Debajo del altar de Dios vi las almas de los que habían sido inmolados
por causa del Verbo Divino y por dar testimonio de Él.
Son los que no mancharon sus vestiduras: me seguirán vestidos de blanco
porque así lo han merecido.
Estos Santos cantaban un cántico nuevo delante del trono de Dios y del Cordero,
y la tierra resonaba con sus voces.
(Del libro del Apocalipsis)
Los Santos Inocentes no sólo
murieron por Cristo, sino en Su lugar
(San Agustín)
Herodes, Tetrarca de Galilea, mandó matar a todos los niños con edad inferior a dos años, con motivo del nacimiento de nuestro Redentor, pues los Reyes Magos ingenuamente preguntaron a esa autoridad política si había oído hablar del Rey de los Judíos que había nacido.
Herodes juzgó que dos soberanos no cabrían en el mismo Estado. Por lo tanto era necesario eliminar a ese niño. Mandó a buscarlo y no lo encontró. Ordenó entonces aquella Matanza de los Inocentes.
EL "OBISPILLO"
Exaltación de la Inocencia
En España, la elección del ‘Obispillo’ es una tradición que se remonta al siglo XIII, cuando el Cabildo de algunas Catedrales permitió el 28 de Diciembre, el día de los Santos Inocentes, que un niño que hubiese recibido la Primera Comunión ese año, se vistiera de Obispo. Aunque el Concilio de Trento lo prohibió, en España, por especial privilegio, se conservó en regiones como Cataluña, Burgos y Palencia, donde la Tradición del Obispillo se remonta al año 1220; en la ciudad palentina, la fiesta comienza con la ceremonia de investidura del Obispillo en la Catedral de Palencia, en la que participa la Escolanía, antes de recorrer a lomos de un caballo blanco las calles de Palencia acompañado por una comitiva formada por danzantes y pajes que reparten entre los niños mandarinas y caramelos.
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