en Honor de Nuestra Señora y Madre la Virgen María
En el nombre el Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
Bendita sea Tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía, por Tu Pura Concepción, ni de noche ni de día hasta morir en Tu amor. Amén.
MEDITACIÓN DIARIA, DÍA 2:
“¡Oh el hermoso mes de Mayo! El más bonito del año. Si, Padre mío ¡este mes nos recuerda muy bien las dulzuras y la belleza de María!
Pensando en los muchos beneficios que me ha hecho esta querida Mamita, tengo vergüenza de mí mismo por no haberla amado y servido lo bastante: en cambio, a sus cuidados afectuosos he respondido con ingratitudes”
El mes de Mayo para mí es el mes de las gracias...
Quisiera tener una voz poderosa para invitar a todos los pecadores del mundo a amar a la Virgen”
(De una carta del Padre Pío a su Director, el Padre Agustín, el 1 de Mayo de 1912)
AHORA REZA, CON PIEDAD Y DEVOCIÓN
LAS TRES AVEMARÍAS
INDULGENCIAS que podemos ganar
y aplicar a las Almas del Purgatorio
Una Indulgencia Plenaria a perpetuidad, a ser ganada una vez en el mes de Mayo, el mismo día de la Comunión, por todos los fieles católicos, que, todos los días de este mes, honren especialmente a la Santísima Virgen, sea en público, sea en privado, mediante homenajes, ejercicios piadosos o actos de virtud.
Una indulgencia parcial de trescientos días para cada día del mes en que se haya rendido a María Nuestra Señora un homenaje público o particular.
Una indulgencia parcial de trescientos días para cada día del mes en que se haya rendido a María Nuestra Señora un homenaje público o particular.
Papa Pío VII, 21 de Marzo de 1815 y del 18 de Junio de 1822
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