Señor, en tu presencia vengo a hacer mi oración.
Mi fe te mira aquí presente, porque Tú todo lo llenas.
Estás en todas partes, para que en todas partes
yo te busque,
en todas partes te encuentre,
en todas partes te conozca,
en todas partes te tema,
en todas partes te alabe,
en todas partes te ame.
Estás dentro de mí para darme y conservarme el ser;
Estás delante de mí para guiarme;
Estás detrás de mí para defenderme;
Estás debajo de mí para sostenerme;
Estás sobre mí para bendecirme;
Estás a mi lado para acompañarme;
Estás siempre conmigo para inspirarme,
para fortalecerme, para trabajar conmigo.
En tu presencia vengo, pues, Señor, a hacer mi oración.
Haz que ella sea sencilla, humilde, sincera.
Sencilla como la súplica del niño.
Humilde como la petición del pobre.
Sincera como la oración del publicano.
Aquí estoy, Señor, en tu presencia;
pobre ante el rico;
enfermo ante el médico;
débil ante el omnipotente;
pecador ante la santidad infinita.
Quiero postrarme reverente para adorarte.
Quiero que mis pensamientos todos sean para Ti.
Que para Ti sean todos mis deseos, todos mis afectos,
toda mi voluntad, todo mi entendimiento.
Y que mi oración, sencilla, humilde y sincera, sea Señor,
para gloria y alabanza tuya.
Padre Alberto Moreno
"Entre Él y yo"
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Preciosa oración del Padre Alberto Moreno
ResponderEliminarDice el gran Místico San Juan de la Cruz, (la palabra "místico", quiere decir enamorado, según lo explica el Santo):
Dios, que sustenta a todo lo creado con una fuerza invisible y poderosa, es un Dios escondido en cuanto a su esencia, solo se manifiesta en el mundo a través de la Creación, que canta su infinidad y su Gloria, está escondido como la materia y la fuerza oscura que han descubierto recientemente los astrofísicos, explicando que sin esa fuerza, -que une a todas las galaxias en cúmulos y en inmensos grupos entrelazados por una red invisible e incompresible - todo el cosmos se desharía y desaparecería.
Pués bien, como Dios es un Dios escondido, cuando el alma encuentra ese escondite, tiene que estar necesariamente ella también escondida, y para ello, tiene que haber abandonado su residencia habitual, ya que Dios, en esencia no está en este mundo, como dijo Jesús:
"Si el mundo os odia, recordad que primero me odió a Mí. Si pertenecierais al mundo, el mundo os amaría como cosa propia, pero como no pertenecéis al mundo, porque Yo os elegí y os saqué de él, por eso el mundo os odia".(Jn 15-18,19)