II Domingo después de Epifanía:
Evangelio del milagro de las Bodas de Caná
y la intervención de la Santísima Virgen.
Motivos de la devoción a María Santísima
I. María es la más privilegiada y amada de Dios entre todas las puras criaturas.
II. María es Madre de Dios.
Por consiguiente, todo el honor que tributamos a María redunda en honor de Dios.
III. María es nuestra Madre y Abogada en el cielo.
Jesús desde la cruz dijo a su discípulo Juan: He ahí a tu madre, refiriéndose a María.
San Juan representa a todos los buenos cristianos, a quienes Jesús dio por madre a su propia Madre.
IV. El ser devoto de María es señal de predestinación, según dicen San Anselmo y otros santos.
Predestinación significa ser elegido para el Cielo.
V. La Santa Iglesia nos da ejemplo de cómo debemos ser devotos de María.
La honra con un culto superior al de todos los Santos.
Le dedica muchos templos muy suntuosos, e imágenes muy devotas.
Tiene establecidas muchas festividades, oraciones y prácticas devotas en su honor.
VI. Dios se complace en conceder gracias muy extraordinarias, y a veces hasta milagrosas, a los que con fe acuden a María.
Para ser verdadero devoto de María se debe procurar:
1) Evitar el pecado e imitar sus virtudes.
Lo que más aborrece María es el pecado.
Debemos procurar imitar a María especialmente en la humildad, castidad y caridad.
2) Comulgar a menudo.
Causa gran satisfacción a María el vernos unidos con Jesús en la Sagrada Comunión.
3) Rezar el Santo Rosario, llevar el Bendito Escapulario o medalla y practicar otras obras piadosas en su honor.
Además del Ave María la Santa Iglesia nos enseña a implorar la protección de la Virgen María con la Salve.
Les bendice y promete un recuerdo especial para los lectores de este blog,
el Padre Héctor Lázaro Romero,
Director de la Revista "Integrismo".
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