"Oh María, concebida sin mancha original,
ruega por nosotros que recurrimos a Ti,
y por todos aquellos que no recurren a Ti,
especialmente por aquellos que son
enemigos de la Santa Iglesia y Te encomiendo"
Es nuestro gozo pensar en Ti, ¡oh María!, Palacio del Rey Eterno, y Ciudad de Dios. Tú eres el Alba amanecer de la Luz. Tú eres el Mirto y la Rosa entre las flores del Paraíso, Tú eres el Decoro del Cielo, la Liberadora de los cautivos, y el Terror de los demonios. Tú eres el Áncora que has puesto a salvo a nuestra pobre barca, el Tesoro que ha procurado nuestro rescate, la Sal de nuestra tierra, y el Final de nuestra noche; Tú eres el Domingo de nuestros corazones, y la piedra Imán al que nuestras almas son atraídas; conduce nuestras almas al Descanso del Cielo.
San Pedro Damián, Doctor de la Iglesia
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.