Nuestra Santa Madre la Virgen nos cuida y protege aquí en este mundo; vela por nuestros intereses espirituales y materiales, nos lleva a Cristo cuando de Él nos apartamos, nos resulta de Ejemplo continuo de humildad y entrega... pero no sería buena Madre la Virgen María si descuidara el destino de nuestra alma tras la muerte corporal. Como Reina del Universo que es por derecho, también es Reina del Bendito Purgatorio. Si en esta vida mortal intercede por nosotros, ¿será menor Su intercesión en la Cárcel de Amor que es el Purgatorio?
Si la Virgen nos acunó en esta vida como lo hizo con Su Divino Hijo en el pesebre de Belén, ¿no cuidará del estado de nuestra alma si vamos al Purgatorio?. Son muchas y diversas las revelaciones privadas que almas místicas han recibido sobre el papel intercesor de la Virgen María en el Purgatorio, y que poco a poco espero ir trayendo al blog a lo largo del mes de Noviembre.
Un interesante episodio en la Historia de las Apariciones Marianas, viene a confirmar esto que he dicho: en el transcurso de las Apariciones de la Santísima Virgen en Fátima, Nuestra Señora insistió en rezar por las Almas retenidas en el Bendito Purgatorio.
Así vemos como el día de la Primera Aparición, el trece de Mayo de 1917, la niña Lucía Dos Santos, le pregunta a La Señora si ella y sus primos, Francisco y Jacinta irán al Cielo; tras contestar afirmativamente la Virgen, Lucía insiste y le pregunta por una amiga que había muerto hacía poco:
-"¿Y Amelia?"
A lo que Nuestra Señora, grave, contestó:
-"Estará en el Purgatorio hasta el fin del mundo."
Apreciamos aquí dos tremendas realidades: la primera de ellas es que Nuestra Señora está pendiente de las Almas retenidas en el Purgatorio, ya que conoce perfectamente la situación de la difunta por la que le ha preguntado Lucía; la segunda realidad que constatamos es que algunas de esas Almas, estarán penando en el Purgatorio hasta el fin del mundo. En este contexto es en el que debemos entender la oración que la Virgen Santa pidió que se rezara tras cada Misterio del Rosario.
-“Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del Infierno...”
Aquí se pide para que todos nos libremos del Infierno particularmente aquellos que están en más peligro de caer en él.
-“Lleva a todas las Almas al Cielo, especialmente a las más necesitadas.”
En la oración original Lucía usó el término ALMINHAS, que en portugués se emplea para designar a las Ánimas Benditas; por tanto, en la oración pedimos por aquellas Almas que estarán mucho tiempo en el Purgatorio y de las que nadie se acuerda, que son las que más lo necesitan.
Es también aceptable otra lectura de la misma oración, que interpreta que esas Almas por las que se solicita sean llevadas al Cielo, son aquellas personas que están en vías de conversión.
Tengamos claro entonces que la Jaculatoria u Oración que pidió Nuestra Señora de Fátima para rezar tras cada Misterio del Rosario, hace referencia a la salvación de las almas por medio de la conversión, así como al alivio y liberación de las que se están purificando en el Purgatorio; para lograr la salvación en este mundo es necesario el ARREPENTIMIENTO y la CONVERSIÓN DE COSTUMBRES, de lo contrario continuaremos en la misma senda del pecado, siendo impenitentes y despreciando la Misericordia de Dios.
RECUERDA QUE HOY ES PRIMER SÁBADO DE MES...
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