Mostradnos Señor Vuestra Santa Faz
y seremos salvos
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En la Semana del Buen Cristiano, hoy viernes lo dedicamos al SACRATÍSIMO CORAZÓN DE JESÚS; procuremos asistir a la Santa Misa y ofrezcamos la Sagrada Comunión para desagraviarle por tantos pecados como se cometen contra Él en este Sacramento; en especial , como desagravio por las comuniones en la mano. Contemplemos el Vía Crucis, meditando los dolores cruentos de Nuestro Señor; pensemos en su Preciosa Sangre y aprendamos amar su Santa Faz.
En referencia a la Santa Faz y para continuar el artículo del viernes pasado, os traigo aquí algunas de las revelaciones que recibió Sor María de San Pedro, Carmelita Descalza de Tours, Francia, que vivió de 1816 a 1848.
El 11 de octubre de 1845, Nuestro Señor le dio una revelación sobre la importancia de hacer reparación a su Santa Faz.
“Busco Verónicas para enjugar y venerar mi Divina Faz, la cual tiene pocos adoradores”.
Le dictó una oración de reparación a la Santa Faz:
“Padre Eterno, te ofrezco la adorable Faz de tu amado Hijo por el honor y la gloria de tu Nombre, para la conversión de los pecadores, para la salvación de los moribundos”.
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"Nuestro Señor -dijo Sor María de San Pedro- me ha prometido imprimir en las almas de los que honraren su Santísimo Rostro, las facciones de su divina semejanza, (21 de Enero de 1847) “ Este Rostro adorable es como el sello de la divinidad que tiene la virtud de reimprimir en las almas que se consagran a EL, la imagen de Dios." (6 de noviembre de 1845)
“Por mi Santo Rostro, vosotros haréis prodigios”. (27 de octubre de 1845).
"Vosotros obtendréis por mi Santo Rostro la salud de muchos pecadores. Por esta ofrenda, nada os será rehusado. ¡Si vosotros supieseis cuán agradable es a mi Padre la vista de mi Rostro!” (22 de noviembre de 1846)
“De la misma manera que en un reino se adquiere cuanto se puede desear con una moneda esculpida en ella la esfinge del príncipe, así con la piedra preciosa de mi Santa Humanidad, que es mi rostro adorable, vosotros obtendréis en el Reino de los cielos cuanto quisiereis”. (29 de octubre de 1845)
“Todos los que se aplicaren a honrar mi Santo Rostro, con espíritu de reparación, harán en esto el oficio de la piadosa Verónica”. (27 de octubre de 1845)
“Según el cuidado que tengáis de reparar mi Rostro desfigurado por los blasfemos, el mismo tendré Yo del vuestro que ha sido desfigurado por el pecado, transformándole en tan hermoso como si acabase de salir de las aguas del Bautismo. (Nuestro Señor a Sor María de San Pedro; 3 de noviembre de 1845)
“Nuestro Señor me ha prometido -dice todavía Sor Maria de San Pedro- que a todos los que defendieren su causa en esta obra de reparación, por palabras, por oraciones o por escrito, El defenderá también sus causas delante de su Padre; en la muerte, El enjugará la faz de sus almas, limpiando las manchas del pecado y les volverá en primitiva hermosura". (12 de Marzo de 1847)
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