"¿Por qué teméis tanto tomar la Cruz, por la cual se va al Reino?
En la Cruz está la salud, en la Cruz está la vida,
en la Cruz la defensa de los enemigos;
en la Cruz está la fortaleza del corazón,
en la Cruz el gozo del espíritu."
( Kempis, Cap. XII )
La Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, fundadas por la Madre María Rafols, adquirió la casa natal de la Fundadora así como algunas tierras aledañas, con el fin de crear un centro de caridad y formación, al mismo tiempo que se proponían la construcción de una hermosa iglesia dedicada a Nuestra Señora del Pilar, advocación mariana muy ligada a la Historia de la Madre Rafols.
Fue precisamente en las lindes de esos terrenos recién adquiridos, donde el Santo Cristo Desamparado, -aquél mismo sobre el cual tres ladrones habían cometido horrendos sacrilegios, para luego ser enterrado- fue descubierto por cinco obreros mientras cavaban una zanja, el 15 de Noviembre de 1929.
Juan Antonio Amao, uno de los obreros, fue quien lo cogió para llevárselo a la Superiora, percatándose en el trayecto, que la mano donde llevaba el Santo Cristo, estaba manchada de sangre; por más que se observó, no apreció ninguna herida por lo que todos entendieron que era el Cristo el que sangraba. ( Recordemos el capítulo I, donde el Santo Cristo Desamparado también sangró en manos de uno de los ladrones que lo habían sustraído del Convento de los Dominicos).
(Continuará...)
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