Y usted hubiese querido que la invitase a bailar, y estaba usted llena de celos y de despecho al ver que prefería a las demás y que nunca se dirigía a usted para nada."


“En efecto, Padre; así era."


   “¿Y no recuerda usted que al salir el galán creyó usted ver en la puerta y precisamente bajo sus pies dos llamitas azules, que desde luego tomó usted por una mera ilusión de sus ojos, engañados por la luz y la oscuridad?."


“Todo, todo es verdad, Padre mío."


   “Pues bien, hija mía, ese joven era el demonio, el mismo Lucifer en persona. Aquellas con quienes bailara se hallan en estado de condenación. Y, ¿sabe usted por qué no fue invitada por él?… Pues fue precisamente por el Santo Escapulario del Carmen que usted llevaba puesto y que por devoción a María conservaba como una defensa contra sus asechanzas.”


*   *   *



*  *  *


sábado, 14 de julio de 2012

"NUESTRA SEÑORA QUIERE QUE TODOS USEN EL ESCAPULARIO"




      Después de la última aparición de Nuestra Señora en la Cova da Iría, mientras la gran multitud de espectadores asistía al milagro del sol, se desarrollaron ante los ojos de los pastorcitos diversas escenas. En la primera, al lado de San José y sosteniendo al Niño Jesús en sus brazos, la Virgen apareció como Nuestra Señora del Rosario. En seguida, junto a Nuestro Señor agobiado de dolor en el camino del Calvario, surgió como Nuestra Señora de los Dolores. Finalmente, gloriosa, coronada como Reina del Cielo y de la Tierra, se presentó como Nuestra Señora del Carmen, con el escapulario en la mano.


      "¿Por qué la Virgen apareció con el Escapulario en esta última visión?" —le preguntaron a la Hna. Lucía (quien además fuera religiosa carmelita) en 1950.


      "Es que Nuestra Señora quiere que todos usen el Escapulario" —respondió la vidente.


      “Y es por este motivo que el Rosario y el Escapulario, los dos sacramentales marianos más privilegiados, más universales, más antiguos y más valiosos, adquieren hoy una importancia mayor que en ninguna época pasada de la Historia” (cf. John Haffert, Maria na sua promessa do Escapulário, Edições Carmelo, Aveiro, Portugal, 1967, pp. 265-266).



      El Escapulario de Nuestra Señora del Carmen es una dádiva de la protección y del maternal cariño de la Reina del Cielo hacia los hombres. Su historia está estrechamente ligada a la Orden del Carmen, que se remonta según una antigua tradición a los santos profetas Elías, Eliseo y a sus discípulos, que se establecieron en el Monte Carmelo, en Palestina.


      De acuerdo con esa misma tradición, ellos ya veneraban a Aquella que vendría a ser la Madre del Redentor, simbolizada por la nubecita que apareció cuando San Elías pedía el fin de la prolongada sequía que los asolaba (cf. 3 Reyes 18, 41-45), y de la cual cayó una lluvia bendita que reverdeció la tierra.


      Estos ermitaños se sucedieron a través de las generaciones hasta la Edad Media, y cuando los musulmanes conquistaron Tierra Santa, tuvieron que huir hacia Europa. Allí enfrentaron grandes dificultades corriendo riesgo de extinción.


      Fue entonces que un carmelita inglés, San Simón Stock, hombre penitente y de mucha santidad, fue electo Superior General de la Orden. Angustiado con la situación en que se encontraban, comenzó a suplicar incesantemente a la Virgen para que los protegiese.


      El 16 de julio de 1251, hace más de 750 años, mientras rezaba fervorosamente en su convento de Cambridge (Inglaterra), se le apareció Nuestra Señora revestida del hábito carmelita, portando en sus brazos al Niño Jesús y extendiéndole un escapulario le dijo estas palabras:

“Recibe, queridísimo hijo, este Escapulario de tu Orden, señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los Carmelitas. Todo aquel que muera con él revestido, no arderá en las llamas del infierno. Él es, pues, una señal de salvación, una seguridad de paz y de eterna alianza”.


      En 1314, la Madre de Dios se apareció nuevamente, esta vez al Papa Juan XXII, confirmando su especial protección a los que usasen el Escapulario, y prometiendo además que los libraría del Purgatorio el primer sábado después de la muerte.


      Esto llevó a Pontífices, monarcas, religiosos de otras órdenes y personas de todas las condiciones a querer participar de este privilegio, recibiendo el Escapulario como un símbolo de devoción a María Santísima y de salvaguarda contra los enemigos del alma y del cuerpo.