Tal día como hoy, el 18 de Octubre de 1961, la Santa Madre de Dios, en medio de Sus Apariciones en la aldea española de San Sebastián de Garabandal, daba a conocer al mundo un apremiante Mensaje a la Humanidad:
La principal vidente de Garabandal, Conchita González, comenzó a escribir un Diario, por obediencia a su confesor; en él contaría con detalle la relación de Apariciones y comunicaciones celestiales que ella y las otras niñas recibirían entre 1961 y 1965.
Queremos ahora entresacar de ese Diario algunos extractos, referencias hacia Jesús Sacramentado y sobre la mucha asiduidad con que las jóvenes videntes visitaban al Señor oculto en el Sagrario.
Vemos así, que después de ver al Ángel la primera vez "Echamos a correr -escribe Conchita- a comunicárselo a la Señora Maestra. Una vez terminamos de llorar, volvimos a la puerta de la Iglesia y entramos en ella y en aquel mismo momento llegó la Señora Maestra, toda asustada, y nos dijo:
- Hijas mías, ¿es verdad que habéis visto al Ángel?.
Y nosotras le respondimos:
- Si Señora.
Y ella exclamó:
- A ver si es imaginación vuestra.
Y nosotras volvimos a insistir:
- No Señora, no, que le vimos bien.
Ella enseguida dijo:
- Vamos a rezar una Estación a Jesús Sacramentado en acción de gracias.
En el segundo día de las Apariciones del Arcángel San Miguel, el 19 de Junio de 1961, no vieron al Ángel; con el candor de una niña de doce años, escribe Conchita:
Eran las ocho y cuarto de la noche. Fuimos a hacer una Visita al Santísimo y después nos hemos ido para nuestra casa.
El Domingo siguiente que vino muchísima gente dice: Cuando terminamos la Aparición, que serían las ocho y media, nos fuimos a la Iglesia a rezar a Jesús Sacramentado y nos metieron en la sacristía con cuatro doctores y sacerdotes a preguntarnos cosas. Los sacerdotes no lo creían algunos, otros sí. (1)
En otro capítulo Conchita nos cuenta "Un día nos mandó - el Ángel- que fuéramos en la mañana a los Pinos, sin comer nada, y que fuera una niña con nosotras y nosotras llevamos una niña e hicimos lo que Él nos mandó.
Cuando llegamos a los pinos, se nos apareció el Ángel con un Copón como de oro y nos dijo:
- Os voy a dar la Comunión, pero ya están las formas Consagradas. Rezar el "Yo pecador".
Nosotras le rezamos. Después nos dio la Comunión y después de Comulgar nos dijo que rezáramos con Él el "Alma de Cristo" y nosotras lo rezamos, y nos dijo:
- Mañana también os la daré y se fue.
Cuando se lo decíamos a la gente, no lo creían algunos y sobre todo los Sacerdotes porque decían que el Ángel no podía Consagrar. Nosotras, cuando volvimos a ver al Ángel, se lo dijimos lo que decía la gente y Él nos dijo:
- Que las cogía en los Sagrarios, que las cogía de la tierra.
NOTAS ACLARATORIAS:
1- Las Visitas a Jesús Sacramentado, las Comuniones Espirituales y el rezo continuo del Santo Rosario constituirían parte esencial en la vida de piedad de las cuatro niñas videntes.
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