La Madre Patrocinio, conocida hasta entonces por Sor Rafaela, tuvo una
visión celestial el 13 de Agosto de 1831, mientras se encontraba reunida en el coro de la
iglesia con sus Hermanas Concepcionistas Franciscanas de Caballero de Gracia, de
Madrid, entre las cinco y seis, a la hora de la oración de la tarde.
Esta religiosa, sumida en éxtasis profundo, contempla a la Virgen María,
que viene acompañada del Arcángel San Miguel y sostiene en sus manos una pequeña
imagen, que representa a la Señora con el Niño Jesús sentado en el brazo
derecho.
Una prolongada conversación tiene
lugar entre la Virgen y la religiosa. La misma madre Patrocinio lo cuenta en los Apuntes
que le mandaron escribir los superiores y su confesor. Copiamos
textualmente:
“Clamaba mucho en esta ocasión por la necesidades que tanto afligen a
la Santa Iglesia y el Dulce Amor se me manifestó severo, airado y como dando
muestras de que quería castigarnos.
Esposo mío, ¿para cuándo son vuestras misericordias?
"Pide, esposa mía ,que cuanto pidas seré liberal para concedértelo."
Pedía sin límites; entonces, mi dulce Amor me manifestó el
lastimoso
estado en el que se hallaba la santa Iglesia. Moría de dolor y mis angustias
crecían sobre manera.
"Paloma mía, mi amor no puede verte afligida; aquí tienes a mi Madre,
que será tu guía, consuelo y amparo."
Ese mismo día por la noche, durante el rezo coral de los maitines con la
Comunidad, la Madre
Patrocinio volvió a enajenarse. Cuanto sigue pertenece a este segundo
“arrobamiento”:
“Manifestóse de nuevo la Beatísima Virgen con esta preciosísima,
portentísima e
invectísima Imagen en sus
soberanas manos.
"Hija mía, ¿por qué se contrista tú corazón, si todas las
misericordias y tesoros de mi Hijo voy a
poner en tus manos, por medio de esta mi soberana Imagen, para que las
distribuyas en mi nombre a los mortales ,segura de que las que hicieses por mi
amor a tus hermanos, esas mismas confirmamos mi Hijo y yo, que soy tu Madre en el Cielo?"
Señora y Reina mía, ¿no veis la España, los males que nos afligen?
"Hija mía, los veo; pero no puede mi amor ser más benéfico
para con los hombres. Ellos se olvidan de mí y retiran las misericordias; y por
esto, a esta Imagen le darás el título misterioso del Olvido, para darles a
entender que me han olvidado; pero yo, que soy
vuestra y tierna amorosa Madre, quiero poner a vista de todos los
mortales en esta imagen mía que jamás mis misericordias se apartan de ellos."
Miraba yo con gran ternura a tan divino simulacro cuando vi que mi invectísima
Reina cogió un pañuelo de manos
del Príncipe San Miguel y , aplicándole a la soberana llaga
del costado de nuestro amante Jesús, lo empapó la divina Señora en
sangre de aquel divino y deífico Corazón, y después aquel pañuelo, así
empapado ,lo puso sobre esta encantadora Imagen, y después vi que la soberana
Reina rociaba a este pueblo con la sangre preciosísima”.
"Hija mía, ¿me amas?"
Señora mía, vos sabéis que os amo y deseo ser toda vuestra.
"Hija mía, ¿me amas?"
Señora mía, vos sabéis que os amo y deseo ser toda
vuestra
"Hija mía, ¿me amas?"
Señora mía, vos sabéis que os amo y deseo ser toda
vuestra
"Pues a tu solicitud y cuidado dejo el culto y veneración
de esta sagrada Imagen mía con el título de Olvido, Triunfo y Misericordias.
Ella será la consoladora del mundo y todo afligido encontrará en mí ,por
mediación de esta Imagen ,el consuelo. Al alma que rendida a sus pies me pidiera alguna cosa, jamás
se la negará mi Amor .Será el consuelo del mundo y la alegría de la
Iglesia Católica y , por su medio ,mi Hijo y yo recibiremos culto. Tú, hija mía,
alcanzarás victoria del poder de Satanás, y tu Comunidad, perfección en
servirme."
Entregóme
la soberana reina esta portentísima Imagen, este encanto de los cielos y
la Tierra, y empezó en el cielo una celestial música, entonando la salve y
otros sagrados cánticos; todos los cortesanos del cielo se daban parabienes. La
Santísima Trinidad la bendijo, igualmente la Santísima Virgen María y, después
,todos los cortesanos del Cielo llegaron a adorar a su Reina y Señora en esta
soberana y encantadora Madre del Olvido (Vida admirable, páginas 52-53).
PROMESAS DE NUESTRA SEÑORA A LA MADRE PATROCINIO
1ª En
tus manos, voy a poner ésta Sagrada IMAGEN y con ella, TODAS LAS
MISERICORDIAS de mi Santísimo Hijo.
2ª Ha
vinculado al Señor en ésta portentosa IMAGEN al ALIVIO, CONSUELO y
REMEDIO de todos, y la alegría de la Iglesia Católica.
3ª Al
alma, que rendida a sus pies ( de la IMAGEN) me pidiera alguna
GRACIA, jamás se le negará mi AMOR.
4ª Cualquier
población que expusiese y venerase a la Virgen DEL OLVIDO, TRIUNFO
y MISERICORDIAS, se verá libre (decía la Sierva de Dios) de las
calamidades con que en otros puntos serían poblados, porque sería
Ella como un pararrayos de la Divina Justicia, ARCA DE NOE y Refugio
para librar sus devotos.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA
Señora
nuestra del Olvido, Triunfo y Misericordias que prometiste ser “EL
ALIVIO CONSUELO Y REMEDIO DE TODOS y que jamás tu AMOR les negaría
cuanto te pidieran rendidos a tus pies”.
Te
suplico presentes a Jesús Crucificado las gracias que solicito por
medio de la M. Patrocinio (pídase la gracia). No me
olvides, Señora mía, y consígueme esto que te he confiado. Por
Jesucristo Nuestro Señor- AMEN.