La Piedad Católica ha dedicado tradicionalmente el día MIÉRCOLES a rezar mediante la intercesión del GLORIOSO SAN JOSÉ. Por eso, todos los miércoles que sea posible -si no hay otra conmemoración más importante- procuraremos compartir breves extractos del libro "VIDA DE SAN JOSÉ", del Padre Francisco de Paula García, de la Compañía de Jesús.
Procuremos no perder nuestras raíces cristianas, las mismas que un día hicieron grande nuestra Patria, y continuemos al tiempo con aquéllas sencillas pero didácticas devociones de nuestros mayores; sólo abrazando con fuerza y sin respetos humanos la Fe de siempre, podremos seguir siendo fieles a la genuina Doctrina de Nuestro Señor Jesucristo.
San José, por su predestinación divina a ser coadjutor de la obra del Consejo, fue encumbrado por encima de todos los soberanos espíritus. A los ángeles hace Dios ayos y guardianes de los hombres; a los arcángeles encomienda la defensa de naciones e imperios; mas a a ninguno, ni de los más encumbrados serafines ni querubines, escogió para guarda superior a Su Hijo, por más que muchos le acompañaran como siervos y ministros. Únicamente San José, como canta la Iglesia, no solamente fue nombrado por el Todopoderoso ayo, defensor y custodio de Jesucristo, más también siervo fiel y prudente, constituido por el Señor cabeza de Su familia para que a su tiempo la sustentara.
¿Puede caber mayor gloria para una criatura mortal?
A San Rafael, siendo uno de los primeros Príncipes de la Corte Celestial, designó el Omnipotente para compañero y guía del santo joven Tobías en su viaje a la ciudad de Ragués; mas a San José le elevó al altísimo cargo y ministerio de acompañar y defender al Hijo de Dios en sus caminos. San Gabriel tuvo la gran honra de ser el Mensajero de Dios para anunciar a la Virgen María el incomprensible Misterio de la Divina Maternidad; pero mayor fue la honra de San José, levantado a la dignidad incomparable de ser virginal consorte y compañero inseparable de la misma Divina Madre. Cífrase la más brillante gloria del Arcángel San Miguel en ocupar el trono supremo de la milicia celestial, como Príncipe de los Coros Angélicos; mas le aventaja, y con mucho, San José, pues fue príncipe y cabeza de la familia de Dios en la tierra, compuesta, no de purísimos espíritus, sino de la misma Reina de todos ellos y del supremo Gobernador del Universo visible e invisible.
(Continuará...)
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