jueves, 30 de junio de 2016

PRETIOSISSIMI SANGUINIS DOMINI NOSTRI IESU CHRISTI


1 de Julio 
La Preciosísima Sangre 
de Nuestro Señor Jesucristo

Renovad, por lo tanto, en vuestros corazones, queridos hijos e hijas, la saludable devoción a la Preciosísima Sangre; la señal que ésta ha impreso en vosotros con el Bautismo, es,  como bien sabéis, indeleble. 
En la misma naturaleza, la sangre derramada parece adherirse a las manos del delincuente,
 como el delito y el remordimiento se agarran a su conciencia: 
la poesía y el arte dramático han obtenido de esta tenaz persistencia, efectos impresionantes;
 y en vano Pilato se lavó ante el pueblo las manos que habían suscrito la sentencia de muerte del Justo; 
hasta el fin de los siglos la mancha de la Sangre divina quedará imborrable sobre su memoria:
 “passus sub Pontio Pilato“.

      También vosotros podéis, desde ahora y durante todo el tiempo de vuestra vida, hacer vuestro, como un grito de amor,
 el que fue grito de odio de los judíos: “Sanguis eius super nos et super filios nostros“;
 “su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos”.

      Señor Nuestro Jesús, diréis vosotros, que has derramado Tu Sangre Preciosa por todos los pecadores: 
haz que se derrame en gracias de redención sobre nosotros, sobre nuestros seres queridos,
 y especialmente sobre los que serán, si así te place, los herederos de nuestra propia sangre!"




"Nos has rescatado, Señor, con Tu Sangre,sin distinción de tribu, lengua, pueblo y nación;
 e hiciste de nosotros un reino para nuestro Dios." 

(Apoc. 5, 9 )



   Tributamos hoy merecido homenaje que mana de las heridas y del Corazón de Cristo, precio infinito de nuestro rescate y que ha merecido nuestra santificación. Instituyó esta Fiesta el Papa Pío IX en 1849, cuando habiendo sido desterrado de Roma por la revolución, después de refugiarse en la ciudad de Gaeta, pudo regresar a la Ciudad Eterna.


   La historia de la Devoción a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor es la misma Historia de la Santa Iglesia Católica, porque Nuestro Señor, con el derramamiento de Su Bendita Sangre, desde la flagelación hasta la inmolación en la Cruz, nos ha redimido de nuestros pecados; en esta necesaria devoción se condensa la Predicación del Evangelio y la administración de los Sacramentos, especialmente en la confesión sacramental, donde místicamente, vuelve a rociarnos con esa Preciosa Sangre para lavarnos de la inmundicia del pecado

   Los Santos Padres fueron devotísimos de la Preciosa Sangre, como San Juan Crisóstomo en Oriente y San Agustín en Occidente. Entre las Santas, las revelaciones de Santa Gertrudis están llenas de las palabras más dulces y profundas acerca de la Preciosa Sangre.






  Pero fue Santa Catalina de Siena, la que mayormente destacó en su amor y veneración por la Sangre Bendita de Nuestro Señor, eligiendo esta devoción como su predilecta, además de remedio necesario para todos los males de cualquier época.


    La Devoción de la Preciosa Sangre es inseparable del Santo Sacrificio de la Misa, donde Nuestro Señor se hace presente en el Altar con Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinad por medio de las palabras de la Consagración; sería ideal que todo buen católico, en el momento de la elevación del Cáliz, rogase para sí y para los suyos, ser lavados en esta Bendita Sangre; que pidamos al Buen Jesús, que si fuese necesario, también nosotros derramemos nuestra sangre para defender y transmitir la Fe Católica, como han hecho los innumerables Mártires que no dudaron en entregarse como Nuestro Señor lo hizo en la Cruz Redentora.







SÚPLICA  A 

LA PRECIOSÍSIMA SANGRE

 indulgenciada por el Papa Pío VII 

         Oh Sangre Preciosísima de vida eterna, precio y rescate de todo el universo bebida y purificación de nuestras almas, que defiendes continuamente la causa de los hombres ante el trono de la Suprema Misericordia! Os adoro profundamente, y quisiera desagraviaros, hasta donde me sea posible, de las injurias y ultrajes que recibís continuamente de las criaturas humanas; y especialmente de aquellas que se atreven temerariamente a blasfemar de Vos. 

         Y ¿quién no bendecirá esta Sangre de infinito valor? ¿Quién no se sentirá inflamado de amor para con Jesús que la derramó? ¿Qué sería de mí si no hubiese sido rescatado por esta Divina Sangre? ¿Quién os sacó hasta la última gota de las venas de mi Señor? ¡Ah! el amor fue ciertamente. ¡Oh amor inmenso, que nos has dado este bálsamo saludable! ¡Oh bálsamo inestimable, emanado de la fuente de un amor inmenso! ¡oh! haced que todos los corazones y todas las lenguas puedan alabaros, encomiaros y daros gracias ahora y siempre y hasta el día de la eternidad. Amén.


El Papa Pío VII, con rescripto de 18 de octubre de 1815, que se conserva en el archivo de la Archicofradía de la Preciosa Sangre de Jesucristo, además de concedió 300 días de indulgencia por cada día a los que con corazón contrito rezaren esta oración. 
Concedió  también el mismo Pontífice 100 días de indulgencia
 por cada día a todo el que rece con devoción las siguientes aspiraciones.



ASPIRACIONES DEVOTAS

100 días de Indulgencia cada vez que se rezaren


Viva, viva Jesús, que por mi salvación derramó toda la sangre de Su Corazón.

La Preciosísima Sangre de Jesús fue mi vida.

Bendita sea Su bondad infinita.
Sea siempre alabada la Sangre del Crucificado.

 Que al mundo del infierno ha rescatado. 
Esta Sangre por bebida se nos ha dado, 
 y del pecado a las almas ha lavado. 

La Sangre de Jesús aplaca la indignación del Eterno, 
y nos lleva a su mansión.

 Si la sangre de Abel clama venganza, 
pues la  de Jesús perdona y alcanza.

 Si de esta Sangre nuestro corazón se llena,
 el ministro del furor divino pronto se ahuyenta. 

Si la Divina Sangre de Jesús se enaltece,
triunfa el Cielo, y el abismo se entristece.




sábado, 4 de junio de 2016

MI CORAZÓN INMACULADO VA A SER TU REFUGIO




"Tú, Señor, estás siempre con María, 
y María está siempre contigo y no puede existir sin Ti; 
de lo contrario, dejaría de ser lo que es. 
María está de tal manera 
transformada en Ti por la gracia, 
que Ella ya no vive ni es nada; 
sólo Tú, Jesús mío, vives y reinas en Ella
 más perfectamente 
que en todos los ángeles y santos.
 Ella se halla tan íntimamente unida a Ti, 
que sería más fácil separar la luz del sol, 
el calor del fuego."

(San Luis Mª. Grignión de Montfort)




SÚPLICA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


Oh Corazón de María, el más amable y compasivo después del de Jesús, 
Trono de las Misericordias Divinas a favor de los pobres pecadores; 
yo, reconociéndome sumamente necesitado, acudo a Vos, 
en quien el Señor ha puesto todo el tesoro de sus bondades, 
con plenísima seguridad de ser por Vos socorrido. 
Vos sois mi refugio, mi amparo, mi esperanza; 
por eso os digo y os diré en todos mis apuros y peligros:
 ¡Oh Dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

Cuando la enfermedad me aflija, o me oprima la tristeza, o la espina
 de la tribulación llague mi alma:
 ¡Oh Dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

Cuando el mundo, el demonio y mis propias pasiones, coaligados para mi perdición, me persigan con sus tentaciones y quieran hacerme 
perder el tesoro de la divina gracia: 
¡Oh Dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

En la hora de mi muerte, en aquel momento del que depende mi eternidad, cuando se aumenten las angustias de mi alma y los ataques de mis enemigos:
 ¡Oh Corazón de María, sed la salvación mía!

Y cuando mi alma pecadora se presente ante el Tribunal de Jesucristo para rendirle cuenta de toda su vida, venid Vos a defenderla y ampararla, 
y entonces, ahora y siempre:
 ¡Oh Corazón de María, sed la salvación mía!

Estas gracias espero alcanzar de Vos, oh Corazón amantísimo de mi Madre,
 a fin de que pueda veros y gozar de Dios, en vuestra compañía en el Cielo. Amén.




A.M.D.G. et B.M.M.C.



viernes, 3 de junio de 2016

REY Y CENTRO DE TODOS LOS CORAZONES






o enseñaré a los pecadores que la Misericordia de mi Corazón es inagotable, a las almas frías e indiferentes, que mi Corazón es fuego y fuego que desea abrasarlas porque las ama; a las almas piadosas y buenas que mi Corazón es el camino para avanzar en la perfección y por él llegarán con seguridad, al término de la bienaventuranza. Por último, a las almas que me están consagradas, a los sacerdotes, a los religiosos, a mis almas escogidas y preferidas, les pediré una vez más, que me den su amor y no duden nunca del mío; pero sobre todo, que me den su confianza y no duden de mi misericordia. ¡Es tan fácil esperarlo todo de mi Corazón!





o daré a conocer que mi obra se funda sobre la nada y la miseria; éste es el primer eslabón de la cadena de amor que preparo a las almas desde toda la eternidad. Haré que las almas conozcan hasta qué punto las ama y perdona mi Corazón. Penetro el fondo de las almas, sus deseos de darme gusto, de consolarme y de glorifícarme: y el acto de humildad que sus faltas les obligan a hacer, viéndose tan débiles, es precisamente lo que consuela y glorifica mi Corazón. No importa que las almas sean débiles. Yo suplo lo que les falta.



      





es daré a conocer cómo su misma debilidad puede servirme para dar vida a muchas almas que la han perdido. Daré a conocer que la medida de mi amor y de mi Misericordia para con las almas caídas, no tiene límites…Deseo perdonar... Descanso perdonando….Siempre estoy esperándolas con amor …. ¡Qué no se desanimen! ... ¡Qué vengan! ... ¡Qué se echen sin temor en mis brazos!... ¡Soy su Padre! 





uchas almas no comprenden cuánto pueden hacer para atraer a mi Corazón a otras almas que están sumidas en un abismo de ignorancia y no saben cómo deseo que se acerquen a Mí para darles vida... La verdadera vida.




 
o te enseñaré mis secretos de amor y tú serás ejemplo vivo de mi Misericordia, pues sí por ti, que eres miseria y nada, tengo tanta predilección y te amo tanto, ¿qué haré con otras almas mucho más generosas que tú? Como no eres nada, ven... entra en mi Corazón... a la nada le es fácil entrar y perderse en este abismo de Amor... Así iré consumiendo tu pequeñez y tu miseria... Yo obraré en ti... Hablaré por ti... Me haré conocer por ti...




uántas almas encontrarán la vida en mis palabras! ¡Cuántas cobrarán ánimo al ver el fruto de sus trabajos! Un actito de generosidad, de paciencia, de pobreza, puede ser un tesoro que gane para mi Corazón gran número de almas.