La piedad tradicional ha dedicado los martes a la devoción del Santo Ángel Custodio. Según enseña Santo Tomás de Aquino (el Doctor Angélico), el Ángel Custodio que cada uno tenemos encomendado, nos acompaña desde la niñez hasta el momento mismo de presentarnos ante Dios en el Juicio Particular, justo después de morir. Si la Misericordia de Dios dispone llevarnos al Bendito Purgatorio, también allí nuestro Custodio velará por nosotros. Algunos Santos afirman que en el Purgatorio sí podremos ver al Ángel de la Guarda que en esta vida no podemos más que apreciar con los ojos del alma.
ALGUNAS FRASES DEL PADRE PÍO SOBRE EL ÁNGEL CUSTODIO
La mayoría de los biógrafos de este sacerdote estigmatizado
coinciden en que el Santo Padre Pío, gozó de la visión de su Ángel,
no solamente con los ojos del alma, mediante confidencias y ayudas,
sino que lo pudo apreciar con los ojos corporales y tratarlo como amigo.
"Que el buen Ángel Custodio vele sobre ti. Él es tu conductor, que te guía por el áspero sendero de la vida. Que te guarde siempre en la gracia de Jesús, te sostenga con sus manos para que no tropieces en cualquier piedra, te proteja bajo sus alas de las insidias del mundo, del demonio y de la carne.
Tenle gran devoción a este Ángel Bienhechor. ¡Qué consolador es el pensamiento de que junto a nosotros hay un espíritu que, desde la cuna hasta la tumba, no nos deja ni un instante ni siquiera cuando nos atrevemos a pecar!
Este espíritu celeste nos guía y nos protege como un amigo o un hermano. Es también consolador saber que este ángel reza incesantemente por nosotros, ofrece a Dios todas las buenas acciones y obras que hacemos; y nuestros pensamientos y deseos, si son puros.
Por caridad, no te olvides de este compañero invisible, siempre presente y siempre pronto a escucharnos y más todavía para consolarnos. ¡Oh, feliz compañía, si supiésemos comprenderla!"
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