miércoles, 18 de junio de 2025
EJERCICIO PIADOSO EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Día 18: UN SOLO CORAZÓN, UN SOLO AMOR, UN SOLO DIOS
Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro.
En el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonareis, por los Méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh queridísimo y divino Corazón de mi Jesús, ¡qué caricias os haría si os poseyera! ¡Cómo os abrazaría! Oh Corazón todo amable, mil veces os besaría y me pondría de rodillas para adoraros; mil veces os apretaría estrechamente contra mi pecho, a fin de abrasarme con las llamas con que Vos os abrasáis. Oh Corazón sagrado, Corazón encendido, Corazón abrasado, Corazón divino, que habéis respirado y suspirado tantas veces por mí; no quiero de aquí en adelante respirar sino por Vos. ¡Oh Buen Jesús!, separad de mi pobre corazón todo lo que os desagrade, y hacedlo manso, sencillo y humilde.
(Extraída de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque)
ORACIÓN DIARIA
ORACIÓN FINAL
Renovad completamente el estado de mi alma, oh mi divino Jesús, y tomad entera y perfecta posesión de todo mi ser, el cual dedico y consagro en perfecto holocausto de amor a vuestro amable Corazón. Haced de mi pobre y mezquino corazón un paraíso de vuestras delicias, con las flores y frutos de las sólidas virtudes de humildad, mansedumbre, sencillez; abrasadlo sobre todo en un vivo y ardiente deseo de vuestro Amor; que el único objeto de todas mis aspiraciones sea agradaros a Vos, a fin de que en el momento en que me saquéis de esta vida, no muera de otra muerte que la de vuestro Amor y por vuestro Amor. Así sea.
Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
martes, 17 de junio de 2025
EJERCICIO PIADOSO EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Día 17: MI PURO AMOR UNE
Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro.
En el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonareis, por los Méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh queridísimo y divino Corazón de mi Jesús, ¡qué caricias os haría si os poseyera! ¡Cómo os abrazaría! Oh Corazón todo amable, mil veces os besaría y me pondría de rodillas para adoraros; mil veces os apretaría estrechamente contra mi pecho, a fin de abrasarme con las llamas con que Vos os abrasáis. Oh Corazón sagrado, Corazón encendido, Corazón abrasado, Corazón divino, que habéis respirado y suspirado tantas veces por mí; no quiero de aquí en adelante respirar sino por Vos. ¡Oh Buen Jesús!, separad de mi pobre corazón todo lo que os desagrade, y hacedlo manso, sencillo y humilde.
(Extraída de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque)
ORACIÓN DIARIA
ORACIÓN FINAL
Renovad completamente el estado de mi alma, oh mi divino Jesús, y tomad entera y perfecta posesión de todo mi ser, el cual dedico y consagro en perfecto holocausto de amor a vuestro amable Corazón. Haced de mi pobre y mezquino corazón un paraíso de vuestras delicias, con las flores y frutos de las sólidas virtudes de humildad, mansedumbre, sencillez; abrasadlo sobre todo en un vivo y ardiente deseo de vuestro Amor; que el único objeto de todas mis aspiraciones sea agradaros a Vos, a fin de que en el momento en que me saquéis de esta vida, no muera de otra muerte que la de vuestro Amor y por vuestro Amor. Así sea.
Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
lunes, 16 de junio de 2025
EJERCICIO PIADOSO EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Día 16: APASIONADO DE AMOR
Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro.
En el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonareis, por los Méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh queridísimo y divino Corazón de mi Jesús, ¡qué caricias os haría si os poseyera! ¡Cómo os abrazaría! Oh Corazón todo amable, mil veces os besaría y me pondría de rodillas para adoraros; mil veces os apretaría estrechamente contra mi pecho, a fin de abrasarme con las llamas con que Vos os abrasáis. Oh Corazón sagrado, Corazón encendido, Corazón abrasado, Corazón divino, que habéis respirado y suspirado tantas veces por mí; no quiero de aquí en adelante respirar sino por Vos. ¡Oh Buen Jesús!, separad de mi pobre corazón todo lo que os desagrade, y hacedlo manso, sencillo y humilde.
(Extraída de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque)
ORACIÓN DIARIA
ORACIÓN FINAL
Renovad completamente el estado de mi alma, oh mi divino Jesús, y tomad entera y perfecta posesión de todo mi ser, el cual dedico y consagro en perfecto holocausto de amor a vuestro amable Corazón. Haced de mi pobre y mezquino corazón un paraíso de vuestras delicias, con las flores y frutos de las sólidas virtudes de humildad, mansedumbre, sencillez; abrasadlo sobre todo en un vivo y ardiente deseo de vuestro Amor; que el único objeto de todas mis aspiraciones sea agradaros a Vos, a fin de que en el momento en que me saquéis de esta vida, no muera de otra muerte que la de vuestro Amor y por vuestro Amor. Así sea.
Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
ESTE CORAZÓN QUE TANTO HA AMADO A LOS HOMBRES. 350 Aniversario de la Revelación del Sagrado Corazón a Santa Margarita
Era el 16 de Junio de 1675 cuando Sor Margarita María está ante Su Divina Majestad expuesta. De la blanca nube de los accidentes Eucarísticos se destaca radiante Nuestro Señor Jesucristo, le descubre Su Divino Corazón, y le dice con acento insinuante y amoroso ademán: «He aquí este Corazón que tanto ha amado a los hombres; que nada ha perdonado hasta agotarse y consumirse para demostrarles Su Amor, y que no recibe en reconocimiento, de la mayor parte, sino ingratitud, ya por sus irreverencias y sacrilegios, ya por la frialdad y desprecio con que Me tratan en este Sacramento de Amor. Pero lo que me es aún mucho más sensible, es que son corazones que me están consagrados los que así Me tratan. Por esto te pido que se dedique el Primer Viernes de mes, después de la Octava del Santísimo Sacramento, a una Fiesta particular para honrar Mi Corazón, comulgando ese día y reparando Su Honor con un acto público de desagravio, a fin de expiar las injurias que ha recibido durante el tiempo que he estado expuesto en los altares. Te prometo, además, que Mi Corazón se dilatará para derramar con abundancia las influencias de Su Divino Amor sobre los que Le den este honor y los que procuren Le sea tributado».
–«¿Cómo puedo cumplir estos encargos?»
—«Dirígete a Mi siervo (se refería Jesús al Padre Claudio de La Colombière) y dile de Mi parte que haga cuanto pueda para establecer esta Devoción y complacer así a Mi Corazón Divino; que no se desanime a causa de las dificultades que se le presenten y que no le han de faltar; pero debe saber que es omnipotente aquel que desconfía enteramente de sí mismo para confiar únicamente en Mí».
por el Padre José María Sáenz de Tejada, SI
domingo, 15 de junio de 2025
EJERCICIO PIADOSO EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Día 15: QUE PARTICIPES DE AQUELLA MORTAL TRISTEZA
Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro.
En el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonareis, por los Méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh queridísimo y divino Corazón de mi Jesús, ¡qué caricias os haría si os poseyera! ¡Cómo os abrazaría! Oh Corazón todo amable, mil veces os besaría y me pondría de rodillas para adoraros; mil veces os apretaría estrechamente contra mi pecho, a fin de abrasarme con las llamas con que Vos os abrasáis. Oh Corazón sagrado, Corazón encendido, Corazón abrasado, Corazón divino, que habéis respirado y suspirado tantas veces por mí; no quiero de aquí en adelante respirar sino por Vos. ¡Oh Buen Jesús!, separad de mi pobre corazón todo lo que os desagrade, y hacedlo manso, sencillo y humilde.
(Extraída de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque)
ORACIÓN DIARIA
ORACIÓN FINAL
Renovad completamente el estado de mi alma, oh mi divino Jesús, y tomad entera y perfecta posesión de todo mi ser, el cual dedico y consagro en perfecto holocausto de amor a vuestro amable Corazón. Haced de mi pobre y mezquino corazón un paraíso de vuestras delicias, con las flores y frutos de las sólidas virtudes de humildad, mansedumbre, sencillez; abrasadlo sobre todo en un vivo y ardiente deseo de vuestro Amor; que el único objeto de todas mis aspiraciones sea agradaros a Vos, a fin de que en el momento en que me saquéis de esta vida, no muera de otra muerte que la de vuestro Amor y por vuestro Amor. Así sea.
Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
sábado, 14 de junio de 2025
SOR MÓNICA DE JESÚS, Mística y Alma Víctima
Nació el 17 de Mayo del año 1889 en un pequeño pueblo de la ribera de Navarra llamado Monteagudo, situado a la falda del Moncayo. Ese mismo día recibió el Bautismo con el nombre de Basilia. Fue la tercera de los 10 hijos que tendrían sus padres, Eusebio Cornago y María Zapater.
Basilia fue de niña muy normal, -la mamá solía decir que Basilia era la hija más guapa y simpática que tenía-; bailaba muy bien la jota y otros bailes regionales. Aprendió a coser, a bordar; hacía punto, labores de ganchillo y no se le daba nada mal la cocina. Era muy amiga de los animales y con predilección de los corderillos.
Fue educada en una familia campesina de profundas raíces Cristianas, de costumbres edificantes, de comportamiento cabal, sencillo, austero. A los cuatro años vio por primera vez a su ángel junto con el de una amiga. Basilia le pidió al suyo que le enseñara a amar mucho a Jesús. Sentía pasión por la Eucaristía. Se preparó intensamente a su Primera Comunión; ese primer encuentro con Jesús no lo olvidará nunca.
A los 19 años pide su ingreso en el Monasterio de Santa María Magdalena de Baeza, (Jaén) de Monjas Agustinas Recoletas, fundado a mediados del siglo XVI.
El 6 de Enero de 1910 fue admitida a la Primera Profesión como Basilia de Santa Mónica. Se le llamará Sor Mónica.
Bien proporcionada, más bien alta, de color agradable, morena y algo sonrosada. Ojos grandes y negros, de mirada profunda y dulce. Voz agradable. Su andar, muy natural aunque algo vivo. Gran personalidad. De temperamento alegre, simpático, muy equilibrado.
“Su manera de ser inspiraba algo especial, sobre todo con la mirada, como si estuviera siempre en la presencia de Dios y es que de hecho estaba siempre en Él y con Él, aunque atendía muy bien y con toda caridad a cuantos acudíamos a ella” (Testimonio de una monja del Monasterio).
La vida de Sor Mónica transcurre entre las labores propias del monasterio a las que coopera conforme la obediencia y, sobre todo, el trato directo y espontáneo con Jesús, conformándose siempre a Su Voluntad, llenando las horas de vehementes y apasionados actos de amor a Dios, con confianza ciega en la Divina Providencia; contemplando y viviendo la Pasión de Cristo como cosa propia: “Así he aprendido a amarte más cada día, subiendo a la cruz contigo y padeciendo por Ti”.
El Demonio le pone continuas asechanzas para apartarla del camino de la virtud. Sor Mónica lo vence, ayudada por la gracia divina, una y otra vez. Por encargo de su padre espiritual un día le pregunta: "Por qué me tratas así, ¿qué te he hecho?" . A lo que el demonio responde: “¡Anda, maldita!, si no has hecho otra cosa que darme guerra desde que tienes uso de razón”. Escribe sor Mónica: “Jesús me libra de sus garras”.
“Era muy devota del Divino Corazón de Jesús en la Eucaristía -dice una hermana- del que estaba locamente enamorada; por eso sentía muchísimo los ultrajes, desprecios, pecados, faltas y ofensas que se le hacían, y, en cambio, se regocijaba cuando le hacíamos honores, o se enteraba de que se los hacían”.
El Ángel, a quien llamaba Hermano Mayor, a lo largo de su vida le aconseja, alienta, reprende; le explica la Voluntad de Dios y las verdades de nuestra Fe; la urge a crecer en el amor de Dios y a mantenerse en su presencia; la estimula a amar a Jesús, a inmolarse por los pecadores y le ayuda en su conversión.
Murió santamente el 14 de Junio de 1964. Y nos dejó una promesa: “Desde el Cielo miraré mucho más por vosotros”.
EL DON DE BILOCACIÓN EN SOR MÓNICA DE JESÚS
Entre las muchas gracias sobrenaturales que recibió Sor Mónica de Jesús, quisiera destacar, a modo de prueba de autenticidad de estos dones místicos, que la sencilla religiosa, sin apenas formación intelectual, supo describir con exactitud el protocolo que entonces se observaba al saludar al Romano Pontífice: besar el anillo y a continuación el pie; contrastamos la descripción del fenómeno de bilocación de la religiosa agustina, que lo narra en carta a su Confesor, con el texto aparecido en la prensa de la época.
Relato de Sor Mónica: "Cuando me enteré que los Reyes iban a visitar al Papa, le manifesté al Ángel el gusto que tendría yo de ver la primera impresión de los reyes delante de Su Santidad. Y ¿sabe lo que hizo? Me llevó. Yo llegué en el momento de presentarse delante de Su Santidad. En seguida el Rey se adelantó a postrarse de rodillas y le besó la mano y el pie, y lo mismo hizo la Reina. Muy poco rato estuve, pues yo no quería, pero gocé muchísimo de ver las alegrías de unos y de otros, no sólo al exterior sino también al interior"
EJERCICIO PIADOSO EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Día 14: UN PADRE APASIONADO DE AMOR
Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro.
En el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonareis, por los Méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh queridísimo y divino Corazón de mi Jesús, ¡qué caricias os haría si os poseyera! ¡Cómo os abrazaría! Oh Corazón todo amable, mil veces os besaría y me pondría de rodillas para adoraros; mil veces os apretaría estrechamente contra mi pecho, a fin de abrasarme con las llamas con que Vos os abrasáis. Oh Corazón sagrado, Corazón encendido, Corazón abrasado, Corazón divino, que habéis respirado y suspirado tantas veces por mí; no quiero de aquí en adelante respirar sino por Vos. ¡Oh Buen Jesús!, separad de mi pobre corazón todo lo que os desagrade, y hacedlo manso, sencillo y humilde.
(Extraída de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque)
ORACIÓN DIARIA
ORACIÓN FINAL
Renovad completamente el estado de mi alma, oh mi divino Jesús, y tomad entera y perfecta posesión de todo mi ser, el cual dedico y consagro en perfecto holocausto de amor a vuestro amable Corazón. Haced de mi pobre y mezquino corazón un paraíso de vuestras delicias, con las flores y frutos de las sólidas virtudes de humildad, mansedumbre, sencillez; abrasadlo sobre todo en un vivo y ardiente deseo de vuestro Amor; que el único objeto de todas mis aspiraciones sea agradaros a Vos, a fin de que en el momento en que me saquéis de esta vida, no muera de otra muerte que la de vuestro Amor y por vuestro Amor. Así sea.
Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
viernes, 13 de junio de 2025
SAN ANTONIO DE PADUA, DOCTOR DE LA IGLESIA
Nacido en Lisboa, ciudad principal de Lusitania, de padres cristianos e ilustres por su alcurnia, muchas e indudables señales dieron a entender, ya casi desde la aurora de su vida, que Dios todopoderoso había sembrado en su corazón abundantes semillas de inocencia y sabiduría. Era un adolescente cuando vistió el hábito humilde de los Canónigos Regulares de San Agustín, entre los cuales durante once años se esforzó, con la mayor diligencia, por enriquecer su alma con las virtudes religiosas y colmar su espíritu con los tesoros de las doctrinas celestiales. Elevado, después, a la dignidad sacerdotal por gracia divina, suspiraba por un modo de vida más perfecto, cuando los cinco compañeros Protomártires Franciscanos tiñeron con su sangre, en las santas misiones de Marruecos, los rojos amaneceres de la Orden Seráfica. Antonio, lleno de alegría por el triunfo tan glorioso de la fe cristiana, se inflamó de vivísimos deseos del martirio y se embarcó lleno de gozo rumbo a Marruecos, alcanzando felizmente las lejanas playas africanas.
Poco después, afectado de una grave enfermedad, se vio forzado a reembarcar de vuelta a su patria. La fortísima tempestad, que embraveció el mar y sacudió la nave por uno y otro lado con la fuerza del viento y las olas desatadas, lo lanzó finalmente, por voluntad de Dios, a las costas de Italia. Allí era un desconocido para todos y él mismo a nadie conocía, por lo que pensó encaminar sus pasos a la ciudad de Asís, donde entonces se iban a reunir muchos frailes y maestros de su Orden. Llegado allí tuvo la dicha de conocer al Padre san Francisco, cuya dulce presencia le colmó el alma de tanta suavidad que lo enardeció con el soplo ardentísimo del espíritu seráfico.
Al extenderse por todas partes la fama de la sabiduría celestial de Antonio y conocedor de ella el Seráfico Patriarca, quiso encomendarle el cargo de enseñar a los frailes, con aquellas palabras suavísimas que le escribió: «Fray Francisco a Fray Antonio, mi obispo: salud. Me agrada que enseñes sagrada teología a los frailes, con tal que, en su estudio, no apagues el espíritu de oración y devoción, como se contiene en la Regla». Antonio cumplió fielmente el oficio de su magisterio, siendo constituido como el primer Lector de la Orden. Enseñó en la ciudad de Bolonia, que era entonces sede principal de estudios; después enseñó en Toulouse y, por último, en Montpellier, ambas ciudades famosísimas por sus estudios. Antonio enseñó a los frailes y cosechó frutos abundantes sin menoscabar el espíritu de oración, como el Seráfico Patriarca le había encomendado, antes bien el Santo de Padua instruyó a sus alumnos no sólo con el magisterio de la palabra sino también con el ejemplo de su vida santísima, cultivando y defendiendo el cándido lirio de la pureza.
Dios le manifestó con frecuencia cuánto era estimado por el Cordero inmaculado, Jesucristo. Muchas veces, estando Antonio en su celda silenciosa dedicado a la oración, levantados dulcemente los ojos y el corazón al cielo, de repente se le aparecía el mismo Jesús, como niño pequeño, envuelto en una luz de radiantes fulgores, y echándose al cuello del joven franciscano le abrazaba y colmaba de tiernas caricias infantiles al Santo que, extasiado y convertido de hombre en ángel, «se apacentaba entre lirios» (Cant 2,16) en compañía de los ángeles y del Cordero.
Como Antonio se sirvió, con frecuencia, de los textos y sentencias tomadas del Evangelio, con toda justicia y derecho merece ser llamado "Doctor evangélico". Efectivamente, de sus escritos no pocos Doctores, Teólogos y Predicadores de la palabra de Dios bebieron, como de una fuente perenne de agua viva, y ampliamente beben aún hoy, precisamente porque consideran a Antonio un maestro y le tienen por Doctor de la Santa Madre Iglesia. Los mismos Romanos Pontífices son los primeros que se han adelantado al pronunciar tal juicio y con su propio ejemplo. En efecto, Sixto IV en su Carta Apostólica Immensa, de 12 de marzo de 1472, escribe: «El Bienaventurado Antonio de Padua, como estrella en lo alto del firmamento, difundió el fulgor de su luz esplendidísima, pues él es quien ilustró, adornó y consolidó nuestra fe ortodoxa y la Iglesia católica con las extensísimas prerrogativas de sus méritos y virtudes, con su profunda sabiduría y doctrina de las cosas divinas, y su predicación fervorosísima». Igualmente, Sixto V, en su Carta Apostólica sellada con su sello de plomo el 14 de enero de 1586, escribió: «El bienaventurado Antonio de Lisboa fue un varón de eximia santidad..., e imbuido, además, de la sabiduría divina».
Sobre todo en Italia se hizo famoso el vigor de sus tareas apostólicas, pues aquí llevó adelante tan abrumadoras fatigas. Pero también en muchas provincias de Francia, porque Antonio sin hacer distinción alguna de nación o linaje abarcaba a todos con su dedicación activa, a los portugueses, paisanos suyos, a los africanos, italianos, franceses, a cuantos percibía que estaban necesitados de la verdad católica. En cuanto a los herejes, Albigenses, Cátaros y Patarenos, que pululaban casi por todas partes e intentaban entonces apagar la luz de la verdadera fe en los corazones de los fieles creyentes, con tanto esfuerzo y éxito los combatió que mereció ser llamado "martillo de los herejes"».
No podemos omitir aquí, por la magnitud de su peso y su importancia, el grandioso elogio que tributó al Santo de Padua el Papa Gregorio IX después de oír predicar a Antonio y comprobar su admirable comportamiento vital, llamándole "Arca del Testamento" y "Archivo de las Sagradas Escrituras". Es igualmente digno de ser recordado que en el mismo día 30 de mayo de 1232, en el que el taumaturgo paduano fue inscrito en el catálogo de los Santos, casi once meses después de su dichosa muerte, al final del solemne rito pontifical de su Canonización, el mismo Papa Gregorio entonó con su propia voz la antífona propia de los Doctores de la Iglesia: «¡O Doctor optime, Ecclesiae Sanctae lumen, beate Antoni, divinae legis amator, deprecare pro nobis Filium Dei!»(«¡Oh, Doctor excelente, luz de la Iglesia Santa, bienaventurado Antonio, amador de la ley divina, ruega por nosotros al Hijo de Dios!»).
EJERCICIO PIADOSO EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Día 13: SI TÚ RESPONDES POR ELLAS
Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro.
En el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonareis, por los Méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh queridísimo y divino Corazón de mi Jesús, ¡qué caricias os haría si os poseyera! ¡Cómo os abrazaría! Oh Corazón todo amable, mil veces os besaría y me pondría de rodillas para adoraros; mil veces os apretaría estrechamente contra mi pecho, a fin de abrasarme con las llamas con que Vos os abrasáis. Oh Corazón sagrado, Corazón encendido, Corazón abrasado, Corazón divino, que habéis respirado y suspirado tantas veces por mí; no quiero de aquí en adelante respirar sino por Vos. ¡Oh Buen Jesús!, separad de mi pobre corazón todo lo que os desagrade, y hacedlo manso, sencillo y humilde.
(Extraída de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque)
ORACIÓN DIARIA
ORACIÓN FINAL
Renovad completamente el estado de mi alma, oh mi divino Jesús, y tomad entera y perfecta posesión de todo mi ser, el cual dedico y consagro en perfecto holocausto de amor a vuestro amable Corazón. Haced de mi pobre y mezquino corazón un paraíso de vuestras delicias, con las flores y frutos de las sólidas virtudes de humildad, mansedumbre, sencillez; abrasadlo sobre todo en un vivo y ardiente deseo de vuestro Amor; que el único objeto de todas mis aspiraciones sea agradaros a Vos, a fin de que en el momento en que me saquéis de esta vida, no muera de otra muerte que la de vuestro Amor y por vuestro Amor. Así sea.
Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
jueves, 12 de junio de 2025
EJERCICIO PIADOSO EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Día 12: LEVÁNTATE Y VEN A BUSCARME
Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro.
En el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonareis, por los Méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh queridísimo y divino Corazón de mi Jesús, ¡qué caricias os haría si os poseyera! ¡Cómo os abrazaría! Oh Corazón todo amable, mil veces os besaría y me pondría de rodillas para adoraros; mil veces os apretaría estrechamente contra mi pecho, a fin de abrasarme con las llamas con que Vos os abrasáis. Oh Corazón sagrado, Corazón encendido, Corazón abrasado, Corazón divino, que habéis respirado y suspirado tantas veces por mí; no quiero de aquí en adelante respirar sino por Vos. ¡Oh Buen Jesús!, separad de mi pobre corazón todo lo que os desagrade, y hacedlo manso, sencillo y humilde.
(Extraída de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque)
ORACIÓN DIARIA
ORACIÓN FINAL
Renovad completamente el estado de mi alma, oh mi divino Jesús, y tomad entera y perfecta posesión de todo mi ser, el cual dedico y consagro en perfecto holocausto de amor a vuestro amable Corazón. Haced de mi pobre y mezquino corazón un paraíso de vuestras delicias, con las flores y frutos de las sólidas virtudes de humildad, mansedumbre, sencillez; abrasadlo sobre todo en un vivo y ardiente deseo de vuestro Amor; que el único objeto de todas mis aspiraciones sea agradaros a Vos, a fin de que en el momento en que me saquéis de esta vida, no muera de otra muerte que la de vuestro Amor y por vuestro Amor. Así sea.
Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.