jueves, 15 de abril de 2021

LA VIDA INTERIOR: ¿Cómo saber si vivo la Voluntad de Dios?

 

               El alma, la vida y la Santidad de mi vida es el amor de Dios, y mi gozo debe ser darme cuenta de que cuanto hago es Voluntad de Dios y lo hago por Su Amor; por ello he renunciado a todo lo demás y me he alejado de cuanto pudiera robarme algo de mi amor a Dios, y emperezarme en hacer Su divino querer. Con este amor en cada una de mis acciones y de mis vencimientos recibo vida de Su Vida y de Su Verdad.



               La prueba más cierta de que vivo este amor de Dios y participo de la Vida de Dios es el haber pronunciado a mí mismo, desterrando mi amor propio; el haber negado mi gusto para unir mi voluntad en todas las acciones que realice a la de Dios.

              Cuando leo en el Santo Evangelio las palabras que Jesucristo dijo "Yo siempre hago la Voluntad de Mi Padre", reflexiono para mí: ¿Cuándo sabré que yo hago también la Voluntad de Dios? Jesucristo la hacía siempre y con plenitud de un amor perfecto e infinito, porque Él era Dios y el cuerpo estaba siempre pronto para seguir la voluntad del alma, y Su Alma veía en visión clara la Voluntad Divina, pues era una misma persona con la divina. Pero aun con toda mi torpeza y ruindad nativas, puedo cumplir la Voluntad de Dios con certeza si guardo con fidelidad y delicadeza mi observancia religiosa y decir hago la Voluntad de Dios.

              La observancia religiosa me muestra en cada momento y en cada acción cuál es la Voluntad de Dios y lo que quiere de mí en mis obras interiores y exteriores. En mis obras interiores quiere el Señor las haga con rectitud de intención, por Él mirando a Él, y, como Jesús, que las haga con todo mi amor, que es hacerlo ante la amorosa mirada de Dios con toda mi inteligencia y con todas mis fuerzas y corazón. Y en mis obras externas también puedo saber, si quiero, que hago la Voluntad de Dios, porque Él me ha manifestado Su Voluntad en mis Reglas y Horarios, en los detalles de mi vida religiosa. Si yo obedezco u observo con toda la delicadeza y con todo amor y sumisión estas disposiciones, si yo vivo con fidelidad abnegada mi observancia religiosa, si abrazo la mortificación y el recogimiento que me manda mi Orden, obedezco a Dios que así lo ha dispuesto y hago en cada momento y en cada acción Su Voluntad...


Padre Valentín de San José, Carmelita Descalzo




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