lunes, 11 de febrero de 2019

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES, llamado a la oración y a la penitencia


          Breve relato de las Apariciones de Nuestra Señora en la gruta de Lourdes, Francia

               El 11 de Febrero de 1858, Bernadette, una niña de catorce años, recogía leña en Massbielle, en las afueras de Lourdes, cuando acercándose a una gruta, vio una nube dorada y a una Señora vestida de blanco, con sus pies descalzos cubiertos por dos rosas doradas, que parecían apoyarse sobre las ramas de un rosal, en su cintura tenia una ancha cinta azul, sus manos juntas estaban en posición de oración y llevaba un rosario.

               Bernadette al principio se asustó, pero luego comenzó a rezar el rosario que siempre llevaba consigo, al mismo tiempo que la niña, la Señora pasaba las cuentas del suyo entre sus dedos, al finalizar, la Virgen María retrocedió hacia la Gruta y desapareció. Estas apariciones se repitieron 18 veces, hasta el día 16 de Julio.




               El 14 de Febrero, pese a la prohibición de sus padres, Bernardette regresa a la gruta movida por una fuerza interior que la llama; de nuevo se presenta la Señora ante ella y Bernardette, la rocía con agua bendita... la Señora sonríe e inclina la cabeza. Acabado de rezar el rosario, la Señora desaparece.

               El 18 de Febrero en la tercera Aparición la Virgen le dijo a Bernadette: "Ven aquí durante quince días seguidos". La niña le prometió hacerlo y la Señora le expresó "Yo te prometo que serás muy feliz, no en este mundo, sino en el otro". Una anécdota que habla de la ingenuidad de Bernardette es que en esta ocasión, llegó a ofrecer a la Virgen papel y pluma para escribir su nombre.

               El 19 de Febrero Bernardette llegó a la gruta portando un cirio encendido; a partir de ese momento, muchos devotos del lugar la empezarían a imitar y pronto nacería la procesión de antorchas que aún hoy perdura.

               El 24 de Febrero la Virgen le pide a Bernardette "¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Penitencia!  – ¡Recen a Dios por los pecadores! – ¡Besen la tierra en penitencia por los pecadores!"

                La noticia de las Apariciones se corrió por toda la comarca, y muchos acudían a la gruta creyendo en el suceso, otros se burlaban. En la novena aparición, el 25 de Febrero, la Señora mandó a Santa Bernadette a beber y lavarse los pies en el agua de una fuente, señalándole el fondo de la gruta. La niña no la encontró, pero obedeció la solicitud de la Virgen, y escarbó en el suelo, produciéndose el primer brote del milagroso manantial de Lourdes.

               En las Apariciones, la Señora exhortó a la niña a rogar por los pecadores, manifestó el deseo de que en el lugar sea erigida una capilla y mandó a Bernadette a besar la tierra, como acto de penitencia para ella y para otros, el pueblo presente en el lugar también la imito y hasta el día de hoy, esta práctica continúa.




               El 25 de Marzo, a pedido del párroco del lugar, la niña pregunta a la Señora ¿Quién eres?, y Ella le responde: "Yo soy la Inmaculada Concepción".

               Bernadette fue a contar lo sucedido a su párroco, pero éste dudó de que una simple jovencita analfabeta pudiese saber sobre el Dogma de la Inmaculada Concepción, declarado por el Papa Pío IX cuatro años antes. (1)

                El 16 de Julio de 1858, tiene lugar la última Aparición; Bernardette siente interiormente el misterioso llamamiento de la Virgen y se dirige a la Gruta; pero el acceso a ella estaba prohibido y la gruta, vallada. Se dirige, pues, al otro lado del río Gave, enfrente de la Gruta. “Me parecía que estaba delante de la Gruta, a la misma distancia que las otras veces, no veía más que a la Virgen. Jamás la había visto tan bella.”

                En el lugar se comenzó a construirse un Santuario, el Papa Pío IX le dió el título de Basílica en 1874. Las Apariciones fueron declaradas auténticas el 18 de Enero 1862.

                El Mensaje de la Virgen en Lourdes, viene a ser un agradecimiento del Cielo por la definición del Dogma de la Inmaculada Concepción, al mismo tiempo que así se presenta Ella misma como Madre y modelo de pureza para el mundo que está necesitado de esta virtud.

                Al escoger a Bernardette como instrumento de la Virgen en Lourdes, vemos una exaltación de las virtudes de la pobreza y humildad aceptadas cristianamente.

                La Virgen en Lourdes hace un llamado urgente a la oración, en especial a la recitación diaria del Santo Rosario, de la penitencia y humildad (besando el suelo como señal de ello); también, un mensaje de misericordia infinita para los pecadores y del cuidado de los enfermos.




NOTAS ACLARATORIAS:

               1)  "La Doctrina que enseña que la Bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de Su Concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, es revelada por Dios, y por lo mismo debe creerse firme y constantemente por todos los fieles." Papa Pío IX, Ex-Cathedra, 8 de Diciembre de 1854




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