Cuando un alma comete grandes pecados pero luego se humilla, saca ganancia, más la soberbia es lo que enoja a mi Padre, la detesta profundamente. Consolarme con vuestra humildad, porque donde hay humildad todo va bien, pero donde no la hay todo va torcido.
No olvides que sin Mí, el alma es un abismo de miserias, Yo levantaré a los humildes. No me importan tus miserias y caídas, quiero humildad y amor. Cuanto más pequeña y humilde seas más cerca estarás de Mí...
Palabras de Nuestro Señor a Sor Josefa Menéndez,
en "Un Llamamiento al Amor" (1920 - 1923)
en "Un Llamamiento al Amor" (1920 - 1923)
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